Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
cliente
Relacionado con: cliente
„En los negocios no existen los amigos: no hay más que clientes.“
„Si no fuera el anatema de los proveedores de bienes de consumo, los consumidores fieles a su destino e idiosincrasia se acostumbrarían más a alquilar las cosas que a comprarlas. A diferencia de los vendedores de bienes, las empresas de alquiler anuncian la apetecible promesa de reemplazar regularmente los objetos alquilados por modelos de última generación. Los vendedores, para no verse desplazados, prometen la devolución del dinero si el cliente “no está plenamente satisfecho” y (con la esperanza de que la gratificación que proporciona no se evapore tan rápidamente) si el producto adquirido es devuelto dentro de, digamos, diez días. La “purificación” del sexo permite que la práctica sexual se adapte a esos patrones tan avanzados de compra/alquiler. El sexo puro es considerado como cierta forma de garantía confiable de reembolso económico, y los compañeros de un “encuentro puramente sexual” pueden sentirse seguros, sabiendo que la ausencia de “ataduras” compensa la molesta fragilidad de su compromiso.“
„¡Los anuncios! Un procedimiento para atraer a los desinteresados. ¿Qué le importaba a un fabricante de vehículos terrestres si el deseo de un individuo desconocido hacia su producto era espontáneo o provocado? Si el cliente —esa era la palabra— podía ser artificialmente convencido o sugestionado para sentir tal deseo y actuar en consecuencia, ¿no era eso todo lo que le importaba al fabricante?“
„¿No han notado que los abogados siempre sonríen más que el cliente?“
„Una idiotez común es creer que el que tiene más clientes es el más hábil.“
„Sham Harga había llevado con éxito un negocio de comidas durante muchos años sonriendo siempre, no fiando nunca, y dándose cuenta de que la mayoría de sus clientes querían la comida correctamente equilibrada entre los cuatro grupos alimenticios: azúcar, gelatina, grasa y trocitos crujientes quemados.“
„Muchos psiquiatras piensan como Huxley: esas sustancias (alucinógenas) no son más sino menos peligrosas que el alcohol. No es necesario aceptar totalmente esta opinión, aunque a mí me parece que no está muy alejada de la verdad, para reconocer que las autoridades las prohíben no tanto en nombre de la salud publica como de la moral social. Son un desafío a las ideas de actividad, utilidad, progreso, trabajo y demás nociones que justifican nuestro diario ir y venir. El alcoholismo es una infracción a las reglas sociales; todos lo toleran porque es una violación que las confirma. Su caso es análogo al de la prostitución: ni el borracho ni la prostituta y su cliente ponen en duda las reglas que quebrantan. Sus actos son un disturbio, una alteración del orden, no una crítica. En cambio, el recurso a los alucinógenos implica una negación de los valores sociales. Puede entenderse ahora la verdadera razón de la condenación y de su severidad: la autoridad no obra como si reprimiese una práctica reprobable o un delito sino una disidencia. Puesto que es una disidencia que se propaga, la prohibición asume la forma de un combate contra un contagio del espíritu, contra una opinión. La autoridad manifiesta un celo ideológico: persigue una herejía, no un crimen.“
„En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano–no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos–, vamos a regresar.“
„Me dice: «Ay, señora, con la enfermedad de mi mamá no he podido lo que se dice enhebrar la aguja». Yo le digo: «Pero, señora, yo la pollera la necesito». Me dice: «Créame, lo siento mucho. Una clienta como usted. Pero va a tener que disculpar». Yo le digo: «Con disculpar no se arregla nada, señora. Más le valdría cumplir a tiempo y todos saldríamos gananciosos». Me dice: «Ya que lo toma así, ¿por qué no va de otra modista?». Y yo le digo: «No es que me falten ganas, pero ya que me comprometí con usted más vale que la espere, y eso que me parece una informalidad».“
„Ya vemos que llegaste a la más avanzada edad a que puede llegar un hombre; pesan sobre ti cien años o más. Pues bien, saca las cuentas de tu existencia; cuenta qué parte de ese tiempo se ha llevado el acreedor, cuál la amiga, cuál el rey, cuál el cliente; cuánto tiempo perdiste peleándote con tu mujer, corrigiendo a tus esclavos, yendo de visita por la ciudad; añade a ello las enfermedades que tú mismo provocaste y el tiempo perdido inútilmente: verás que tienes menos años de los que cuentas.“
„Nunca falta una amiga, con su historia serpiente, para vender intrigas, necesitas un cliente, si te clava una duda y soy yo el penitente.“
„… con sus ahorros le pagó veinte pesos a un cura para que le enseñara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se compró un diccionario. Lo revisó desde la A hasta la Z y luego lo lanzó al mar, porque no era su intención estafar a los clientes con palabras envasadas.“
„(…) En cierto momento de la vida, uno descubre que está rodeado de extraños: compañeros de trabajo, clientes, acreedores, vecinos, cuñados. Los amigos de verdad están lejos, probablemente encerrados en círculos parecidos. Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas. Los matrimonios maduros se visitan mutuamente y desarrollan pálidas parodias de la amistad verdadera: se cuentan una y otra vez episodios antiguos, vividos con los amigos viejos, que ya no están. Cuando uno es joven no cuenta historias a sus amigos: las vive con ellos.“