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Relacionado con: día
„Todos sufrimos algun día. Está bien tener miedo. Todos sufrimos, todos gritamos, todos nos sentimos de esta manera, y está bien.“
„Generalmente no se en el día que vivo. Alguien me puede decir que es 9 de Febrero y no enterarme. Pero nunca me olvido del cumpleaños de mi madre o del aniversario de mis padres. “
„Lo recuerdo perfectamente, el día en el que te fuiste.“
„No dejes pasar otro día, no dejes pasar otro minuto. No puedo esperar a que veas mi cara, para que veas lo mucho que me interesa.“
„El poeta William Arthur Ward sugiere que la clave para el éxito es: Creer cuando otros dudan. Planificar mientras que los demás juegan. Estudiar cuando los demás duermen. Decidir cuando los demás postergan. Prepararse cuando los demás sueñan despiertos. Empezar cuando los demás lo dejan para otro día. Trabajar cuando los demás desean. Ahorrar cuando los demás desperdician. Escuchar cuando los demás hablan. Sonreír cuando los demás fruncen el ceño. Elogiar cuando los demás critican. Persistir cuando los demás se dan por vencidos.“
„Se acumulan en mí una gran cantidad de transformaciones, y llegado un día causan una auténtica transformación“
„Lo que pasa es que rara vez pienso; entonces sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución. Es lo que ha dado a mi vida este aspecto desconcertante, incoherente.“
„De improviso se me aparece la verdad: este hombre morirá pronto. Seguramente lo sabe; basta con que se haya mirado en un espejo; cada día se parece un poco más al cadáver que será.“
„Creo que soy yo quien ha cambiado; es la solución más simple. También la más desagradable. Pero debo reconocer que estoy sujeto a estas súbitas transformaciones. Lo que ocurre es que rara vez pienso, entonces, sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución. Es lo que ha dado a mi vida este aspecto desconcertante, incoherente.“
„Y se acerca el día en el que se dirá, cerrando el último volumendel último estante del extremo izquierdo: “¿y ahora?“
„Algún día hemos de llegar, después sabremos adónde.“
„Y ricuerde cada cual lo que cada cual sufrió, que lo que es, amigo, yo, hago ansí la cuenta mía: ya lo pasado pasó; mañana será otro día.“
„Padre, me has hecho tu hijo por medio de tu Espíritu. En tu bondad, me adoptaste y me libraste del pecado y la muerte. Recuérdame hoy lo que significa ser tu hijo y estar libre de esa ley. Me resulta muy fácil vivir mi día según mis propios términos. Ayúdame a vivirlo bajo la luz de tu gracia. Oro por mi familia y mis amistades. Ayúdalos a experimentar tu amor como su Padre y a sentir su herencia en tu Espíritu. Gracias por aceptarme tal como soy, pero sin dejarme permanecer igual. En el nombre de Jesús, amén.“
„Hoy día, todo el mundo ve claramente cómo el actual gobierno oprime y ahoga a las nacionalidades extrañas de Rusia.“
„El capitalismo podrá estabilizarse parcialmente, podrá racionalizar su producción, entregar el gobierno del país al fascismo, reprimir temporalmente a la clase obrera, pero no volverá jamás a disfrutar de la tranquilidad y la seguridad, del equilibrio y la estabilidad de que hacía gala antes, pues la crisis del capitalismo mundial ha alcanzado un grado tal de desarrollo, que la hoguera de la revolución se encenderá inevitablemente, ya en los centros del imperialismo, ya en la periferia, haciendo trizas los remiendos capitalistas y aproximando, día tras día, la caída del capitalismo. Punto por punto como en la conocida fábula: si saca el rabo, se le hunde el hocico; si saca el hocico, se hunde el rabo.“
„Aventurerismo en política, bagdatievismo en los problemas referentes a la revolución china: he aquí lo que mata hoy día a nuestra oposición trotskista.“
„(…) Guardo el recuerdo de una chica que dormía en mi corazón, se despertaba a cada minuto para accionar los latidos y se dormía de nuevo. Un día, no se despertó y mi corazón se secó… Me golpeé el pecho, grité, me lancé contra árboles, y nada.“
„Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.“
„Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y cuanto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, la incomprensión, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás comer bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará. Yo misma te instalé éste reloj, conozco perfectamente los límites de su funcionamiento. Como mucho es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante sólido para aguantar los pesares del amor.“
„Pero Peter -por muy bonito que fuera el día, y los árboles, la hierba y la niñita de rosa- Peter nunca veía nada de todo esto. Se ponía las gafas, si ella se lo pedía, y miraba. Era el estado del mundo lo que le interesaba; Wagner, la poesía de Pope, el carácter de la gente eternamente, y los defectos de su propia alma.“
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