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Relacionado con: carta
„Todo el Realismo Visceral era una carta de amor, el pavoneo demencial de un pájaro idiota a la luz de la luna, algo bastante vulgar y sin importancia.“
„Lo vi haciendo planes, lo vi bebiendo apoyado en la ventana, lo vi recibiendo a Cesárea Tinajero que venía con una carta de recomendación de Manuel, lo vi leyendo un librito de Tablada, tal vez aquel en donde José Juan dice: «bajo el celeste pavor/ delira por la unica estrella/ el cántico del ruiseñor». Que es como decir, muchachos, les dije, que veía los esfuerzos y los sueños, todos confundidos en un mismo fracaso y ese fracaso se llamaba alegría. – R. Bolaño“
„Todas las cartas de amor son / ridículas. / No serían cartas de amor si no fuesen / ridículas”. (Fernando Pessoa/Álvaro Campos: poemas).“
„Carta para no enviar La dispenso de comparecer en mi idea de usted. Su vida […] Eso no es mi amor, sino su vida. La amo como amo el crepúsculo o el reflejo de la luna, con el deseo de que el momento quede, pero sin que sea mío salvo en la sensación de haberlo vivido.“
„He redactado esta carta más extensa de lo usual porque carezco de tiempo para escribirla más breve.“
„Y si he escrito esta carta tan larga, ha sido porque no he tenido tiempo de hacerla más corta.“
„Cómo has jugado esas cartas, que aunque fueran malas y no aptas, perdiste la fe tan pronto entre caladas“
„Es tan gafe que jugando a las cartas se pinchó con el as de espadas.“
„Las masas de los Estados Unidos son más ágiles.. (Carta de Marx a Engels).“
„Después de haber echado una carta, subía al piso de arriba y me tumbaba junto a mi mujer y, con los ojos bien abiertos fijaba la vista en la oscuridad, como intentando leer mi futuro. Me decía una y otra vez que, si un hombre, un hombre sincero y desesperado como yo, ama a una mujer con todo su corazón, si es capaz de cortarse las orejas y enviárselas por correo, si es capaz de sacarse la sangre del corazón y volcarla en el papel, saturar a esa mujer con su necesidad y anhelo, asediarla eternamente, no puede ser que ella lo rechace. El hombre más feo, más débil, el hombre más indigno ha de triunfar por fuerza, si está dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre. Ninguna mujer puede rechazar el don del amor absoluto“
„Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho. –Jean Jacques Rousseau“
„Nadie pidió que la vida nos diese esta mano de cartas que llevamos, pero debemos jugarla nosotros mismos y darles la vuelta sin esperar ayuda.“
„… los jóvenes emigran pero a veces les vieneun dolor en el pecho que se llama nostalgiacuando reciben cartas de aquel barrio lejanotienen listo un secante para chupar las lágrimasalgunos resolvieron quedarse pese a todootros dijeron basta para siemprehay jóvenes que emigran / dicen chaulos que se quedan tiemblan en silencio.“
„Usted tiene todas las condiciones para concurrir a mi felicidad, pero yo tengo muy pocas para concurrir a la suya. Y no crea que me estoy mandando la parte. En otra posición (quiero decir, más bien, en otras edades) lo más correcto sería que yo le ofreciese un noviazgo serio, muy serio, quizá demasiado serio, con una clara perspectiva de casamiento al alcance de la mano. Pero si yo ahora le ofreciese algo semejante, calculo que sería muy egoísta, porque sólo pensaría en mí, y lo que yo más quiero ahora no es pensar en mí sino pensar en usted. Yo no puedo olvidar usted tampoco que dentro de diez años yo tendré sesenta. Escasamente un viejo, podrá decir un optimista o un adulón, pero el adverbio importa muy poco. Quiero que quede a salvo mi honestidad al decirle que ni ahora ni dentro de unos meses, podré juntar fuerzas como para hablar de matrimonio. Pero siempre hay un pero ¿de qué hablar entonces? Yo sé que, por más que usted entienda esto, es difícil, sin embargo, que admita otro planteo. Porque es evidente que existe otro planteo. En ese otro planteo hay cabida para el amor, pero no la hay en cambio para el matrimonio. Levantó los ojos, pero no interrogaba. Es probable que sólo haya querido ver mi cara al decir eso. Pero, a esta altura, yo ya estaba decidido a no detenerme. A ese otro planteo, la imaginación popular, que suele ser pobre en denominaciones, lo llama una Aventura o un Programa, y es bastante lógico que usted se asuste un poco. A decir verdad, yo también estoy asustado, nada más que porque tengo miedo de que usted crea que le estoy proponiendo una aventura. Tal vez no me apartaría ni un milímetro de mi centro de sinceridad, si le dijera que lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad. Ya sé, ya sé. Usted está pensando que la realidad es precisamente la inversa; que lo que yo estoy buscando es justamente su amor y mi libertad. Tiene todo el derecho de pensarlo, pero reconozca que a mi vez tengo todo el derecho de jugármelo todo a una sola carta. Y esa sola carta es la confianza que usted pueda tener en mí.“
„Me acompaño de guitarra porque yo no se de cartas además ya tu conoces ella va donde yo voy“
„Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro, para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban.“
„Gabriel se había hecho reembolsar el pasaje de regreso para quedarse en París, vendiendo los periódicos atrasados y las botellas vacías que las camareras sacaban de un hotel lúgubre de la calle Dauphine. Aureliano podía imaginarlo entonces con un suéter de cuello alto que sólo se quitaba cuando las terrazas de Montparnasse se llenaban de enamorados primaverales, y durmiendo de día y escribiendo de noche para confundir el hambre, en el cuarto oloroso a espuma de coliflores hervidas donde había de morir Rocamadour. Sin embargo, sus noticias se fueron haciendo poco a poco tan inciertas, y tan esporádicas y melancólicas las cartas del sabio, que Aureliano se acostumbró a pensar en ellos como Amaranta Úrsula pensaba en su marido, y ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad cotidiana y eterna era el amor. Cap. 20, Cien Años de Soledad“
„Le escribió entonces una carta febril de veinte pliegos en la que soltó sin pudor las verdades amargas que llevaba podridas en el corazón desde su noche funesta. Le habló de las lacras eternas que él había dejado en su cuerpo, de la sal de su lengua, de la trilla de fuego de su verga africana.“
„Julián me había dicho alguna vez que un relato es una carta que el autor se escribe a sí mismo para contarse cosas que de otro modo no podría averiguar. Hacía tiempo que Julián se preguntaba si había perdido la razón. ¿Sabe el loco que está loco?“
„Ambos se preguntaban si habían sido las cartas que les había servido la vida, o si había sido el modo en que las habían jugado.“
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