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Relacionado con: efecto
„Todos los cuerpos naturales, en efecto, son órganos del alma tanto los de los animales como los de las plantas: lo que demuestra que su fin 20 es el alma.“
„… en efecto, la generación y la destrucción se dan en los contrarios.“
„Por eso yo digo aquí tantas palabrotas, porque están devaluadas, porque ya nada vale nada, hay demasiada gente, todo perdió su efecto, la palabra se ha vaciado de sentido y explota como una pompa de jabón“
„Vale infinitamente más el hombre dejándose guiar por el orden natural del mundo, sin meterse a inquirir causas y efectos; un alma limpia de prejuicios dispone naturalmente de ventajas grandes para gozar la tranquilidad; las gentes que inquieren y rectifican sus juicios, son incapaces de sumisión completa.“
„En cierta ocasión Demócrito comió en su mesa unos higos que sabían a miel y empezó de inmediato a indagar en su espíritu de dónde provenía tal dulzura inusitada. A fin de esclarecerlo, iba a levantarse de la mesa para mirar la situación del lugar donde se habían cogido los higos, pero la camarera, que había comprendido la causa de tal agitación, le dijo riendo que no se esforzara más por eso, porque los había puesto en un recipiente que había contenido miel. Demócrito se irritó pues le había privado de una ocasión para investigar, y hurtado una materia para su curiosidad. «¡Vaya!», le dijo, «me has disgustado. Sin embargo, no renunciaré a buscar la causa como si fuese natural». Y probablemente no habría dejado de encontrar alguna razón verdadera para un efecto falso y supuesto. Esta historia de un famoso y magno filósofo nos representa con suma claridad la pasión estudiosa que nos empuja a perseguir cosas de cuya adquisición no tenemos esperanza. Plutarco refiere un ejemplo similar de alguien que no quería que le aclarasen aquello que le suscitaba dudas para no perder el placer de investigarlo. Como aquel otro, que no quería que su médico le librara de la alteración de la fiebre para no perder el placer de calmarla bebiendo. Satius est superuacua discere quam nihil [Es mejor aprender cosas superfluas que nada (Séneca,)].“
„¡En efecto, quien busque el infinito, que cierre los ojos!“
„La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.“
„Es el miedo a la muerte lo que motiva a los incondicionales de la eternidad: en efecto, la única ventaja real de la experiencia de lo eterno es que nos hace olvidar la muerte. Pero, ¿qué sucede cuando la contemplación se acaba?“
„El sufrimiento de los demás tiene sobre mí un efecto directo. Pero, si mañana desapareciera la humanidad, me daría igual.“
„Las fuerzas conservadoras en general, se hallan reunidas por el solo vínculo de temor al triunfo de las izquierdas. No acaban de comprender que haciendo desaparecer el efecto desaparece la causa, y se resisten a desmontar el sistema capitalista, que está fracasado en todo el mundo.“
„La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios.“
„En mi juventud probé la mescalina y la cocaína pero enseguida me pasé a los pastillas de menta que me parecieron más estimulantes. Si las drogas producen el mismo efecto que el alcohol, no me interesan. Un borracho es evidentemente ridículo. He estado borracho algunas veces y lo recuerdo como una experiencia muy desagradable para los demás y para mí.“
„Dijo Tennyson que si pudiéramos comprender una sola flor sabríamos quiénes somos, y qué es el mundo. Tal vez quiso decir que no hay hecho, por humilde que sea, que no implique la historia universal y su infinita concatenación de efectos y causas.“
„Gracias quiero dar al divinoLaberinto de los efectos y de las causasPor la diversidad de las criaturasQue forman este singular universo,Por la razón, que no cesará de soñarCon un plano del laberinto,Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,Por el amor, que nos deja ver a los otrosComo los ve la divinidad,Por el firme diamante y el agua suelta,Por el álgebra, palacio de precisos cristales,Por las místicas monedas de Angel Silesio,Por Schopenhauer,Que acaso descifró el universo,Por el fulgor del fuegoQue ningún ser humano puede mirar sin un asombroantiguo,(…)Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron elpoema,Por el hecho de que el poema es inagotableY se confunde con la suma de las criaturasY no llegará jamás al último versoY varía según los hombres…“
„Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.“
„Mientras Macondo celebraba la reconquista de los recuerdos, José Arcadio Buendía y Melquíades le sacudieron el polvo a su vieja amistad. El gitano iba dispuesto a quedarse en el pueblo. Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresada porque no pudo soportar la soledad. Capítulo 3, Cien Años de Soledad“
„Nada como la química para domar la lírica. Pero no se me vaya a aficionar al truco, que el licor es como el matarratas o la generosidad: cuanto más se usa, menos efecto tiene.“
„A media perorata ya me había quedado en blanco, bien por efecto de la fórmula explosiva o por la pirotecnia gramatical desplegada por mi buen amigo.“
„Para nosotros la familia constituye la piedra básica de la Nación. En los umbrales del hogar quedan las aficiones y las hipocresías del mundo, para entrar en el templo de la verdad y de la sinceridad. No en vano sobre la fortaleza de los hogares se ha levantado nuestra mejor historia. Al correr los años, nuestra Nación ha sido, más que una suma de individuos, una suma de hogares, de familias con un apellido común, con sus generaciones y jerarquías naturales y sagradas, con la solidaridad que mueve a unos en servicio y ayuda a los otros y que hace sentir con más fuerza que si fueran propias las desgracias o los sufrimientos de los demás. Por elevación de sentimientos que el orden familiar entraña, por la solidaridad del común destino, por la red de efectos y tradiciones acumuladas al correr de los años, que de padres a hijos se transmiten con la antorcha del deber, de los honores, del trabajo o del sacrificio, no sólo es semejante a lo que puede establecerse entre la familia y la Patria, sino que la familia constituye un modelo, un arquetipo para la Nación.“
„Querido hermano: Recibo atónito tu carta y me asombro de los sanos consejos que en ella me das.Tienes formado muy mal concepto de las fuerzas republicanas y excesivamente bueno de las monárquicas y de lo que representa el trono.Siguiendo la monarquía en España, ya conoces el rumbo de la nación. La nobleza, que se considera casta superior, en su mayoría descendientes bastardos de otros nobles, viviendo a costa del país al amparo de la monarquía, con delegaciones regias, negocios dudosos, puestos políticos influyentes, y escarneciendo a las clases inferiores -más morales cuanto más inferiores- con sus desenfrenos de todos conocidos.El alto clero y las congregaciones, que tienen su principal apoyo en la dinastía reinante, asfixiando las libertades públicas con sus demandas y desafueros, llevándose en forma directa o indirecta un buen trozo del presupuesto, mientras el país languidece y la incultura perdura por falta de escuelas y elementos de enseñanza, pues en los presupuestos no queda dinero para tan perentorias atenciones.Los príncipes, infantes y demás parientes más o menos cercanos al trono, hacen truculentos negocios con el amparo que les presta el poder.El ejército, que debiera ser servidor de la nación, hoy sólo sirve al trono y, para proteger a éste, se atreve a ametrallar al pueblo ansioso de recuperar su soberanía, atropellada y escarnecida por la dictadura borbónica.Mientras, el ejército se apropia el oficio de verdugo de la nación, descuida su eficiencia guerrera y es tan sólo una caricatura de lo que debiera ser.En cambio, se lleva la tercera parte de los presupuestos nacionales.La vieja política, desacreditada, dando origen al golpe de Estado del año 23, llegó a aquel punto de descrédito, gobernando, o mejor dicho, desgobernando las clases monárquicas en cooperación con el poder moderador – por no llamarle absoluto – de ese trono que tanto defiendes.En la monarquía no aparecen valores nuevos. Las mismas causas de antaño producirán los mismos efectos.Tras una nueva etapa de desgobierno, funesta, desde luego, vendrá otra etapa de dictadura, que completará la labor de la dictadura anterior, terminando de ahogar todo espíritu liberal y ciudadano y convirtiéndonos en lo que son hoy algunas repúblicas americanas.Los pocos ciudadanos que pueden, para no morir a manos reaccionarias tendrán que emigrar, perdiéndose para España los valores que ellos representan.Los generales -incapaces- que hoy se agrupan en torno del trono para defenderlo, no llevan otras miras que evitar la llegada de un orden nuevo, en el que por su incapacidad no tendrían puesto decoroso; y para salvar su actual posición privilegiada, defienden a su señor con instinto y dote de esclavos, tratando de poner una vez más el ejército enfrente del pueblo.Esto, que sucedió otras veces, ya no lo conseguirán, y el soldado y el oficial se pondrán al lado de aquél para ayudarle a sacudir sus yugos legendarios y hacer justicia, su justicia, la verdadera justicia, la justicia popular.El pueblo paga al ejército y al trono para que le sirvan y no para que lo tiranicen, y cuando se cansa de pagar servidores desleales, está en su legítimo derecho a prescindir de ellos.El trono rompió la constitución, que es el pacto que tenía con el pueblo; roto el pacto, al pueblo, sólo al pueblo, corresponde rehacerlo o elegir el régimen de gobierno que le ofrezca más sólida garantía de progreso y bienestar.Un régimen que por evoluciones parlamentarias y no por revoluciones sangrientas consiga que no sea un mito el significado de las tres palabras «Libertad, Igualdad, Fraternidad».Ese régimen no puede ser ya la monarquía, puesto que ha demostrado cumplidamente que sólo satisface sus egoísmos, sin importarle un ardite las necesidades del país.El mundo en pocos años ha evolucionado rápidamente. Casi todas las naciones de Europa están hoy constituidas en repúblicas, lo están todas las de América. Los que sentimos el culto de la patria, debemos quererla republicana, única forma de que progrese y se coloque al nivel del resto de Europa, respecto al cual vamos atrasados muchos años.Una república moderada sería la solución al actual estado de cosas.Ella atraería a la gobernación del país a las clases privilegiadas sin espantarlas ni ponerles enfrente, como sucedería con el establecimiento de una república radical.Los elementos más radicales la respetarían, porque verían siempre en ella la posibilidad de evolucionar hacia sus ideales, tratando de ganar puestos en los comicios con su conducta, sus programas y una adecuada propaganda.El país se gobernaría en definitiva como quisiera y evitaríamos la llegada de una revolución que camina con pasos de gigante y que cuanto más tarde más violenta ha de ser.Dices en tu carta con un profundo desconocimiento que las izquierdas son averiada mercancía. ¡Mercancía y bien averiada son las derechas! ¡Ya hemos visto cómo se vendían o alquilaban! Lo poco bueno que en ellas quedaban, se ha marchado a la república, por no convivir con tanto profesional de la indignidad y de la falta de decoro. Los partidos monárquicos ¡¡ésos sí que son averiada mercancía!!“
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