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Relacionado con: cortina
„Intimidad necesitamos todos, el Sol pone nubes a modo de cortinas porque quiere estar solo.“
„Baile La Carmen está bailando por las calles de Sevilla. Tiene blancos los cabellos y brillantes las pupilas. ¡Niñas, corred las cortinas! En su cabeza se enrosca una serpiente amarilla, y va soñando en el baile con galanes de otros días. ¡Niñas, corred las cortinas! Las calles están desiertas y en los fondos se adivinan, corazones andaluces buscando viejas espinas. ¡Niñas, corred las cortinas! * * * *“
„Si el Everton jugara en el jardín de mi casa, correría las cortinas.“
„El mundo nunca supo tanto de sí mismo y de su naturaleza como ahora, pero no le sirve de nada. Siempre hubo maremotos, fíjese. Lo que pasa es que antes no pretendíamos tener hoteles de lujo en primera línea de playa… El hombre crea eufemismos y cortinas de huo para negar las leyes de la naturaleza. También para negar la infame condición que le es propia. Y cada despertar le cesta los doscientos muertos de un avión que se cae, los doscientos mil de un tsunami o el millón de una guerra civil.“
„Su belleza subió por la pendiente, entró en la habitación, crujiendo como un fantasma a través de las cortinas …“
„Un buen ensayo debe tener esta cualidad permanente; debe bajar su cortina alrededor nuestro, pero debe ser una cortina que nos encierra dentro, no fuera.“
„[…] las cosas por las que se nos conoce son simples chiquilladas. Por debajo, todo está oscuro, todo se extiende, todo es insondablemente profundo; pero de cuando en cuando salimos a la superficie y por eso se nos conoce. A la señora Ramsay su horizonte le parecía no tener límites. Estaban todos los lugares que no había visto; las llanuras de la India; también se veía apartando la gruesa cortina de cuero de una iglesia romana. El núcleo de oscuridad podía ir a cualquier sitio, porque nadie lo veía. Nadie podía detenerlo, pensó, exultante. Allí estaba la libertad, allí estaba la paz, allí estaba —bien más precioso que ningún otro— la posibilidad de recogerse, de descansar sobre una plataforma de estabilidad. De acuerdo con su experiencia, nunca se encontraba descanso en tanto que uno mismo (aquí realizó una maniobra muy hábil con las agujas), pero sí como cuña de oscuridad. Al perder la personalidad se perdía la preocupación, la prisa, la agitación; y siempre le subía hasta los labios alguna exclamación para expresar su triunfo sobre la vida cuando las cosas confluían en aquella paz, aquel descanso, aquella eternidad; y, haciendo una pausa, volvió la vista para encontrarse con el destello del faro, el destello largo, el último de los tres, que era su destello; porque, siempre, al contemplar las cosas con aquel estado de ánimo a aquella hora del día, resultaba inevitable sentirse especialmente atraída por una de ellas; y aquella cosa, aquel destello largo, era su destello.“
„Cuando llovía con fuerza, Max sentía que el tiempo se detenía. Era como una tregua en la cual uno podía dejar de hacer cualquier cosa que le ocupase en aquel momento y sencillamente acercarse a contemplar el espectáculo de aquella infinita cortina de lágrimas del cielo desde una ventana, durante horas. Dejó de nuevo el libro sobre la mesita y apagó la luz. Lentamente, envuelto en el sonido hipnótico de la lluvia, se rindió al sueño.“
„Levanté la mirada y me quedé mudo. Un colosal laberinto de puentes, pasajes y estantes repletos de cientos de miles de libros se alzaba formando una gigantesca biblioteca de perspectivas imposibles. Una madeja de túneles atravesaba la inmensa estructura que parecia ascender en espiral hacia una gran cúpula de cristal de la que se filtraban cortinas de luz y tinieblas. Pude ver algunas siluetas aisladas que recorrían pasarelas y escalinatas o examinaban con detalle los pasadizos de aquella catedral hecha de libros y palabras.“
„Ella medió, por turnos, en promesas rotas y arcos rotos, faetones y falsas cortinas, Tilneys y trampillas.“
„Una cortina de tinieblas oculta el mundo fantástico donde antes me paseaba libremente.“
„Nunca juzgues útil para ti mismo lo que tal vez te obligue algún día a quebrantar la palabra dada, a renunciar al pudor, a odiar; recelar, imprecar, disimular, desear lo que sólo puede hacerse a puertas cerradas y tras las cortinas. El hombre que a todo antepusiere su inteligencia, su genio interior y los misterios del culto debido a la gloria de éste, ese hombre no representará una tragedia, no se entregará al llanto, prescindirá de la soledad como de la muchedumbre; y, lo que es más, vivirá sin aprestarse y sin huir de la muerte. No se inquietará por gozar, durante un intervalo más o menos largo de tiempo, de este soplo que rodea su cuerpo. Que, aunque conviniere desprenderse de él al mismo punto, marchará tan ágilmente como haría en cualquiera otra de las funciones de la vida, moderada y decorosamente. La sola cosa que procura durante toda su vida es preservar su inteligencia de una deformación contraria a la naturaleza de un ser inteligente y sociable.“
„Le han visto allí muchas mañanas, aumentandocon su llanto el rocío de la mañana,añadiendo a las nubes sus nubes de suspiros.Mas, en cuanto el sol, que todo alegra,comienza a descorrer por el remoto orientelas oscuras cortinas del lecho de Aurora,mi melancólico hijo huye de la luzy se encierra solitario en su aposento,cerrando las ventanas, expulsando toda luzy creándose una noche artificial“
„Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.“
„Mucho, señora, daríaPor tender sobre tu espaldaTu cabellera bravía,Tu cabellera de gualda:Despacio la tendería,Callado la besaría.Por sobre la oreja finaBaja lujoso el cabello,Lo mismo que una cortinaQue se levanta hacia el cuello.La oreja es obra divinaDe porcelana de China.Mucho, señora, te dieraPor desenredar el nudoDe tu roja cabelleraSobre tu cuello desnudo:Muy despacio la esparciera,Hilo por hilo la abriera“