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„¡Oh, soledad, alegre compañía de los tristes!“
„Yo no sabía si era yo quien siempre elegía mal las compañías o si la gente acababa siendo diferente de lo que yo pensaba” – Déjame que te cuente“
„Estad siempre dispuestos a hablar con franqueza y evitaréis la compañía de los hombres ruines.“
„Nadie nos impide negar la vida, como ha hecho Schopenhauer. Así que mátate y no tendrás que volver a pensar en ello. Si no te gusta la vida, mátate. Si vives y no puedes comprender el sentido de la existencia, ponle fin, en lugar de dar vueltas contando y escribiendo que no la comprendes. Tienes una alegre compañía, todos se encuentran muy bien en ella y saben lo que hacen; si te aburres y la encuentras ofensiva, vete.Los que estamos convencidos de la necesidad del suicidio y no nos decidimos a llevarlo a cabo, ¿qué somos, si no los hombres más débiles e inconsecuentes y, hablando con franqueza, los más estúpidos, que se enorgullecen de su estupidez como un niño lo haría de su juguete nuevo?“
„Me encanta su compañía y me gusta saber que están ahí en casa en el caso de que algo suceda. Estar en casa es agradable y es que la forma en la quiero estar.“
„Aparta tu nariz de mis asuntos,saca tu pagaré de tu alcancía,estoy más solo cuando estamos juntosque con tu puto com por compañía.“
„El ángel caído se convierte en un malvado demonio. No obstante, incluso el enemigo de Dios y del hombre gozó de la compañía de amigos y semejantes en su desolación. Yo en cambio, estoy completamente solo.»-El Monstruo.“
„Dos inclinaciones impedían conducirme hasta el conocimiento verdadero de la vida: era bebedor y detestaba a los hombres, no me alegraba la compañía de mis semejantes.“
„La compañía de quienes buscan la verdad es infinitamente preferible a la de quienes creen haberla encontrado.“
„Lamentamos no estamos solos. Pertenecemos a la compañía más grande del mundo: la compañía de quienes han conocido el sufrimiento.“
„Eras mi cómplice en los sueños, sabíamos que un día, unidos volaríamos. Se que tus alas se quedan conmigo, que desde el cielo tu abrazo es mi abrigo, ángel divino me cuidas del mal, se que camino con tu compañía, que con tu voz se me encienden los días, aunque tu puerta hoy este mas allá; Te puedo escuchar“
„Estar en compañía no es estar con alguien, sino estar en alguien.“
„Convalecemos. En general somos gente que no aprende ningún arte u oficio, ni siquiera el de disfrutar de la vida. Reacios a las largas convivencias, en general nos cansan nuestros mejores amigos después de estar media hora con ellos. Sólo queremos verlos cuando no pensamos en verlos y las mejores horas en su compañía son las horas en que soñamos que estamos con ellos. No sé si esto entraña poca amistad. Afortunadamente no es así. Lo cierto es que las cosas que amamos más, o creemos amar más, sólo tienen verdadero valor mientras las soñamos simplemente.“
„Tenía tres sillas en mi casa; una para la soledad, dos para la amistad, tres para la compañía“
„Realicemos nuestro día con el mismo propósito que anima a la Naturaleza, y no nos dejemos apartar del camino por cascara alguna o por ala de mosquito que puedan caer en él. Levantémonos temprano, ayunemos o desayunémonos pausadamente y sin perturbaciones; que venga y vaya la compañía, que tañan las campanas o lloren los niños; sigamos, determinados a hacer de ello un día. ¿Por qué habríamos de someternos e ir con la corriente? No nos sintamos perturbados y vencidos en ese terrible rápido arremolinado que llamamos almuerzo, sito en los bajíos del mediodía. Sortead este peligro, y estaréis a salvo para el resto de la jornada, que discurrirá luego cuesta abajo. Con nervios templados y vigor matinal, dejadlo atrás, y como Ulises atado al mástil, poned la mirada en otra parte. Si silba el motor, que lo haga hasta enronquecer de insistencia. Si tañe la campana ¿por qué hemos de apresurarnos? Consideremos qué música nos ofrecen. Resolvámonos a hacer nuestro camino, llevando adelante nuestros pasos a través del barro y lodo de la opinión, prejuicios, tradición, engaño y apariencias que, cual tierra de aluvión, cubren el globo entero desde París a Londres, Nueva York, Bostón y Concord, a través de Iglesia y Estado, a través de la poesía, la filosofía y la religión, hasta que alcancemos un suelo duro y rocoso, al que podemos llamar realidad, y digamos: «Héla aquí, no hay duda». Y entonces, comencemos, contando con un point d’appui, bajo crecidas, heladas o fuego; un lugar donde se pueda encontrar un muro o una propiedad, donde se pueda erigir sin problemas un farol, o acaso un medidor, no un Nilómetro sino un Realímetro, para que las generaciones futuras sepan qué caudal llegaban a alcanzar de vez en cuando las riadas de engaños y apariencias. Si os enfrentáis cara a cara con un hecho, veréis brillar el sol en sus dos facetas, como si fuera una cimitarra, y sentiréis su suave filo, que os divide por el corazón y la médula, concluyendo así vuestra carrera mortal. Trátese de vida o muerte, nosotros ansiamos sólo la realidad. Si en verdad morimos, que oigamos el estertor en nuestras gargantas y sintamos el frío de nuestras extremidades; si estamos vivos, vayamos a lo nuestro. El tiempo no es sino el río donde voy a pescar. Bebo en él, y mientras lo hago, veo su lecho arenoso y descubro cuán cerca se encuentra de mí. Su fina corriente discurre incansable, pero la eternidad permanece. Yo quisiera beber de más hondo; y pescar en el cielo, cuyo cauce está tachonado de estrellas. No puedo contarlas. Ignoro la primera letra del alfabeto. Siempre he lamentado no ser tan sabio como el día en que nací. La inteligencia es un hendedor; discierne y saja su camino en el secreto de las cosas. No deseo ocupar mis manos más de lo necesario. Mi cabeza es manos y pies. Siento concentradas en ella mis mejores facultades. Mi instinto me dice que aquélla es un órgano excavador, como los hocicos y garras de algunos animales, y con ella minaría y horadaría yo mi camino a través de estas colinas. En algún lugar de estos alrededores se encuentra, creo, la vena más rica; me lo dicen mi varita mágica y los mágicos vapores que ascienden serpenteando. Aquí comenzaré a minar.“
„El paraíso me gusta por el clima, el infierno lo prefiero por la compañía.“
„Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,qué soledad errante hasta tu compañía!Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.“
„Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!“
„Quise compañía y obtuve un monólogo, quise un final feliz y me quedé en el prólogo“
„Debemos reservarnos una trastienda del todo nuestra, del todo libre, donde fijar nuestra verdadera libertad y nuestro principal retiro y soledad. En ella debemos mantener nuestra habitual conversación con nosotros mismos, y tan privada que no tenga cabida ninguna relación o comunicación con cosa ajena; discurrir y reír como si no tuviésemos mujer, hijos ni bienes, ni séquito ni criados, para que, cuando llegue la hora de perderlos, no nos resulte nuevo arreglárnoslas sin ellos. Poseemos un alma que puede replegarse en sí misma; puede hacerse compañía, tiene con qué atacar y con qué defender, con qué recibir y con qué dar. No temamos, en esta soledad, pudrirnos en el tedio del ocio: In solis sis tibi turba locis. [En estas soledades, sé una multitud para ti mismo]. La virtud se contenta consigo misma: sin enseñanzas, sin palabras, sin obras.“
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