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Relacionado con: casa
„Decían demasiadas cortesías ridículas. Pase usted, a sus órdenes, en casa de usted, con su permiso, es propio, puta madre: todos los que según la clase media son los modales de la clase alta.“
„No es tan sencillo, si yo te contara las horas, dedicadas pa sacarle brillo si mis paredes hablaran, te dirían que aquí no hay truco ni mentira, contarían que mi casa respira rap en cada pasillo“
„En casa de Pablo Mendoza no tenían dinero para comprarse un televisor, pero tenían tanto tesón que probablemente terminarían por conseguirlo. Tal y como yo lo ví no creo que llegasen a construir un televisor, pero una radio o una lavadora seguro que terminaba por salir.“
„Siempre he estado enfermo […] No puedo recordar el nombre de las enfermedades, pero recuerdo el dolor. Como alguien que ha perdido la casa y aún guarda la llave.“
„Nunca discutas sobre Dios. Lo mejor es decir ‘Estoy de acuerdo contigo’. Entonces vas a tu casa y rezas lo que tú quieres. Esta es mi idea para que las personas estén en paz con la religión.“
„Entra una nueva pena y las viejas penas de la casa la reciben calladas, no muertas.“
„Es la hora en que brillan las luces de los burdeles y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente. Las luces del palacio de Somoza están prendidas. Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra y los técnicos en torturas bajan a las prisiones. La hora de los policías secretos y de los espías, cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.“
„Los monos cantaban cerca de la casa en la madrugada, y un poco más tristes al atardecer, y eso contribuía a que se acentuara más la sensación de la soledad y el misterio, y la emoción de la vida salvaje.“
„Para conocer a la gente hay que ir a su casa.“
„No cualquier hombre (permítanme una restricción y cierto romanticismo) es capaz de volar, sino aquel que siente que volar es su vida, que sabe que el cielo no es un lugar de trabajo o de diversión, sino que es su casa.“
„La razón posee una naturaleza pulcra y hacendosa y siempre se esfuerza por llenar de causas y efectos todos los misterios con los que se topa, al contrario de la imaginación (la loca de la casa, como la llamaba Santa Teresa de Jesús), que es pura desmesura y deslumbrante caos.“
„Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones, a los mandos del Ejercito para que no se procediera a la represión… y hoy podemos todos, dar gracias a dios, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina.“
„Te fuiste sin llevarte nada, entregaste la casa a un hostelero sin escrúpulos. Abandonaste todo y todo se ha perdido.-Nada se ha perdido si nos hemos encontrado.-Leonora tiembla pero Max no la escucha.“
„Ve a casa y no pienses en lo que te he dicho a propósito de la crítica. Yo no la temo, pues es ella la que está en una situación crítica. Me bastará con ser sabio y virtuoso para colocarme inmediatamente en el pedestal.“
„No podías saber cuanto se había cambiado hasta que intentabas regresar a casa.“
„Afortunado es aquel que conoce el nombre de su corazón. Ellos son aquellos cuyos corazones nunca se pierden de verdad. Ellos siempre pueden llamar a sus corazones de vuelta a casa.“
„Incluso vestido de cazador de demonios, se dijo Clary, Simon parecía la clase de chico que iría a recogerte a casa para salir y sería educado con tus padres y simpático con tus mascotas.Jace, por otra parte, parecía la clase de chico que pasaría por tu casa y la quemaría hasta los cimientos por diversión. [pp.228]“
„Dudo que enviara a un demonio rapiñador a su casa por que quisiera que <>-comentó Alec […]No sería lo que yo haría – coincidió Jace. Primero los dulces y las flores, luego las cartas de disculpa y a continuación las horas de demonios rapiñadores. En ese orden.“
„Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo tomaba en brazos, le compraba golosinas, libros para pintar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matarte. Después se ponía a llover y volvíamos tranquilamente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?“
„¿Y qué fue lo que aprendieron los alumnos de Amalfitano? Aprendieron a recitar en voz alta. Memorizaron los dos o tres poemas que más amaban para recordarlos y recitarlos en los momentos oportunos: funerales, bodas, soledades. Comprendieron que un libro era un laberinto y un desierto. Que lo más importante del mundo era leer y viajar, tal vez la misma cosa, sin detenerse nunca. Que al cabo de las lecturas los escritores salían del alma de las piedras, que era donde vivían después de muertos, y se instalaban en el alma de los lectores como en una prisión mullida, pero que después esa prisión se ensanchaba o explotaba. Que todo sistema de escritura es una traición. Que la poesía verdadera vive entre el abismo y la desdicha y que cerca de su casa pasa el camino real de los actos gratuitos, de la elegancia de los ojos y de la suerte de Marcabrú. Que la principal enseñanza de la literatura era la valentía, una valentía rara, como un pozo de piedra en medio de un paisaje lacustre, una valentía semejante a un torbellino y a un espejo. Que no era más cómodo leer que escribir. Que leyendo se aprendía a dudar y a recordar. Que la memoria era el amor.“
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