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Relacionado con: cuello
„Cuando era adolescente, estaba obsesionado con poseer muchas cosas materiales, autos, ropas, estupideces. Ahora que tengo todo eso, entiendo que las cosas superficiales pueden convertirte en un tipo muy estúpido. En la RDA [//es. wikipedia. org/wiki/República_Democrática_Alemana] había muy pocas cosas, pero también había un sentimiento de solidaridad que hoy echo de menos. Ahora estamos hasta el cuello de consumismo, egoísmo, individualismo. Ahora el consumo se antepone a la amistad.“
„Sigo teniendo ante mis ojos a Teresa, sentada en un tocón, acariciando la cabeza de Karenin y pensando en la debacle de la humanidad. En ese momento recuerdo otra imagen: Nietzsche sale de su hotel en Turín. Ve frente a él un caballo y al cochero que lo castiga con el látigo. Nietzsche va hacia el caballo y, ante los ojos del cochero, se abraza a su cuello y llora.Esto sucedió en 1889, cuando Nietzsche se había alejado ya de la gente. Dicho de otro modo: fue precisamente entonces cuando apareció su enfermedad mental. Pero precisamente por eso me parece que su gesto tiene un sentido más amplio. Nietzsche fue a pedirle disculpas al caballo por Descartes. Su locura (es decir, su ruptura con la humanidad) empieza en el momento en que llora por el caballo.Y ése es el Nietzsche que yo quiero, igual que quiero a Teresa, sobre cuyas rodillas descansa la cabeza de un perro mortalmente enfermo. Los veo a los dos juntos: ambos se apartan de la carretera por la que la humanidad, «ama y propietaria de la naturaleza», marcha hacia adelante.“
„Quiero decir esto a cada hombre que tenga una mente, a todas las formas de vida inteligentes que existen en este planeta Tierra. Me gustaría que los británicos dijeran esto a los ritos escoceses y a los masones y a todas las personas con mentes que tienen grados de conocimiento y que conocen los tribunales, las leyes, las Naciones Unidas y los gobiernos.En los años 40, tuvimos una guerra, y todas nuestras economías se dirigieron hacia este esfuerzo de guerra. La guerra terminó en un nivel, pero no dejamos que terminara en los otros niveles. Seguimos comprando y vendiendo esta guerra. No estoy encerrado en la penitenciaría por delitos, estoy encerrado en la Segunda Guerra Mundial. Estoy encerrado en la Segunda Guerra Mundial con esta decisión de traer a la Corte Mundial: debe haber una Corte Mundial Única, o todos seremos devorados por el crimen.El crimen, y la definición de crimen proviene de Nuremberg, cuando los jueces decidieron que querían llamar crimen a la Segunda Guerra Mundial. El honor y la guerra no son un crimen. El crimen es malo. Cuando vas a la guerra y eres un soldado, y luchas por tu Dios y tu país, eso no es criminal. Eso es honorable Eso es lo que debes hacer para ser un hombre. Si no luchas por tu Dios y tu país, no vales nada. Si no tienes honor, entonces no valdrás los cerdos mezquinos.La verdad es que tenemos que anular esta decisión que tomó en la Segunda Guerra Mundial, o la Segunda Guerra Mundial nunca terminará. Los grados de la guerra se escribieron en Suiza, en Ginebra, en las conferencias que hicieron los hombres en las mesas, establecieron claramente que a cualquier uniformado se le daría el respeto de su rango y sus uniformes. Luego, cuando Estados Unidos y todos los alemanes estaban esposados, comenzaron a romper sus propias reglas. Y han estado rompiendo sus propias reglas desde entonces. La guerra no es un crimen, pero si juzga la guerra como un crimen en una sala de la corte, entonces gire: Si 2 + 3 = 5, y 3 + 2 = 5; Si dices que la guerra es un crimen, entonces el crimen se convierte en tu guerra. Soy, en todos los aspectos, un prisionero de guerra.He sido prisionero de guerra desde 1944 en Juvenile Hall, por incendiar un edificio escolar en Indianápolis, Indiana. He estado encerrado 45 años tratando de averiguar por qué tengo que ser un criminal. No importa si quiero ser; tienes que mantener a los criminales para continuar la guerra porque esa es tu economía, toda tu economía se basa en la guerra. Tienes que sacar tus billetes de dólar de la guerra, tienes tu mercado de plata esterlina fuera de la guerra, tienes que sacar tu oro y tus diamantes de la guerra – Tienes que anular esa decisión , que colgaban 6000 hombres por el cuello.Mataste a 6000 soldados por obedecer órdenes. Está incorrecto. Y el mundo tiene que aceptar que está mal. Cuando aceptes que estás equivocado, y dices que te arrepientes de todas las cosas que has hecho, esa será una nota en esa cancha y ahora tendremos algo de armonía en este planeta Tierra.“
„Gabriel se había hecho reembolsar el pasaje de regreso para quedarse en París, vendiendo los periódicos atrasados y las botellas vacías que las camareras sacaban de un hotel lúgubre de la calle Dauphine. Aureliano podía imaginarlo entonces con un suéter de cuello alto que sólo se quitaba cuando las terrazas de Montparnasse se llenaban de enamorados primaverales, y durmiendo de día y escribiendo de noche para confundir el hambre, en el cuarto oloroso a espuma de coliflores hervidas donde había de morir Rocamadour. Sin embargo, sus noticias se fueron haciendo poco a poco tan inciertas, y tan esporádicas y melancólicas las cartas del sabio, que Aureliano se acostumbró a pensar en ellos como Amaranta Úrsula pensaba en su marido, y ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad cotidiana y eterna era el amor. Cap. 20, Cien Años de Soledad“
„Cuando el pelotón lo apuntó, la rabia se había materializado en una sustancia viscosa y amarga que le adormeció la lengua y lo obligó a cerrar los ojos. Entonces desapareció el resplandor de aluminio del amanecer, y volvió verse a sí mismo, muy niño, con pantalones cortos y un lazo en el cuello, y vio a su padre en una tarde espléndida conduciéndolo al interior de la carpa, y vio el hielo.“
„Tan pronto como quedó libre, Sierva María le saltó al cuello, y permanecieron abrazados sin hablar mientras ella lloraba. Él la dejó desahogarse. Luego le levantó la cara y le dijo «No más lágrimas». Y enlazó con Garcilaso.“
„Había nacido como las grandes reinas de la historia con el cordón umbilical enrollado en el cuello.“
„Ella hizo algo que nunca antes, le pasó los brazos por el cuello y lo besó en la mejilla. Su boca olía despacito a menta.“
„Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose. (Lejana)“
„Los humanos fuimos construidos para mirar atrás, por eso poseemos una articulación giratoria en el cuello.“
„Le dio un largo beso de despedida mientras la alarma de la ciudad resonaba en el frío aire de octubre, y él le acarició el cuello mientras sus bocas estaban unidas, algo que a ella siempre le había hecho vibrar y que él ya casi nunca hacía. Su caricia, allí, al sol… Brenda tampoco olvidó eso jamás… Cuando Brenda volvió a verlo, estaba muerto“
„La niña lo abrazó por el cuello. Era una de las mejores sensaciones que había sentido en toda su vida“
„Era una buena sensación para seguir adelante, así que me alejé de ellos tratando de hacer caso del viejo consejo: no mires atrás, nunca mires atrás. ¿Con cuánta frecuencia se dice eso mismo después de una experiencia excepcionalmente buena (o excepcionalmente mala)? Muy a menudo, supongo. Y, por lo general, no hacen caso del consejo. Los humanos fuimos construidos para mirar atrás, por eso poseemos una articulación giratoria en el cuello.“
„Deja que te de un consejo gratis, chico. Cada vez que algo te ataque, rómpele el cuello o pégale dos tiros. Nunca, nunca dudes. Es infinitamente mejor ser juzgado por doce que tumbado por seis.“
„Cuando estuvimos cerca, me di cuenta de que tenía las manos sudadas.—Divina pareja, espera un momento —dije, y me paré.Wil arqueó una ceja.—Estoy nervioso como una prostituta inexperta —expliqué—. Dame un momento.—Dices que Lorren te levantó el castigo hace dos días —dijo Wilem—. Creía que entrarías en cuanto te dieran el permiso.—He esperado para que puedan actualizar los registros. —Me sequé las manos húmedas en la camisa—. Estoy seguro de que pasará algo —añadí con nerviosismo—. Mi nombre no aparecerá en el registro. Ambrose estará en el mostrador y sufriré una recaída de la droga y acabaré arrodillándome sobre su cuello y chillando.—Me encantaría verlo —dijo Wil—, pero hoy Ambrose no trabaja.—Bueno, ya es algo —admití, y me relajé un poco. Señalé las palabras escritas sobre la puerta—. ¿Sabes qué significa eso?Wil alzó la vista.—El deseo de conocimiento forma al hombre —dijo—. O algo parecido.—Me gusta. —Inspiré hondo—. Bueno. Vamos allá.“
„Qué inoportuno eres, E’lir. ¿No ves que desentonas? Vuelve más tarde. —Giró de nuevo la cabeza, ignorándome.Di un resoplido y me incliné sobre el mostrador, estirando el cuello para leer lo que había escrito en la hoja de papel que Ambrose había dejado allí.—¿Que yo desentono? Por favor, pero si este verso tiene trece sílabas. —Di unos golpecitos con el dedo en la hoja—. Y no es verso yámbico. La verdad es que no sé si tiene alguna métrica.Ambrose giró la cabeza y me miró con irritación.—Cuidado con lo que dices, E’lir. El día que te pida ayuda para componer un poema será el día en que…—… será el día en que tengas dos horas libres —le interrumpí—. Dos horas largas, y eso será solo para empezar. «¿Así encuentra también bien el humilde tordo un suyo rumbo?» Mira, no sé por dónde empezar a corregir eso. No se aguanta por ninguna parte.—¿Qué sabrás tú de poesía? —dijo Ambrose sin molestarse en girar la cabeza.—Sé distinguir un verso que cojea cuando lo oigo —contesté—. Pero este ni siquiera cojea. La cojera tiene ritmo. Esto es como alguien cayendo por una escalera. Una escalera de peldaños irregulares. Con un estercolero al final.—Es un ritmo saltarín —me dijo con una voz tensa, ofendido—. Es lógico que no lo entiendas.—¿Saltarín? —Solté una risotada de incredulidad—. Mira, si viera «saltar» así a un caballo, lo sacrificaría por piedad, y luego quemaría su cuerpo para evitar que los perros lo mordisquearan y murieran.“
„Evoqué su olor, la curva de su cuello cerca de la oreja, cómo movía las manos cuando hablaba. Me pregunté dónde estaría esa noche, si se encontraba bien. Me pregunté, de pasada, si sus pensamientos también volaban a veces hacia mí convertidos en tiernas reflexiones…“
„Llevaba la pobreza colgada del cuello como una piedra.“
„Es la postura […]. Erguido, con el cuello recto, los hombros hacia atrás […]. Cuando da un paso, pisa con toda la planta del pie. No solo con la parte anterior, como si corriera; ni con el talón, como si vacilara. Pisa sólidamente, exigiendo ese trozo de suelo.“
„Quizá penséis que esos eran los peores recuerdos. Pero os equivocáis.No. Los peores recuerdos eran los de mis primeros años de vida. El lento balanceo y las sacudidas del carromato, mi padre llevando las riendas sueltas. Sus fuertes manos sobre mis hombros, mostrándome cómo debía colocarme sobre el escenario para que mi cuerpo dijera <>, o <>, o <>. Sus dedos colocando bien los míos sobre las cuerdas de su laúd.Mi madre cepillándome el cabello. Sus brazos rodeándome. La perfección con que mi cabeza encajaba en la curva de su cuello. Cómo por la noche me acurrucaba en su regazo junto al fuego, adormilado, feliz y seguro.Esos eran los peores recuerdos. Preciosos y perfectos. Afilados como un bocado de cristales rotos. Tumbado en la cama, tensaba todos los músculos de mi cuerpo hasta formar un nudo tembloroso, sin poder dormir, sin poder pensar en otras cosas, sin poder dejar de recordar. Otra vez. Y otra. Y otra.“
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