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Relacionado con: camisa
„Mi pelo siempre ha sido demasiado grande para eso. Me pongo pantalones vaqueros y, probablemente, cualquier tipo de camisa brillante.“
„No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.“
„Si tienes dos camisas, vende una y con el dinero compra una flor”.“
„Lo que necesitamos es imaginación, pero imaginación encorsetada en una terrible camisa de fuerza que es el conocimiento.“
„Cuando un loco parece completamente sensato es ya el momento, en efecto, de ponerle la camisa de fuerza.“
„A Ramiro Ledesma y sus camaradas les viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la negra de Mussolini.“
„Hay una cosa que no le perdono ni a la derecha ni a la izquierda. Que la izquierda haya dejado la idea de España como patrimonio exclusivo de la derecha y que ésta haya abusado de ello. Cierto, el franquismo contaminó la historia de España: le puso camisa azul al Cid, a los almogávares y a los Tercios de Flandes; pero cuando cambia el régimen, en vez de purgar la memoria de esa contaminación, lo que se hace es decir «cómo está contaminada», y entonces se la tira por la ventana, se barrena, se aplasta, se aniquila; con todo lo cual nos dejan indefensos. Y entonces, ¿qué pasa? Palabras contaminadas por el franquismo, como España, se dejan en manos de la derecha y a partir de ahí, todo lo que tiene que ver con patria, con bandera, con historia, con tradición en su sentido más noble, nos suena a derecha, y claro, es malo y sospechoso… Han conseguido que sea «sospechoso» todo lo que tiene que ver con nuestra memoria. Y en eso, insisto, han sido tan culpables el PP como el PSOE. Entre todos nos han desmantelado. Que alguien diga que la palabra España es franquista cuando «Hispania» nombraba a la provincia romana es ridículo.“
„Cuando veo todas esas camisas negras, pardas, rojas o azules, exigiendo que te afilies a esto o aquello, pienso que antes el mundo era de los ricos y ahora va a ser de los resentidos.“
„Algunas personas dicen que soy utópico, yo digo que mis diseños serán una camisa de fuerza para los niños del futuro.“
„Lo que realmente necesitamos es una sociedad emergente, sociedad emergente quiere decir que no hay utopías, no un sistema fijo. Si fuera a diseñar una ciudad, la ciudad sería una camisa de fuerza para los niños del futuro. Ellos diseñarán sus propias ciudades. Si haces una estatua mía, retrocedes la sociedad“
„La mujer sin medias da más miedo, porque lleva sus locas piernas sin camisa de fuerza.“
„Cuando el fascismo llegó a América, no llegó vestido con camisas negras o marrones, no llegó con botas militares, llego con zapatillas y camisetas con caritas felices… Alemania perdió la Segunda Guerra Mundial. El fascismo la ganó, créeme, amigo mío“
„Quiero empezar diciendo que se joda Lance Armstrong. Que se jodan él y sus pelotas y sus bicicletas y sus esteroides y sus camisas amarillas y la vacía y estupida expresión de su cara. Estoy cansado de ese imbécil. Y mientras están en eso, ¡qué se joda Tiger Woods también! Ese es otro imbecil que no me molestaría si muriera. Estoy cansado de que me digan a quien debo admirar en este país. ¿No están de acuerdo? ¿No están cansados de que les digan quienes deben ser nuestros héroes? Diciendo como se supone que deberían lucir también. Yo escogeré a mis propios héroes, muchas gracias. ¡Y que se joda el Dr. Phil también!“
„La primera regla del Club de la lucha es: nadie habla sobre el Club de la lucha. La segunda regla del Club de la lucha es: NADIE habla sobre el Club de la lucha. La tercera regla es: la pelea termina cuando uno de los contendientes grita «alto», pierde la vertical o hace una señal. La cuarta regla: sólo dos personas por pelea. La quinta regla: sólo una pelea a la vez. La sexta regla: se pelea sin camisa y sin zapatos. La séptima regla: cada pelea dura lo que tiene que durar. La octava y última regla: si ésta es tu primera noche en el Club de la lucha, entonces tienes que pelear.“
„Fue en esos dos asientos pequeños, uno frente a otro, que siempre son los últimos que quedan libres en el tren. Iba a Nueva York a ver a mi hermana y a pasar la noche. Tom iba vestido de etiqueta, con zapatos de charol, y yo no podía quitarle los ojos de encima, pero, si él me miraba, fingía leer el anuncio que había más arriba de su cabeza. Cuando llegamos a la estación, lo sentí cerca, y la pechera blanca de su camisa me oprimía el brazo, así que le dije que iba a llamar a un policía, pero él sabía que no era verdad. Yo estaba tan excitada cuando me subí con él al taxi que apenas si me di cuenta de que no tomaba el metro. Lo único que pensaba, una y otra vez, era: «No vas a vivir eternamente; no vas a vivir eternamente».“
„… y un viento fuerte, que venía del oeste, se fue a estrellar contra la falda de las montañas del este, levantando polvo y hojas de periódico y cartones tirados en la calle a su paso por Santa Teresa y moviendo la ropa que Rosa había colgado en el jardín trasero, como si el viento, ese viento joven y enérgico y de tan corta vida, se probara las camisas y pantalones de Amalfitano y se metiera dentro de las bragas de su hija y leyera algunas páginas del Testamento geométrico a ver si por allí había algo que le fuera a ser de utilidad, algo que le explicara el paisaje tan curioso de calles y casas a través de las cuales estaba galopando o que lo explicara a él mismo como viento.“
„Parece que va siendo evidente que la distopía que nos corresponde no es 1984, de Orwell, sino Un mundo feliz, de Aldous Huxley, en el que hay consenso para que desaparezca por nocivo y peligroso el “amor romántico”, ese pleonasmo (como el agua húmeda). Sin amor sólo quedará el sexo como placer y fiesta, una especie de amor sin espinas, como los filetes de pescado congelado. Punto final a esa manía alucinatoria de buscar nuestra otra mitad, el cariño absoluto que da sentido a la vida o compensa de no encontrarlo, los celos y recelos, las cóleras y reconciliaciones, la pérdida, la fatiga asombrosa de querer. “Si duele no es amor”, han decretado los coachs(esos psicólogos para quienes no tienen ya psique). Así podemos despachar el estorbo de casi toda la literatura occidental, basada en que solo es amor si duele. Y sus contradicciones: el poeta que se queja de la espina en el corazón clavada y cuando se la quitan protesta porque ya no siente el corazón… ¡Bah, no tienen pensamiento positivo, no saben pasarlo bien! Así les va a las pobres chicas, Emma, Ana, Desdémona… el último beso de Otelo. ¡Otelo! ¡Cómo no le da vergüenza a Shakespeare ser tan romántico al hablar de la violencia de género! Necesitamos menos poetas y más pilates: hay que decírselo a los adolescentes enseguida, para que no se amarguen la vida.Olvidemos el bárbaro pasado y sus neuróticos arrebatos. Adiós a morbosas torturas como las que describe T. S. Eliot (trad. Andreu Jaume): “¿Quién concibió pues el tormento? El Amor. / El Amor es el nombre más siniestro / escondido en las manos que bordaron / la insoportable camisa de fuego / que las fuerzas humanas no quitaron. / Tan solo suspiramos, tan solo vivimos / por fuego y por el fuego consumidos”.“
„Podía soportar la soledad y las humillaciones que conocía desde niño y sólo herían su espíritu: lo horrible era el encierro, esa gran soledad exterior que no elegía, que alguien le arrojaba encima como una camisa de fuerza.“
„Walking AroundSucede que me canso de ser hombre.Sucede que entro en las sastrerías y en los cinesmarchito, impenetrable, como un cisne de fieltronavegando en un agua de origen y ceniza.El olor de las pelquerías me hace llorar a gritos.Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.Sucede que me canso de mis pies y mis uñasy mi pelo y mi sombra.Sucede que me canso de ser hombre.Sin embargo sería deliciosoasustar a un notario con un lirio cortadoo dar muerte a une monja con un golpe de oreja.Sería belloir por las calles con un cuchillo verdey dando gritos hasta morir de frío.No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,vacilante, extendido, tiritando de sueño,hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,absorbiendo y pensando, comiendo cada día.No quiero para mí tantas desgracias.No quiero continuar de raíz y de tumba,de subterráneo solo, de bodega con muertosateridos, muriéndome de pena.Por eso el día lunes arde como el petróleocuando me ve llegar con mi cara de cárcel,y aúlla en su transcurso como una rueda herida,y da pasos de sangre caliente hacia la noche.Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,a hospitales donde los huesos salen por la ventana,a ciertas zapaterías con olor a vinagre,a calles espantosas como grietas.Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinoscolgando de las puertas de las casas que odio,hay dentaduras olvidadas en una cafetera,hay espejosque debieran haber llorado de vergüenza y espanto,hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,con furia, con olvido,paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:calzoncillos, toallas y camisas que lloranlentas lágrimas sucias.“
„Consideren todos los camaradas hasta qué punto es ofensivo para la Falange el que se la proponga tomar parte como comparsa en un movimiento que no va a conducir a la implantación del Estado nacionalsindicalista, al alborear de la inmensa tarea de reconstrucción patria bosquejada en nuestros 27 puntos, sino a reinstaurar una mediocridad burguesa conservadora (de la que España ha conocido tan largas muestras), orlada, para mayor escarnio, con el acompañamiento coreográfico de nuestras camisas azules.“
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