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„Las escuelas solo son un complemento de la enseñanza de los padres. En“
„el del español fue siempre un largo y doloroso camino hacia ninguna parte, jalonado de ruindad y de infamia. De que la grandeza, el fulgor de nuestra historia, resulta compatible con nuestra miserable condición humana; y que, paradójicamente, una es complemento o consecuencia de la otra, y viceversa“
„El cristiano ve a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, como el recipiente que guarda íntegro el depósito de la fe, como la Esposa fiel que comunica sin mengua ni falta todo lo que Cristo le dejó como encargo … La Iglesia como realidad “santificada” plenamente y capaz de recibir y de comunicar — sin errores ni carencias, desde su propia pobreza y aun con sus pecados — toda la santidad de Dios, no es un “complemento” o un “agregado institucional” a Jesucristo, sino participación plena de su Encarnación, de su Vida, de su Pasión, muerte y Resurrección. … Al defender su pureza, su indefectibilidad, su santidad de Esposa, la Iglesia está defendiendo el “lugar” por donde pasa el Don la Vida de Dios al mundo y el don de la vida del mundo a Dios. Este don – cuya expresión más plena es la Eucaristía – no es un don más entre otros sino del don total de la Vida más íntima de la Trinidad que se derrama para la vida del mundo y la vida del mundo asumida por el Hijo que se ofrece al Padre.“
„En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa “sufrimiento”. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos “añoranza”; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra “nostalgia” tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: “te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia”. En español, “añoranza” proviene del verbo “añorar”, que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir: je m? ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o “en falta”), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra “nostalgia” en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).“