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„Siento no depositar esta insignia ante la asamblea nacional, de quien la había recibido; siento retirarme sin haber consolidado las instituciones que ella había creído propias del país y que había jurado defender; pero al menos tengo el consuelo de dejar a Chile independiente de toda dominación extranjera, respetado en el exterior y cubierto de gloria por sus hechos de armas. Doi gracias a la divina providencia que me ha elegido instrumento para tales bienes, y que me ha concedido la fortaleza de ánimo necesaria para resistir el inmenso peso que sobre mi han hecho gravitar las azarosas circunstancias en que he ejercido el mando. Pido muy de veras al cielo proteja del mismo modo a los que deben sucederme. Señores, al presente soy un simple particular. Mientras he estado investido de la primera dignidad de la república, el respeto, sino mi persona, al menos a ese alto empleo, debía haber impuesto silencio a vuestras quejas. Ahora podeis hablar sin conveniencia. Que se presenten mis acusadores. Quiero conocer los males que he causado, las lágrimas que he hecho derramar. Salid y acusadme. Si las desgracias que me hechais en rostro han sido, no el efecto preciso de la época del poder sino del desahogo de malas pasiones, esas desgracias no pueden purgarse sino con mi sangre. Tomad de mi la venganza que queráis, que yo no os opondré resistencia. ¡Aquí esta mi pecho!“
„Cuando aquí se casan, intercambian anillos, pagan arras, reciben puñados de arroz en la cabeza, ignorantes de la simbólica milenaria de sus propios gestos. Buscan el haba en la torta de Epifanía, llevan almendras al bautismo, cubren un abeto de luces y guirnaldas, sin saber qué es el haba, ni la almendra, ni el árbol que enjoyaron. Los hombres de acá ponen su orgullo en conservar tradiciones de origen olvidado, reducidas, la más de las veces, al automatismo de un reflejo colectivo – a recoger objetos de un uso desconocido, cubiertos de inscripciones que dejaron de hablar hace cuarenta siglos.“
„«El rock puede ser violento y sexual; los demonios pueden aparecer y ser exorcizados, pero la ternura y la espiritualidad, las cuestiones reales de la gente, no estaban cubiertas. Y ese viaje espiritual, la fe, es lo importante de U2».“
„Hazrat Ali, en un dicho que se le atribuye, dice: “El hombre está disfrazado, cubierto por su lengua“
„Del salón en el angulo oscurode su dueño tal vez olvidadasilenciosa y cubierta de polvoveiase el arpa¡Cuanta nota dormia en sus cuerdascomo el pájaro duerme en las ramasesperando la mano de nieveque sabe arrancarlas-¡Ay!-pensé-.¡Cuantas veces el genioasi duerme en el fondo del alma,, como Lazaro, esperaque le diga:»¡Levantate y anda!»y una voz“
„Aunque me gustaría, probablemente no puedo dar una buena razón para justificar que la vida merece la pena, pero si alguien entrara ahora mismo en este cuarto con una escopeta, mi reacción natural, como la de cualquiera de nosotros, será aferrarme a la vida y ponerme a cubierto.“
„La escultura no es una ciencia sino un arte totalmente mecánico, que provoca sudor y fatiga corporal en su realizador… lo cubre de polvo y de escombros y le deja el rostro pastoso y enharinado de polvo de mármol como un molinero. Salpicado de esquirlas, parece cubierto de copos de nieve, y su habitación está sucia y repleta de escombros y del polvo de la piedra.“
„«Todo lo que haces es encaminarte derecho a la tumba, un rostro cubre el esqueleto por un tiempo. Extiende esa cubierta del cráneo y sonríe».“
„Quiero decir, ¿qué es un regalo de no-cumpleaños?- Un regalo que te hacen cuando no es tu cumpleaños, naturalmente.Alicia meditó un momento. <>, dijo por fin.- ¡No sabes lo que dices! -exclamó Tentetieso- ¿Cuántos días tiene el año?- Trescientos sesenta y cinco -dijo Alicia.- ¿Y cuántos cumpleaños tienes?- Uno.- Y si restas uno a trescientos sesenta y cinco, ¿cuántos te quedan?- Trescientos sesenta y cuatro, naturalmente.[…]- Lo que demuestra que hay trescientos sesenta y cuatro días en que podrías recibir regalos de no-cumpleaños.- Desde luego -dijo Alicia.- Frente a sólo uno de cumpleaños. ¡Te has cubierto de gloria!“
„La Lujuria y la Muerte son dos amables muchachas,pródigas en besos y ricas en salud,cuyo vientre siempre virgen y cubierto de harapospese al cultivo eterno, jamás fructificó.Al poeta siniestro, enemigo de las familias,favorito del infierno, cortesano de rentas escasas,tumbas y burdeles muestran bajo sus enramadasun lecho que nunca frecuentó el remordimiento.Y la caja de muerto y la alcoba fecundas en blasfemiaspor turno nos ofrecen, como dos buenas hermanas,terribles placeres y espantosas dulzuras.Lujuria de brazos inmundos, ¿cuándo quieres enterrarme?Y tú, Muerte, su rival en atractivos, ¿cuándo vendrása injertar en sus mirtos infectos tus oscuros cipreses?“
„Un pollo con sólo media cabeza y sin alas, todo cubierto de m****a choca con mi bota y cuando extiendo el brazo para acariciarlo el bicho empieza a temblar bajo sus plumas. Suelta un cloqueo susurrante que parece el ronroneo de un gato. Es agradable ver algo más patético de lo que yo me siento ahora.“
„Cualquier músico, en algún momento de su vida, tiene que empeñar su instrumento si quiere cenar caliente y dormir a cubierto.“
„Sabía que debía estarle agradecida a la señora Guinea, sólo que no podía sentir nada. Si la señora Guinea me hubiera dado un pasaje a Europa, o un viaje alrededor del mundo, no hubiera habido la menor diferencia para mí, porque donde quiera que estuviera sentada -en la cubierta de un barco o en la terraza de un café en París o en Bangkok- estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.“
„Me paso comiendo golosinas. Me encantan los ositos de goma y los aros de durazno. Los aros de durazno son como duraznos secos y cubiertos de azúcar glaseada. Los puedes conseguir en cualquier estacion de nafta (gasolina). Salen como 99 centavos cuatro bolsas. Y cashews, me encantan esos.“
„¿Un diario sin dibujos míos en él?¿Dónde están las tórridas fantasías?¡Las cubiertas de novelas románticas? El…-¿Realmente todas las chicas que conoces se enamoran de ti? -preguntó ella en voz baja.La pregunta pareció bajarle los humos, como un alfiles pinchando un globo.-No es amor -contestó él, tras una pausa-. Al menos…-Podrías intentar no ser tan encantador todo el tiempo -indicó Clary-. Sería un alivio para todos. [pp. 219]“
„Tú me quieres alba,Me quieres de espumas,Me quieres de nácar.Que sea azucenaSobre todas, casta.De perfume tenue.Corola cerradaNi un rayo de lunaFiltrado me haya.Ni una margaritaSe diga mi hermana.Tú me quieres nívea,Tú me quieres blanca,Tú me quieres alba.Tú que hubiste todasLas copas a mano,De frutos y mielesLos labios morados.Tú que en el banqueteCubierto de pámpanosDejaste las carnesFestejando a Baco.Tú que en los jardinesNegros del EngañoVestido de rojoCorriste al Estrago.Tú que el esqueletoConservas intactoNo sé todavíaPor cuáles milagros,Me pretendes blanca(Dios te lo perdone),Me pretendes casta(Dios te lo perdone),¡Me pretendes alba!Huye hacia los bosques,Vete a la montaña;Límpiate la boca;Vive en las cabañas;Toca con las manosLa tierra mojada;Alimenta el cuerpoCon raíz amarga;Bebe de las rocas;Duerme sobre escarcha;Renueva tejidosCon salitre y agua;Habla con los pájarosY lévate al alba.Y cuando las carnesTe sean tornadas,Y cuando hayas puestoEn ellas el almaQue por las alcobasSe quedó enredada,Entonces, buen hombre,Preténdeme blanca,Preténdeme nívea,Preténdeme casta.“
„De Emanuel Swedenborg, al que Kant llamó “visionario”, cuenta Borges que “hablaba con los ángeles por las calles de Londres”. Aunque fue un científico notable (hizo los planos de un avión y un submarino, descubrió el funcionamiento de las glándulas endocrinas, lanzó la hipótesis de la formación nebulosa del Sistema Solar, etcétera…), su verdadera especialidad fue el Mas Allá, la posvida en el Cielo y el Infierno. Explicó que al comienzo los condenados no son conscientes de su muerte y creen que continúan en su esfera cotidiana: les rodean los muebles y utensilios familiares, los paisajes conocidos. Poco a poco, van produciéndose desapariciones —la butaca favorita, el piano, una ventana, las flores del jardín…— y luego surgen en lugar de lo desvanecido formas equivocadas o amenazadoras. Por fin se dan cuenta de que no están en casa sino en el Infierno y empieza su eterna condena.Creo poder confirmar esta tesis de Swedenborg. Hace tiempo que las cosas de mi mundo se van difuminando, pierden sustancia. Los libros siguen presentes y tentadores, pero al abrirlos algo ha drenado su savia hasta dejarlos huecos, exánimes. Las películas nuevas son peores que las antiguas, las antiguas peores de lo que las recordaba: sentado ante el televisor con desasosiego ya no siento la expectativa feliz porque ahora nadie apoya sus pies en mi regazo. Se fue el disfrute… Y los sitios que recorrimos juntos están hoy cubiertos de sudarios, como esas sábanas que tapan las formas incómodas de los muebles en una casa abandonada. Los platos más sabrosos, crujientes, aromáticos… comienzan a deleitarme la boca pero luego adquieren insipidez y amargura de ceniza. Llega el infierno y se revela mi condena, la más atroz: creer que estoy vivo y que es ella la que ha muerto. Hoy hace ya dos años.“
„La cascara del huevo se agrieta y aparece la pequeña cantante, con el cuerpo cubierto de plumas rojas. La sostengo entre el pulgar y el índice, tengo miedo de aplastarla y, al mismo tiempo, de que se vaya volando.“
„Pero vamos a comer primero -dijo. Y así, con batiente de puertas, empezó un exquisito vaivén silencioso de doncellas con delantales y cofias blancas, doncellas no por necesidad sino porque forman parte del misterio o mejor del gran engaño que las damas de Mayfair practican de una y media a dos cuando, con un gesto de la mano, cesa el tráfico y surge en su lugar esta profunda mentira, la comida en primer lugar, que nadie paga; y luego la mesa que parece cubrirse como por voluntad propia de vidrio y de plata, de manteles individuales, de cuencos de fruta roja, de filetes de rodaballo cubiertos de salsa oscura, de pollos troceados nadando en sus cazuelas; el fuego arde todo color y fiesta y con el vino y el café (que nadie ha pagado) nacen visiones alegres en ojos preocupados; ojos ante los que ahora la vida es musical y misteriosa; ojos encendidos ahora para observar animados los claveles rojos que Lady Bruton (cuyos gestos eran siempre duros) había depositado junto a su plato, de forma que Hugh Whitbread, en paz con el universo entero y al mismo tiempo completamente seguro de su categoría, dejó su tenedor y dijo: -¿No crees que resultarían encantadores sobre tu encaje?“
„Preguntaréis: ¿Y dónde están las lilas?¿Y la metafísica cubierta de amapolas?¿Y la lluvia que a menudo golpeabasus palabras llenándolasde agujeros y pájaros?“
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