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Relacionado con: fe
„La fe enciende la lámpara que solo el aceite del amor hace arder.“
„Solo me dejo ver de lejos para que se me imagine, ultrabueno, soy la manzana con veneno el fenómeno, nena, nominado a sucesor del trueno.“
„Porque solo insatisfechos quedan novios de niñas estrechas“
„Como no me vas a querer si soy perfecto, el problema debe ser algo que aún no detecto“
„Sufro un derrame cerebral cada semana, tengo un estilo diferente para cada canción.“
„La vida es simple recibes de lo que has dado y para ser feliz tan solo hay que olvidar el pasado“
„El bofetón, de sopetón, de los que son de Torrejón, de los que juegan con la presión del campeón, competición:est non, expón tu son, no copio: solo jodo bombos con condón“
„Recuerda esta fecha como una batalla o un amor los astros están a mi favor“
„El fenómeno nena nominado al sucesor del trueno“
„El gobierno representativo es la voluntad presunta manifestada por los órganos selectos y escogidos por los mismos pueblos, que, proponiendo siempre en las asambleas lo que parece mejor, rara vez se deja de hacer lo bueno.“
„Un buen gobierno es aquel donde buenas leyes hacen felices a buenos ciudadanos.“
„No tenemos argumentos para defender a una industria que ha creado el problema y no ha creado la solución“
„Nosotros no vamos a defender una industria que nunca ha defendido a los músicos“
„Garcés (trasunto del propio Azaña).- Admito, admiro y agradezco el alzamiento popular en defensa de la República. Pero usted no ignora que dentro de él han ocurrido abusos monstruosos. La crueldad, la venganza, hijas del miedo y de la cobardía, me avergüenzan.Marón.- Mayores atrocidades cometen los rebeldes.Garcés.- Lo sabemos. Nadie monopoliza la barbarie ni el desmán. Pero esto no es una compensación. Ellos son la negación de la ley; nosotros somos el Gobierno, la legitimidad, la República. Una conducta noble, sin otro rigor que el de la justicia, habría robustecido la autoridad de nuestra causa.“
„La revolución política, es decir, la expulsión de la dinastía y la restauración de las libertades públicas, ha resuelto un problema específico de importancia capital, ¡quien lo duda!, pero no ha hecho más que plantear y enunciar aquellos otros problemas que han de transformar el Estado y la sociedad españoles hasta la raíz. Estos problemas, a mi corto entender, son principalmente tres: el problema de las autonomías locales, el problema social en su forma más urgente y aguda, que es la reforma de la propiedad, y este que llaman problema religioso, y que es en rigor la implantación del laicismo del Estado con todas sus inevitables y rigurosas consecuencias. […]Cada una de estas cuestiones, Sres. Diputados, tiene una premisa inexcusable, imborrable en la conciencia pública, y al venir aquí, al tomar hechura y contextura parlamentaria, es cuando surge el problema político. Yo no me refiero a las dos primeras, me refiero a esto que llaman problema religioso. La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español. Yo no puedo admitir, Sres. Diputados, que a esto se le llame problema religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas, incluso contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó. Se trata simplemente de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer.“
„La libertad no hace ni más ni menos felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres.“
„Bebed porque sois felices, pero nunca porque seais desgraciados.“
„Todo lo nuevo, incluso la felicidad, causa espanto.“
„He disfrutado de la felicidad que puede proporcionar el mundo: he amado.“
„Solamente aquellos que tengan la paciencia de hacer a la perfección lo trivial, podrán adquirir el hábito de ejecutar lo difícil con facilidad.“
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