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Relacionado con: carne
„Si se comen mi carne los lobos, no podré robarles la mitad.“
„Canibalismo. Imagínenlo: Comerse a otro ser humano. Tendrías que ser un maniático de la carne, amigo. Tendrías que estar muy putamente hambriento. Pero pasa, ¿no? Sigue pasando hoy en día. Un montón de gente varada en el desierto ya sin reservas de pop tarts, deben comer algo. Y por cierto, ¿cómo deciden a quien se van a comer primero? ¿cómo deciden quien será el primero en ir a la parilla? Como decidirse entre el tipo pequeño que es flaco y no dará lucha, o abalanzarse todos encima del tipo que va al gimnasio porque tiene un montón de filetes y chuletas.“
„España es aventajada por Francia en la abundancia de vino, cereal y carnes, pero la supera en la bondad y el sabor de ellos.“
„Cristo, dice, según la carne, es hombre, y por el espíritu es Dios, porque lo que nace del espíritu es espíritu, y el espíritu es Dios… Dios estaba en Cristo de un modo singular… El no era Dios por naturaleza, sino por gracia…, porque Dios puede levantar a un hombre sobre toda sublimidad y colocarle a su diestra… Se le aplica el nombre de Elohim porque el Padre le ha concedido el reino y toda potestad, y es nuestro juez y nuestro monarca… El nombre de Jehová conviene sólo al Padre. Los demás nombres de la divinidad pueden, por excelencia, aplicarse a Cristo, porque Dios puede comunicar a un hombre la plenitud de su divinidad.“
„Amortigua la circuncisión el apetito de la carne, como queda amortiguado el oido si se le cortan a uno las orejas o la vista si se le cortan los parpados.“
„No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.“
„He viajado lo suficiente por el mundo como para saber que todas las carnes son buenas y valen lo mismo, y eso es precisamente lo que estraga y por lo que uno busca echar raíces, hacerse tierra y pueblo, para que su carne tenga sentido y dure más que un triste cambio de estación.“
„Condenando el parasitismo de la Nobleza inglesa y la naciente clase capitalista, Moro describió a los propietarios de profesión, “como los zánganos, viven del trabajo ajeno”, concretamente del trabajo vivo de los inquilinos, a los que “mondan hasta la carne viva”.“
„Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar.“
„aquellos a quienes llamáis materialistas y espiritualistas son sólo dos mitades del mismo ser humano disecado, que trata siempre de encontrar la plenitud, pero buscándola al alternar entre la destrucción de la carne y la destrucción del alma y viceversa; de que corren desde vuestros colegios a las prisiones de esclavos de Europa y de éstas al colapso del fangal místico de la India, sin buscar refugio alguno contra la realidad, ni forma de escapar a la mente.“
„Esto es lo que quieren de mí; éste es el lugar adonde desean que vaya. Ni viva ni muerta, ni sensata ni demente; tan sólo un pedazo de carne que grita de miedo para ser modelado a su gusto por unos seres que carecen de forma propia.“
„Y si los valores morales se encuentran en contradicción con nuestra existencia física, es lícito que la recompensa se obtenga sin ganarla, que la virtud consista en lo que no se hace, que no exista relación entre los logros y el provecho, que los animales inferiores, capaces de producir, sirvan a los seres superiores cuya supremacía espiritual se basa en la incompetencia de la carne.“
„Nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana.“
„Para el obispo, la vista de la guillotina fue un golpe terrible del cual tardó mucho tiempo en reponerse. En efecto: el patíbulo, cuando está ante nuestros ojos levantado, derecho, tiene algo que alucina. Se puede sentir cierta indiferencia hacia la pena de muerte, no pronunciarse ni en pro ni en contra, no decir ni sí ni que no mientras no se ha visto una guillotina; pero si se llega a ver una, la sacudida es violenta; es menester decidirse y tomar partido en pro o en contra de ella. Los unos admiran, como De Maistre; los otros execran, como Beccaria. La guillotina es la concreción de la ley: se llama ‘vindicta’; no es indiferente ni os permite que lo seáis tampoco. Quien llega a verla se estremece con el más misterioso de los estremecimientos. Todas las cuestiones sociales alzan sus interrogantes en torno de aquella cuchilla. El cadalso es una visión: no es un tablado ni una máquina, ni un mecanismo frío de madera, de hierro y de cuerdas. Parece que es una especie de ser que tiene no sé qué sombría iniciativa. Se diría que aquellos andamios ven, que aquella madera, aquel hierro y aquellas cuerdas tienen voluntad. En la horrible meditación en que aquella vista sume al alma, el patíbulo aparece terrible y como teniendo conciencia de lo que hace. El patíbulo es el cómplice del verdugo; devora, come carne, bebe sangre. Es una especie de monstruo fabricado por el juez y por el carpintero; un espectro que parece vivir una especie de vida espantosa, hecha con todas las muertes que ha dado.“
„Siendo un ex pecador, como se calificaba a sí mismo sonriendo, no tenía ninguna de las asperezas del rigorismo, y profesaba muy alto, sin cuidarse para nada de ciertos fruncimientos de cejas, una doctrina que podría resumirse en estas palabras: «El hombre tiene sobre sí la carne, que es a la vez su carga y su tentación. La lleva, y cede a ella. Debe vigilarla, contenerla, reprimirla; mas si a pesar de sus esfuerzos cae, la falta así cometida es venial. Es una caída; pero caída sobre las rodillas, que puede transformarse y acabar en oración».“
„Creo en la bisectibilidad del hombre, y siempre recordé una lección hermosa de Cristo: “El espíritu está pronto pero la carne es débil”; y una sentencia de Voltaire: “El hombre es átomo atormentado sobre un montón de barro”…“
„Está oscuro. Oigo el bosque, el silencio: los conozco bien. Pero ningún sonido vivo; ni siquiera a él. Era como si la oscuridad lo sacara de su integridad convirtiéndose en una dispersión inconexa de elementos: mucosidades y pataleos, olor a carne tibia y pelo apestando a amoniaco; una ilusión de un conjunto coordinado de piel con manchas y huesos poderosos dentro de la cual, disperso y secreto y familiar, hay un ser diferente de mi ser. Le veo disolverse ―las patas, un ojo muy abierto, manchas alegres como llamas frías― y flotar en la oscuridad en solución que se desvanece; todo uno y sin embargo ninguno; todos los dos pero ninguno. Veo con el oído que se enrosca hacia él, le acaricia, le da su forma definitiva: cernejas, lomo, brazuelo y cabeza. Olor y sonido. No estoy asustado.“
„No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.“
„Lo hice nuevamente.Uno de cada diez añospuedo soportarlo…una especie de milagro ambulante, mi pielbrilla como una pantalla nazi,mi pie derechoun pisapapeles,mi rostro sin forma, delgadolienzo judío.Retira la compresa,¡ah, enemigo mío!¿te doy miedo?…¿La nariz, la fosa de los ojos, toda la dentadura?El aliento agrioun día se desvanecerá.Pronto, pronto la carneque alimentó la grave sepultura me seráfamiliary yo seré una mujer sonriente,sólo tengo treinta.Y como el gato tengo nueve vidas que morir.Ésta es la Número Tres.Qué basurapara la aniquilación de cada década.Qué millón de filamentos.La multitud como maní prensadose atropella para verdesenvuelven mis manos y pies…el gran strip teaseseñoras y señoreséstas son mis manosmis rodillas.Puede que esté piel y huesos,sin embargo, soy la misma e idéntica mujer.La primera vez que ocurrió, tenía diez.Fue un accidente.La segunda vez quiseque fuera definitivo y no regresar jamás.Me mecí doblada sobre mí mismacomo una concha.Tuvieron que llamar y llamary quitarme uno a uno los gusanos como perlas viscosas.Morires un arte, como cualquier otro,yo lo hago de maravillas.Hago que se sienta como un infierno.Hago que se sienta real.Creo que podrían llamarlo un don.Es tan fácil que puedes hacerlo en una celda.Es tan fácil que puedes hacerlo y quedarte ahí, quietita.Es el teatralregreso a pleno díaal mismo lugar, a la misma cara, al mismo gritobrutal y divertido“¡Milagro!”que me deja fuera de combate.Hay un precio a pagarpara mirar las escaras, hay un precio a pagarpara auscultar mi corazón…late de veras.Y hay un precio a pagar, un precio mayorpor una palabra o un contactoo un poquito de sangreo una muestra de mi cabello o de mi ropa.Bueno, bueno, Herr Doctor.Bueno, Herr Enemigo.Soy vuestra opus,soy vuestra valiosaniña de oro puroque se funde en un chillido.Giro y ardo.No crean que no estimo su enorme preocupación.Cenizas, cenizas…Ustedes atizan y remueven.Carne, hueso, no hay nada allí…Un pan de jabón,un anillo de bodas,un empaste de oro.Herr dios, Herr Lucifertengan cuidadotengan cuidado.Sobre las cenizasme elevo con mi cabello rojoy devoro hombres como aire.“
„¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la «sufrida madre mexicana» que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafóricamente o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de ésta voz.“
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