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„Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: «¿Cuánto placer me proporciona la vida?», llegamos a pensar: «¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?».“
„Cuanto menos soy más viva estoy, cuanto más pierdo mi nombre más me llaman.“
„Ahora lo sé: soy sola. Yo y mi liberad que no sé usar. La gran responsabilidad de la soledad. Quien no está perdido no conoce la libertad y no la ama. En cuanto a mí, asumo mi soledad. Que a veces se extasía como ante los fuegos artificiales. Soy sola y tengo que vivir una cierta gloria íntima que en la soledad pueda convertirse en dolor. Y el dolor, en silencio.“
„Cuántas veces le había dado una propina exagerada al camarero, sólo porque pensó que él iba a morir y no lo sabía“
„Lori, dijo Ulises, y de repente pareció grave aunque hablase tranquilo, Lori: una de las cosas que aprendí es que se debe vivir a pesar de. A pesar de, se debe comer. A pesar de, se debe amar. A pesar de, se debe morir. Inclusive, muchas veces el propio a pesar de nos empuja hacia adelante. Fue a pesar de que me dio una angustia que insatisfecha fue la creadora de mi vida. Fue a pesar de que paré en la calle y me quedé mirándote mientras esperabas un taxi. Y desde luego deseándote, ese cuerpo tuyo que ni siquiera es lindo, pero es el cuerpo que quiero. Pero te quiero entera, con el alma también. Por eso no importa que no venga, esperaré cuanto sea necesario.“
„El tiempo de la vida humana es un punto: la sustancia, fluente; la sensación, oscurecida; toda la constitución del cuerpo, corruptible; en resumen, todas las cosas propias del cuerpo son a manera de un río; las del alma, sueño y vaho; la vida, una lucha, un destierro; la fama de la posteridad, olvido. Qué hay, pues, que nos pueda llevar a salvamento? Una sola y única cosa: la filosofía. Y ésta consiste en conservar el dios interior sin ultraje ni daño, para que triunfe de placeres y de dolores, para que no obre al acaso, y se mantenga lejos de toda falsedad y disimulo, al margen de que se haga o no se haga esto o aquello; además, para que acepte la parte que le tocare en los varios sucesos accidentales e integrales de su parte, como procedentes de aquel origen de quien procede él mismo; y, en particular, para que aguarde la muerte en actitud plácida, no viendo en ella otra cosa más que la disolución de los elementos de que consta todo ser viviente. Si no hay nada temible para los mismos elementos en esta transformación incesante de uno en otro, por qué temer la transformación y disolución de todas las otras cosas? Esto es conforme con la naturaleza: y nada es malo cuanto de ella se acomoda.“
„¡Cuántos de los agasajados con muchos himnos están ya entregados al olvido! ¡Cuántos de los que hicieron esos himnos hace tiempo que están ausentes!“
„Hay que reflexionar continuamente en cuántos médicos han muerto tras haber fruncido el entrecejo muchas veces por sus enfermos“
„si te elevaran en el aire y miraras hacia abajo las cosas humanas y su versatilidad, piensa que las despreciarías al verlas todas al mismo tiempo que las que habitan por todo el aire y la atmósfera[489]. Y que cuantas veces seas elevado verás lo mismo, lo semejante, su brevedad. De eso depende el delirio de grandeza.“
„Todo lo que ocurre, ocurre con razón. Lo descubrirás, si fijamente lo observares. No digo sólo que todo viene en fuerza de las consecuencias, pero también con relación a la justicia, y como si alguien distribuyera a cada cual las recompensas según su merecido. Sigue, pues, observando como has empezado, y todo cuanto hicieres hazlo con la intención de ser un hombre de bien, según la idea específica que suele formarse del hombre recto. Practica esta regla en todas tus acciones.“
„¿Qué hay, pues, que nos pueda llevar a salvamento? Una sola y única cosa: la filosofía. Y ésta consiste en conservar el dios interior sin ultraje ni daño, para que triunfe de placeres y dolores, para que no obre al acaso, y se mantenga lejos de toda falsedad y disimulo, al margen de que se haga o no se haga esto o aquello; además, para que acepte la parte que le tocare en los varios sucesos accidentales e integrantes de su parte, como procedentes de aquel origen de quien procede él mismo; y, en particular, para que aguarde la muerte en actitud plácida, no viendo en ella otra cosa más que la disolución de los elementos de que consta todo ser viviente. Si no hay nada temible para los mismos elementos en esta transformación incesante de uno en otro, ¿por qué temer la transformación y disolución de todas las otras cosas? Esto es conforme con la naturaleza: y nada es malo de cuanto a ella se acomoda.“
„Recuerdo a los hombres famosos del pasado: Alejandro, Pompeyo, Julio César, Sócrates, y tantos otros; y me pregunto: Ahora ¿dónde están? ¡Cuánto han luchado, para luego morir y volverse tierra…! La vida no es sino un río de cosas que pasan y se pierden. Veo una cosa por un instante, y ya pasó; y otras y otras pasarán… Pronto me llegará la orden: -Te has embarcado; has navegado; has llegado; desembarca…“
„¡Cuánta holgura se logra si no se mira lo que el vecino dijo, hizo o pensó, sino lo que hace uno mismo, para que también esta acción sea justa, santa y conforme con el bien! No observes los malos caracteres, sino lleva adelante tu camino hacia el fin, sin mirar acá ni allá, por los lados.“
„¡A cuántos Crisipos se ha tragado ya la eternidad, a cuántos Sócrates, a cuántos Epictetos! Que se te ocurra lo mismo ante absolutamente cualquier hombre y cosa.“
„Así acontece frecuentemente a los hombres. Cualquier defecto natural en ellos, sea el de su nacimiento, del cual no son culpables (puesto que nadie puede escoger su origen), sea cualquier desorden ocurrido en su temperamento, que muchas veces rompe los límites y reparos de la razón, o sea cualquier hábito que se aparte demasiado de las costumbres recibidas llevando a estos hombres consigo el signo de un solo defecto que imprimió en ellos la naturaleza o el acaso, aunque sus virtudes fuesen tantas cuantas es concedido a un mortal, y tan puras como la bondad celeste; serán no obstante amancilladas en el concepto público, por aquel único vicio que las compaña. Un solo adarme de mezcla quita el valor al más precioso metal y le envilece.“
„Cuanto más grande es la prueba, más glorioso es el triunfo.“
„En todo cuanto se hace se es más ardiente al intentarlo que al disfrutarlo.“
„¡A cuántos tontos enamorados esclaviza la locura de los celos!“
„Te ruego que recites el pasaje tal como te lo he declamado yo, con soltura y naturalidad, pues si lo haces a voz en grito, como acostumbran muchos de nuestros actores, valdría más que diera mis versos a que los voceara el pregonero.Guardate también de aserrar demasiado el aire, así con la mano.Moderación en todo, pues hasta en medio del mismo torrente, tempestad y aún podría decir to torbellino de tu pasión, debes tener y mostrar aquella templanza que hace suave y elegante la expresión.¡Oh! me hiere el alma oir desgarrar una pasión hasta convertirla en jirones y verdaderos guiñapos, hediendo los oídos de los «mosqueteros» que por lo general, son incapaces apreciar otra cosa que incomprensibles pantomimas y barullo.De buena gana mandaría azotar a ese energúmeno por exagerar el tipo de Termagante….¡¡Esto es ser más herodista que Herodes…!¡ Evitalo tú, por favor!No seas tampoco demasiado tímido; en ésto tu propia discreción debe guiarte.Que la acción corresponda a la palabra y la palabra a la acción, poniendo un especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la naturaleza, porque todo lo que a ella se opone, se aparta igualmente del propio fin del arte dramático, cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren, ha sido y es, presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad;Mostrar a la virtud sus propios rasgos, al vicio su verdadera imgen y a cadaedad y generación su fisonomía y sello caraterístico.De donde resulta que si se carga la expresión o si esta languidece, por más que ello haga reir a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos, cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en vuestra estima que el de todo un público compuesto de los otros.¡Oh! cómicos hay a quienes he visto representar y a los que he oído elogiar, y en alto grado, que, por no decirlo en malos términos, no teniendo ni acento ni traza de cristianos, de gentiles, ni tan siquiera de hombres, se pavoneaban y vociferaban de tal modo que llegué a pensar si proponiéndose algún mal artífice de la Naturaleza formar tal casta de hombres, le resultaron unos engendros:¡Tan abominablemente imitaban la Humanidad!¡Oh! Corregidlo del todo! y no permitáis que los que hacen de graciosos ejecuten más de lo que les esté indicado, porque alguno de ellos empiezan a dar risotadas para hacer reir a unos cuantos espectadores imbéciles, aún cuando en aquel preciso momento algún punto esencial de la pieza reclame la atención.Esto es indigno, y revela en los insensatos que lo practican la más estúpida pretensión. Id a prepararos“
„Te veo preocupado, hijo mío,y como abatido. Recobra el ánimo.Nuestra fiesta ha terminado. Los actores,como ya te dije, eran espíritusy se han disuelto en el aire, en aire leve,y, cual la obra sin cimientos de esta fantasía,las torres con sus nubes, los regios palacios,los templos solemnes, el inmenso mundoy cuantos lo hereden, todo se disiparáe, igual que se ha esfumado mi etérea función,no quedará ni polvo. Somos de la mismasustancia que los sueños, y nuestra breve vidaculmina en un dormir. Estoy turbado.Disculpa mi flaqueza; mi mente está agitada.No te inquiete mi dolencia. Si gustas,retírate a mi celda y reposa.Pasearé un momento por calmarmi ánimo excitado. (Próspero)“
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