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Relacionado con: cinta
„Descargar es lo mismo que yo hacía: solía grabar en cintas las canciones, los éxitos, que me gustaban de la radio. No me importa. Odio ver a todas esas grandes estrellas de rock quejándose. Al menos están descargando tu puta música, idiota, y te están prestando atención, ¿sabes? Deberías apreciar eso, joder. ¿De qué te quejas? Tienes cinco puñeteras casas enormes, así que cállate”. Liam Gallagher sobre las descargas ilegales.“
„Todo cristo se ha puesto contestador automático en el móvil, en vez de la antigua señal de comunicando sale un buzón de voz, y ahora llamamos cinco veces a quien antes llamábamos una. Coches que antes se reparaban con una llave inglesa quedan bloqueados y ni gira el volante al menor fallo electrónico. O nos vemos sin teléfono, sin ordenador portátil, sin tableta electrónica o sin lo que sea, porque se escachifolla el cargador y la tienda de repuestos no abre hasta mañana. O no hay tienda. Yo mismo, el idiota al que mejor conozco, dependo cada día de que haya electricidad para que funcionen el teclado y la pantalla con que me gano la vida. De nada me sirve haber tenido la precaución de conservar dos viejas Olivetti, por si acaso, si ya no venden en ningún sitio las cintas de máquina de escribir que las alimentan.“
„Yo inicie la banda. Yo la disolví. Es así de sencillo. Mi vida con Los Beatles se había convertido en una trampa, en una cinta continua.. Cuando finalmente tuve las agallas de decirle a los otros tres que, entre comillas, quería el divorcio, comprendieron que lo decía en serio; a diferencia de las anteriores amenazas de Ringo y George de marcharse.“
„El chico del avión, pensé. El del oso de peluche. ¿Dónde estaba el último consuelo de Rudy? ¿Dónde estaba esa persona que consolarle de que le robaran la vida? ¿Quién estaba allí para tranquilizarlo cuando le arrancaron la alfombra de la vida bajo los pies dormidos?Nadie. Allí sólo estaba yo.Y lo de consolar a la gente no es que se me dé muy bien que digamos, sobre todo con las manos frías y estando la cama tan caliente. Cargué con él, con suavidad, por la calle destrozada, con sabor a sal en un ojo y el sepulcral corazón en un puño. Con él me esmeré un poco más. Miré un momento lo que contenía su alma y vi un niño tiznado de negro gritando el nombre de Tesse Owens mientras se llevaba por delante la cinta de llegada. Lo vi hundido hasta la cintura en el agua gélida, intentado atrapar un libro, y vi un niño tumbado en la cama imaginando el sabor que tendría un beso de su extraordinaria vecina. Este chico puede conmigo. Siempre. Es lo único malo que tiene. Me rompe el corazón. Me hace llorar.“
„Ambos carruajes estaban ya enlazados por el puente colgante de cintas, y la que lo ocasionaba sonreía de vez en cuando al galante muchacho.“
„¡Qué encanto!—murmuró, quedando inmóvil con una rodilla sobre al almohadón del surrey. Un momento después las serpentinas volaban hacia la victoria. Ambos carruajes estaban ya enlazados por el puente colgante de cintas, y la que lo ocasionaba sonreía de vez en cuando“
„Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—;en caballo, con alas, hacia acá se encamina,en el cinto la espada y en la mano el azor,el feliz caballero que te adora sin verte,y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,a encenderte los labios con un beso de amor“
„Viendo las cosas con la objetividad que da el tiempo, no andaban tan errados mis doctores ni tan mala era su fórmula. Al que está en guerra consigo mismo hay que aflojarle el yo obstinado. ¿Cómo? Muy simple. Puesto que el yo no es otra cosa que recuerdos, borrándole el recuerdo. Así la cinta queda lista para grabar de nuevo.“
„El jardinero depravado pervertía a las flores acariciando sus cálices con una cinta de satín negro. El“
„Cualquiera que conociese a Violet se hubiera dado cuenta de que estaba pensando intensamente, porque llevaba la larga melena recogida con una cinta para que no se le metiera en los ojos. Violet tenía el don de inventar y construir extraños aparatos, y su cerebro se veía inundado a menudo con imágenes de poleas, palancas y herramientas, y ella no quería que algo tan trivial como su cabello la distrajese.“
„Hizo envolver el ramo con una cinta de raso negro y adjuntó una tarjeta que rezaba sólo: Todavía pienso en ti. Doctor S. Se había convertido en un hombre de muchas menos palabras, admitió para sí.“
„Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)“