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Relacionado con: ciudad
„El 32 no pasa, la ciudad nunca duerme.“
„Ciudad es ante todo plaza, ágora, discusión, elocuencia. De hecho, no necesita tener casas, la ciudad; las fachadas bastan. Las ciudades clásicas están basadas en un instinto opuesto al doméstico. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya.“
„Lindo perro mío, buen perro, chucho querido, acércate y ven a respirar un excelente perfume, comprado en la mejor perfumería de la ciudad.Y el perro, meneando la cola, signo, según creo, que en esos mezquinos seres corresponde a la risa y a la sonrisa, se acerca y pone curioso la húmeda nariz en el frasco destapado; luego, echándose atrás con súbito temor, me ladra, como si me reconviniera.—¡Ah miserable can! Si te hubiera ofrecido un montón de excrementos los hubieras husmeado con delicia, devorándolos tal vez. Así tú, indigno compañero de mi triste vida, te pareces al público, a quien nunca se ha de ofrecer perfumes delicados que le exasperen, sino basura cuidadosamente elegida.“
„Es muy fea. ¡Y sin embargo, es deliciosa!El Tiempo y el Amor la han señalado con sus garras y la han enseñado cruelmente lo que cada minuto y cada beso se llevan de juventud y de frescura.Es verdaderamente fea; es hormiga, araña, si queréis hasta esqueleto: ¡pero también es brebaje, magisterio, hechizo! En suma, es exquisita.No pudo el Tiempo romper la armonía chispeante de su andar y la elegancia indestructible de su armazón. El Amor no pudo alterar la suavidad de su hálito infantil, y el tiempo nada arrancó de su abundante crin que exhala en leonados perfumes toda la vitalidad endiablada del Mediodía francés: Nimes, Aix, Arles, Aviñón, Narbona, Tolosa, ¡ciudades benditas del sol, enamoradas y encantadoras!En vano la mordieron con buenos dientes el Tiempo y el Amor; en nada amenguaron el encanto vago, pero eterno, de su pecho de doncel.Gastada quizá, pero no fatigada, y siempre heroica, hace pensar en esos caballos de raza fina que los ojos del verdadero aficionado distinguen aunque vayan enganchados a un coche de alquiler o a un lento carromato.¡Y es, además, tan dulce y ferviente! Quiere como se quiere en otoño; diríase que la proximidad del invierno prende en su corazón un fuego nuevo, y nada de fatigoso hubo jamás en lo servil de su ternura.“
„El amor es un Dios que coopera para garantizar la seguridad de la ciudad.“
„La ciudad cree que fuera de ella no hay más que paisaje, patatas y leche; ignoran que también existe una cultura noble, antiquísima e insobornable.“
„¿Qué es incendiar una ciudad comparado con mostrar el infierno a los hombres?“
„Cambiaría el más bello atardecer del mundo por una sola vista de la silueta de Nueva York. Particularmente cuando no se pueden ver los detalles. Sólo las formas. Las formas y el pensamiento que las hizo. El cielo de Nueva York y la voluntad del hombre hecha visible ¿Qué otra religión necesitamos? Y entonces la gente me habla de peregrinaciones a algún agujero infecto en una jungla, a donde van a homenajear a un templo en ruinas, a un monstruo de piedra con barriga, creado por algún salvaje leproso ¿Es genio y belleza lo que quieren ver? ¿Buscan un sentido de lo sublime? Dejadles que vengan a Nueva York, que vengan a la orilla del Hudson, miren y se pongan de rodillas. Cuando veo la ciudad desde mi ventana -no, no siento lo pequeña que soy- sino que siento que si una guerra viniese amenazar esto, me arrojaría a mí misma al espacio, sobre la ciudad, y protegería estos edificios con mi cuerpo.“
„¿Qué son las convulsiones de una ciudad al lado de los motines del alma? El hombre es más profundo que el pueblo.“
„La historia de las ciudades se refleja en sus cloacas.“
„Era el espíritu de Nimikon (cualquier otra ciudad) el que me impedía asimilarme al resto del mundo.“
„El rumor se propagó por la ciudad como un fuego desatado“
„El Banco de Crédito abriría por la mañana, y cuando lo hiciera se abonarían las facturas, se pagarían los sueldos y la ciudad sería alimentada.“
„Los poetas han intentado describir Ankh-Morpork. Y no lo han logrado. Quizá se deba a la inanimada vitalidad del lugar, o quizá sea sencillamente que una ciudad con u millón de habitantes y ni una sola cloaca resulta más bien fuerte para los poetas, que prefieren los narcisos, y con razón. De modo que digamos nada más que Ankh-Morpork está tan llena de vida como un queso pasado en un día caluroso, que resultaba tan llamativa como una maldición en una catedral, tan brillante como una capa de aceite, tan colorida como un cardenal y tan llena de actividad, industria, bullicio y de exuberante concurrencia como un perro muerto tendido sobre un nido de termitas.“
„En una isla desierta el oro no vale nada. La comida ayuda a superar la escasez de oro mucho mejor que el oro ayuda a superar la escasez de comida. Y ya puestos, el oro tampoco vale nada en una mina de oro. El medio de intercambio en una mina de oro es el pico. La ciudad era un gran lingote de oro. ¿Qué hacía falta para respaldar la moneda? Bastaba con la ciudad. La ciudad dice que un dólar vale un dólar. Era un sueño, pero a Húmedo se le daba bien vender sueños. Y si podía vendérsele el sueño a la gente suficiente, nadie se atrevía a despertar.“
„¡No! —Húmedo dio un puñetazo en la mesa—. ¡Nunca diga eso, Toliverio! ¡Nunca! ¡Hay que correr antes que andar! ¡Volar antes que gatear! ¡Siempre seguir adelante! Usted cree que tenemos que intentar ofrecer un servicio de correos decente en la ciudad. ¡Yo creo que tenemos que intentar mandar cartas a cualquier parte del mundo! Porque si fracasamos, prefiero fracasar por todo lo alto. ¡Todo o nada, señor Ardite!“
„Ah –dijo Iñigo, después de un intercambio de murmullos–. Ahora el problema parece ser el Sargento Detritus. No se permite que los trolls estén en esta parte de la ciudad durante el día, por lo que parece, si no es con un pasaporte firmado por su… propietario. Eh… en Joder los únicos trolls permitidos son los prisioneros de guerra. Tienen que llevar una identificación. –Detritus es un ciudadano de Ankh-Morpork y mi sargento –dijo. –Aun con todo, es un troll. Quizás a favor de la diplomacia podrías escribir un breve… –¿Necesito yo un pasapote? (…)–No me importa irme si… –Cierra la boca, sargento. Eres un troll libre. Es una orden.“
„Hay una carta muy educada de lord Vetinari pidiendo de parte de la ciudad si la universidad se plantearía incluir entre los nuevos matriculados, hum, un veinticinco por ciento de alumnos menos capaces, señor…—¡No podemos tolerar que una panda de verduleros y carniceros le diga a una universidad cómo tiene que llevar sus asuntos, Stibbons! —dijo con firmeza, apuntando a una bola roja—. Deles las gracias por su interés y dígales que seguiremos admitiendo a un cien por cien de completos idiotas sin remedio, como de costumbre. ¡Que entren idiotas y salgan echando chispas, ese ha sido siempre el método de la UI!“
„Hacía mucho tiempo que los poetas habían dejado de intentar describir la ciudad. Ahora, los más astutos trataban de disculparla.“
„Acababan de salvar a la ciudad con oro más fácilmente de lo que en aquel momento podría haberla salvado cualquier héroe con acero. Pero en realidad no había sido exactamente el oro, ni siquiera la promesa del oro, sino más bien la fantasía del oro, el sueño fabuloso de que el oro estaba ahí, al final del arco iris, y de que seguiría estando ahí eternamente siempre y cuando, por supuesto, uno no se acercase a mirar. Es lo que se conoce como finanzas.“
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