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Relacionado con: dios
„Todo es símbolo y atraso, y nosotros, los que somos dioses, sólo tenemos un grado más alto en una Orden, cuyos Superiores Incógnitos no sabemos quiénes son. Dios es el segundo en la Orden manifiesta, y no me dice quién es el Jefe de la Orden, el único que conoce (se conoce) los Jefes Secretos. Cuántas veces Dios me ha dicho: ‘Hermano mío, no sé quién soy’.“
„¿Qué hombre ha puesto sobre tus senos una mano que fuera la mía? ¿Qué beso te han dado que fuera como el mío? En aquellas tardes cálidas, cuando soñabas tanto, que soñabas que soñabas, ¿acaso no viste pasar, en lo más profundo de tus sueños, una figura velada y rápida, la que te daría toda la felicidad, la que te besaría indefinidamente? Era yo.Soy yo. Soy aquél al que siempre has buscado y nunca podrás encontrar. Tal vez, en el fondo inmenso del abismo, el propio Dios me busque para que yo lo complete, pero la maldición del Dios Más Viejo (el Saturno de Jehová) pende sobre él y sobre mí, nos separa, cuando nos debería unir para que la vida y lo que deseamos de ella fueran una sola cosa.“
„Dios me creó para que yo lo imitara de noche. Él es el Sol, yo soy la Luna. Mi luz flota sobre todo lo que es fútil o ha terminado, fuego fatuo, márgenes de río, pantanos y sombras.“
„Así vivo, en visión pura, el exterior animado de las cosas y los seres, indiferente como un dios de otro mundo, a su contenido-espíritu. Sólo profundizo en la superficie y en lo exterior, y cuando ansío la profundidad la busco en mí y en mi concepto de las cosas.“
„Dios es la mejor broma de Dios.“
„Un hombre educado es el que tiene los amores y los odios juntos.“
„La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.“
„Todos los hombres consideran la felicidad como su objetivo: no hay ninguna excepción. Por diferentes que sean los medios que empleen, todos tienden al mismo fin.“
„Existen tres medios de crecer: la razón, la costumbre y la inspiración.“
„La fe es esto: Dios que habla al corazón, no a la razón.“
„No conocemos a Dios sino por Jesucristo (…) De ahí que yo rehúse todas las demás religiones… Todo hombre puede hacer lo que ha hecho Mahoma; porque no ha hecho milagros; no ha sido predicho. Nadie puede hacer lo que ha hecho Jesucristo.“
„Prefiero equivocarme creyendo en un dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un dios que existe. Porque si después no hay nada nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.“
„Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen.“
„Sólo hay dos clases de personas coherentes: los que gozan de Dios porque creen en él y los que sufren porque no le poseen.“
„Todas las cosas ocultan algún misterio; todas las cosas son velos que ocultan a dios.“
„En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús.“
„La verdad es útil a quien la escucha, pero desventajosa a quien la dice, porque lo hace odioso.“
„Miseria del hombre sin Dios implica felicidad del hombre con Dios.“
„Nada es tan temible como el miedo. El ateísmo puede ser relativamente popular entre Dios mismo.“
„¡La laguna de Flint! Nuestra nomenclatura es pobre. ¿Qué derecho tenía el sucio y estúpido granjero, cuya granja lindaba con esta agua celestial, a darle su nombre tras haber desnudado sin piedad sus riberas? No es para mi el nombre de un avaro que prefería la resplandeciente superficie de un dólar o de un centavo nuevo, en la que podía ver su propia cara dura; que consideraba intrusos a los mismos patos salvajes que anidaban allí y cuyos dedos habían crecido hasta convertirse en garras curvas y callosas por el hábito de agarrar las cosas como una arpía. No voy allí a ver ni a oír hablar de alguien que nunca ha ‘visto’ (palabra enfatizada en cursiva) la laguna, ni se ha bañado en ella, ni la ha amado, ni protegido, ni pronunciado una palabra a su favor, ni agradecido a Dios que la creara. Démosle más bien el nombre de los peces que nadan en ella, de las aves salvajes o los cuadrúpedos que la frecuentan, de las flores silvestres que crecen en sus orillas o de algún hombre o niño salvaje cuya historia se haya entretejido con la de la laguna, no el de aquel que no podría mostrar otro título que el hecho de que otro vecino de mentalidad semejante o la cámara legislativa se lo hayan otorgado a él, que sólo pensaba en su valor monetario y cuya presencia ha sido nefasta para la orilla, que esquilmó la tierra a su alrededor y habría agotado el agua, que lamentaba que no fuera una pradera de heno inglés o de arándanos. A su parecer, nada había que salvar en la laguna y la habría drenado y venido por el légamo del fondo. La laguna no movía su molino ni era, para él, un privilegio contemplarla. No respeto su trabajo ni su granja, donde todo está tasado. Ese hombre sería capaz de llevar el paisaje y a su Dios y al mercado si pudiera obtener algo a cambio; su Dios es el mercado, por eso va allí; nada crece libremente en su granja: sus campos no dan cosechas, sus prados no dan flores, sus árboles no dan fruto, sino dólares. No ama la belleza de sus frutos; sus frutos no están maduros para él hasta que se convierten en dólares.“
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