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Relacionado con: calle
„Pisaré estas calles como Stalin al burgués.“
„Y si no me calla ni la Audiencia Nacional, no lo hará ningún subnormal hijo de España.“
„Miente el destino para hacer que no te vuelva a ver. Miente: si dice no, me miente; si dice sí, me miente; y si calla, también miente.“
„Cuando Dios se calla, uno puede hacerle decir lo que quiere.“
„Veo el porvenir. Está allí, en la calle, apenas más pálido que elpresente. ¿Qué necesidad tiene de realizarse?¿Qué ganará conello?“
„Y cuando hayamos atravesado todas las calles y solo quede el polvo de nuestros pies frenéticos, todavía quedaría el recuerdo de tu ancha cara llena, tan blanca, y la gruesa boca con frescos labios entreabiertos, los dientes blancos como la tiza y todos ellos perfectos, y en ese recuerdo nada puede cambiar en modo alguno, porque esto, como tus dientes, es perfecto…“
„La delicia mayor, pero rara, era caminar por las calles a solas… caminar por las calles de noche, cuando estaban desiertas, y reflexionar sobre el silencio que me rodeaba. Millones de personas tumbadas boca arriba, muertas para el mundo, con las bocas abiertas, que solo emitían ronquidos. Caminar por entre la arquitectura más demencial que jamás se haya inventado, preguntándome por qué y con qué fin, si todos los días tenía que salir de aquellos cuchitriles miserables o palacios magníficos un ejército de hombres deseosos de desembuchar el relato de su miseria.“
„NO puedo pensar en calle alguna de América, ni en persona que viva en ella, capaces de enseñarle a uno el camino que conduce al descubrimiento de sí mismo.“
„Y entonces llega un momento en el que, de repente, todo parece del revés. Vivimos en la mente, en ideas, en fragmentos. Ya no nos embebemos más en la salvaje y lejana música de las calles: solamente recordamos.“
„Yo caminaba por las calles de Ginebra mirándolo todo con recelo, como si de cada esquina fuera a salir el mounstro. La ciudad, como el mismo Borges decía, parece no darse cuenta cabal de que existe, y está en un país que parece pesar sobre el mundo sin sobresaltos, pero es en realidad una ciudad fantástica en un país que, más allá de sus cavernas de lingotes y de su manía de tasar el tiempo en relojes, ha engrendrado cismas y revoluciones, convulsiones del arte y cataclismos de la fe, cerebros iluminados por tempestades eléctricas y obras que significaron la aniquilación de cánones y estéticas. Me dije que esa ciudad que se finge tan serena y tan clásica, esa ciudad de relojes y de lingotes de oro, ocultaba detrás de la máscara su rostro verdadero de pesadillas y de cismas, y que eso la hacía más atractiva.“
„He salido a la calle, abrazado a la tristeza. Vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena.“
„Aquí, en la revista, yo soy la directora y tú un empleado. Somos amigos en la calle, cuando nos tomamos un café. Pero, aquí, yo doy las órdenes y tú las cumples. Te“
„Evocaba el sol, la luz blanca que bañaba todo el año las calles de la ciudad y las conservaba tibias, acogedoras, la excitación de los domingos, los paseos a Eten, la arena amarilla que abrasaba, el purísimo cielo azul. Levantaba la vista: nubes grises por todos partes, ni un punto claro. Regresaba a su casa, caminando despacio, arrastrando los pies como viejo.“
„Ahí está el detalle, que en el libro electrónico el viento no puede pasar las hojas. A la derecha de la página única o pantallita hay una flechita para que uno con un cursor la vaya bajando, bajando, y al hacerlo va pasando de la página 1 a la 2, de la 2 a la 3, de la 3 a la 4 y así… –¡Ah, pero eso es un retroceso! Es como ir uno desenrollando un rollo de pergamino de los tiempos de Cicerón. Exacto. Es que el hombre avanza retrocediendo. Por eso vamos tan bien. Y al que no le guste, se pega un tiro o se jode. Todo es cuestión de acostumbrarse. Se acostumbra uno a vivir en un planeta atestado, con las calles atestadas, las carreteras atestadas, los hospitales atestados, los aeropuertos atestados, las ferias de libros atestadas, las conferencias atestadas, y siete mil millones de bípedos sabios comiendo y demás, ¡no se va a acostumbrar a pasar las hojas con un cursor!“
„México, país civilizado, sólo matan lo preciso. Aquí no. Ve el cafre que maneja a un peatón cruzando la calle, y en vez de disminuir la velocidad acelera. Salta la liebre porque salta o se va a rendirle cuentas a Dios. Por eso viejos aquí casi no hay. En Colombia los viejos mueren jóvenes.“
„Lo he recibido a él como una mariquita. Como una mariquita manzanilla. Éste es un hombre degradado a más no dar. Este tipo por ejemplo iba con su mujer y su niña, cuando era presidente, a las corridas de toros en la plaza de Santamaría de Bogotá sancionando con su presencia ahí ese espectáculo miserable. Este hombre es un hombre que le ha causado a Colombia un daño monstruoso, como nadie, ni siquiera como Pastranita: Porque él abrió las importaciones de carros sin haber abierto una sola calle ni hecho una sola carretera. Abrió las importaciones de carros y nos embotelló el destino. El futuro. Nosotros estamos embotellados: ¡todas las ciudades de Colombia! desde su gobierno. Desde que abrió irresponsablemente las importaciones de carros ¡más todas las otras importaciones con las que acabó con las industria nacional! Ésta es una mariquita bellaca. Y ahora quiere volver otra vez a Colombia a mangonearnos. Después de que estuvo allá en la OEA haciendo un papelón lamentable, ¡terrorífico! Y la forma como llegó ahí: con el manzanillaje que le ha aplicado siempre a todo.“
„Pablo Escobar fue un hampón de la calle y murió en su ley. Uribe es un hampón de la política y vive protegido en el palacio de Nariño. Este hombrecito artero llegó al poder engañando, prometiéndole mano firme a un pobre país que se hundía en el más absoluto estado de indefensión, a merced de sus criminales. Ya saben lo que fue la mano firme: la mano tendida a los secuestradores, asesinos y genocidas paramilitares, la mano traidora que les ha estado extendiendo el remilgado estado a las FARC.“
„Señor vicepresidente, señora directora de Comfama, amigos escritores: Que cada quien hable por sí mismo, en nombre propio, y diga lo que tenga que decir que el hombre nace solo y se muere solo y para eso estamos en Colombia donde por lo menos, en medio de este desastre, somos libres de irnos y volver cuando queramos, y de decir y escribir y opinar lo que queramos, así después nos maten. ¡Y qué importa! Una libertad de semejante magnitud no tiene precio. En uso de esa libertad espléndida que me confiere Colombia, que a nadie calla, me dirijo a ustedes esta noche aprovechando que todavía estoy vivo. ¡Y que se callen los muertos! Con eso de que cualquier vida humana aquí no vale más que unos cuantos pesos, los que cuesta un sicario… ¡Y adivinen quién lo contrató! Ésa es la ventaja de vivir en Colombia, de morir en Colombia, que uno se va tranquilo sin saber de dónde vino la bala, si de la derecha o de la izquierda, y así, ignorante el difuntico del causante de su muerte, sin resentimientos ni rencores, se queda por los siglos de los siglos en la infinita eternidad de Dios.“
„Al llevar al lado una mujer linda los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos.“
„Me gustas cuando callas porque estás como ausente.“
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