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„Resurreción… ah, toda una palabra (que tú deberías olvidar cuanto antes, y bien lo sabes).“
„Roland comprende que tiene razón. Si la búsqueda de la Torre Oscura ha de finalizar allí, en la Colina de Jericó, traicionados por uno de los suyos y abatidos por lo que quedaba del bárbaro ejército de John Farson, entonces que acabara por todo lo alto.—¡Ea! —grita—. ¡Ea, muy bien! ¡Los del castillo, a mí! ¡Pistoleros, a mí! ¡A mí!—En cuanto a los pistoleros, Roland —dice Cuthbert—, estoy aquí. Y somos los últimos.“
„Elijo la Torre. Tengo que hacerlo. Que ella viva una larga y venturosa vida con otro; lo hará con el tiempo. En cuanto a mí, yo elijo la Torre.“
„Ya vemos que llegaste a la más avanzada edad a que puede llegar un hombre; pesan sobre ti cien años o más. Pues bien, saca las cuentas de tu existencia; cuenta qué parte de ese tiempo se ha llevado el acreedor, cuál la amiga, cuál el rey, cuál el cliente; cuánto tiempo perdiste peleándote con tu mujer, corrigiendo a tus esclavos, yendo de visita por la ciudad; añade a ello las enfermedades que tú mismo provocaste y el tiempo perdido inútilmente: verás que tienes menos años de los que cuentas.“
„La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino cuánto bien haya sido representada.“
„Cuanto parece morir no hace sino cambiar. Quien tiene que volver no debe de sufrir al marchar.“
„La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas, ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden de los pueblos, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados, que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La patria no es abrigadora de crímenes.“
„Disculpa un momento, ¿se puede saber qué está pasando aquí? —le preguntó a Julian—. ¿Por qué lo has golpeado?Cuando la miró, el humor brillaba en sus ojos.—Porque me encanta hacerlo.—Muy bonito —le dijo Cupido muy despacio a Julian, sin mirar ni una vez a Grace—. No me has visto desde… ¿cuánto hace ya?, ¿dos mil años? Y, a pesar de eso, en lugar de recibir un abrazo fraternal y amistoso, acabo aporreado. —Cupido miró a Psiqué con una sonrisa socarrona—. Y mamá se pregunta por qué no me relaciono más con mis hermanos…—No estoy de humor para aguantar tus sarcasmos, Cupido —advirtió Julian entre dientes.Cupido resopló.—¿Es que no vas a dejar de llamarme por ese horrible nombre? Jamás he podido soportarlo y no puedo creer que te guste, dado lo mucho que odiabas a los romanos.Julian le dedicó una fría sonrisa.—Lo utilizo porque sé lo mucho que lo odias, Cupido.Cupido apretó los dientes y Grace percibió el esfuerzo que el dios hacía para no abalanzarse sobre Julian.“
„La riqueza de un alma se mide por cuánto puede sentir… la pobreza por cuán poco. (Nekoda)“
„«Es un hermoso día para morir. ¿Qué te parece si matamos unos cuantos bastardos romanos antes de pagar a Caronte?»“
„Duele cuando sabes que no importa cuanto lo intentes, cuanto lo quieras, ellos no pueden amarte o aceptarte como eres.“
„Las personas engañan y mienten. Cuanto más hay, más planean tomar y más a menudo lo intentan. El mundo es un lugar feo, y la gente, al parecer, en su mayoría piensa que es mejor y más fácil tomar de los demás que ganárselos ellos mismos. (Kyrian)—Entonces, ¿por qué luchas para protegernos? (Nick)—Porque cada vez que pienso que no vale la pena, que la gente merece la miseria de sus vidas, me encuentro con alguien que me hace replantear eso. (Kyrian)—¿Como quién? (Nick)—Un sabihondo Cajun que besa el suelo por el que su madre camina. Uno que estaba dispuesto a dar su vida para proteger a dos extraños de sus mejores amigos, a pesar de que necesitaba el dinero para comer. Una mujer que está dispuesta a rebajarse a sí misma para alimentar a su hijo. Otra que enfrentó a un cártel de drogas con el fin de proteger a su familia y su pequeño pueblo. Esa clase de amor me recuerda al humano que una vez fui. Las personas como tú, tu madre, y Rosa se merecen a alguien que cuide sus espaldas. (Kyrian)“
„Mis habitaciones eran tan agradables que tardé casi un día entero en darme cuenta de cuánto las odiaba.“
„Cuando estuvimos cerca, me di cuenta de que tenía las manos sudadas.—Divina pareja, espera un momento —dije, y me paré.Wil arqueó una ceja.—Estoy nervioso como una prostituta inexperta —expliqué—. Dame un momento.—Dices que Lorren te levantó el castigo hace dos días —dijo Wilem—. Creía que entrarías en cuanto te dieran el permiso.—He esperado para que puedan actualizar los registros. —Me sequé las manos húmedas en la camisa—. Estoy seguro de que pasará algo —añadí con nerviosismo—. Mi nombre no aparecerá en el registro. Ambrose estará en el mostrador y sufriré una recaída de la droga y acabaré arrodillándome sobre su cuello y chillando.—Me encantaría verlo —dijo Wil—, pero hoy Ambrose no trabaja.—Bueno, ya es algo —admití, y me relajé un poco. Señalé las palabras escritas sobre la puerta—. ¿Sabes qué significa eso?Wil alzó la vista.—El deseo de conocimiento forma al hombre —dijo—. O algo parecido.—Me gusta. —Inspiré hondo—. Bueno. Vamos allá.“
„Hay dos tipos de secretos. Hay secretos de la boca y secretos del corazón. La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes. Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven. Es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos.“
„Veréis, mi espectacular llegada a la Universidad había causado un revuelo considerable. Había entrado en el Arcano en tres días en lugar de en tres bimestres, que era lo habitual. Era el miembro más joven, con casi dos años de diferencia. Había desafiado abiertamente a un maestro delante de toda la clase y me había salvado de la expulsión. Me habían azotado y no había llorado ni sangrado.Por si eso fuera poco, había conseguido enfurecer al maestro Elodin hasta el punto de que él me había empujado desde el tejado de las Gavias. Dejé que esa historia circulara sin corregirla, pues era preferible a la bochornosa verdad.Todo eso era suficiente para generar un constante flujo de rumores sobre mí, y decidí aprovecharme de ello. La reputación es como una especie de armadura, o un arma que puedes blandir en caso de necesidad. Decidí que, ya que iba a ser arcanista, ¿por qué no ser un arcanista famoso?Así que solté unas cuantas informaciones: me habían admitido sin carta de recomendación. Los maestros me habían dado tres talentos en lugar de cobrarme la matrícula. Había sobrevivido varios años en las calles de Tarbean, viviendo de mi ingenio.Incluso lancé unos cuantos rumores que eran auténticas sandeces, mentiras descaradas que la gente repetía pese a que resultaba evidente que no eran ciertas. Tenía sangre de demonio en las venas. Veía en la oscuridad. Solo dormía una hora todas las noches. Cuando había luna llena, hablaba en sueños, en un idioma extraño que nadie entendía.Basil, mi antiguo compañero de litera de las Dependencias, me ayudó a propagar esos rumores. Yo me inventaba la historia, él se la contaba a unos cuantos, y juntos veíamos cómo se extendían como el fuego por un campo. Era un pasatiempo muy entretenido.“
„A veces los nombres se basan en otros más antiguos. Cuanto más antiguo es el nombre, más cerca está de la verdad.“
„Dado que Imre era un refugio para la música y el teatro, quizá penséis que yo pasaba mucho tiempo allí, pero nada podría estar más lejos de la verdad. Solo había estado en Imre una vez. Wilem y Simmon me habían llevado a una posada donde tocaba un trío de hábiles músicos: laúd, flauta y tambor. Pedí una jarra de cerveza pequeña que me costó medio penique y me relajé, dispuesto a disfrutar de una velada con mis amigos…Pero no pude. Apenas unos minutos después de que empezara a sonar la música, casi salí corriendo del local. Dudo mucho que podáis entender por qué, pero supongo que si quiero que esto tenga algún sentido, tendré que explicároslo.No soportaba oír música y no formar parte de ella. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro hombre. No. No es eso. Era como…Era como los consumidores de resina que había visto en Tarbean. La resina de denner era ilegal, por supuesto, pero había partes de la ciudad en que eso no importaba. La resina se vendía envuelta en papel encerado, como los pirulís o los tofes. Mascarla te llenaba de euforia. De felicidad. De satisfacción.Pero pasadas unas horas estabas temblando, dominado por una desesperada necesidad de consumir más, y esa ansia empeoraba cuanto más tiempo llevabas consumiéndola. Una vez, en Tarbean, vi a una joven de no más de dieciséis años con los reveladores ojos hundidos y los dientes exageradamente blancos de los adictos perdidos. Le estaba pidiendo un «caramelo» de resina a un marinero, que lo sostenía fuera de su alcance, burlándose de ella. Le decía a la chica que se lo daría si se desnudaba y bailaba para él allí mismo, en medio de la calle.La chica lo hizo, sin importarle quién pudiera estar mirando, sin importarle que fuera casi el Solsticio de Invierno y que en la calle hubiera diez centímetros de nieve. Se quitó la ropa y bailó desenfrenadamente; le temblaban las pálidas extremidades, y sus movimientos eran patéticos y espasmódicos. Entonces, cuando el marinero rio y negó con la cabeza, ella cayó de rodillas en la nieve, suplicando y sollozando, agarrándose desesperadamente a las piernas del marinero, prometiéndole que haría cualquier cosa que le pidiera, cualquier cosa…Así era como me sentía yo cuando oía tocar a unos músicos. No podía soportarlo. La ausencia diaria de mi música era como un dolor de muelas al que me había acostumbrado. Podía vivir con ello. Pero no soportaba ver cómo agitaban delante de mí el objeto de mi deseo.“
„. Los secretos son la piedra angular de la civilización, y sé que tú tienes más que la mayoría de la gente.—Yo no creo que tenga secretos —lo contradije.Sim y Fela rompieron a reír a la vez.—Me temo que acabas de demostrar que Sim tiene razón —dijo Fela—. A mí me consta que tienes unos cuantos.—Y a mí también —dijo Sim.“
„Por muy atractiva que parezca una cosa, tienes que valorar los riesgos que corres. Cuánto lo deseas, cuánto estás dispuesto a quemarte.“
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