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Relacionado con: fiesta
„Aquella cosa demasiado horrible para ponerle un nombre. Los franceses tienen una expresión: «Espíritu de escalera». En francés: Espirit d’Escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta pero ya es demasiado tarde. Digamos que estás en una fiesta y alguien te insulta. Tienes que decir algo. Así que bajo presión y con todo el mundo mirando, dices algo cutre. Pero en cuanto te marchas de la fiesta… Mientras empiezas a bajar la escalera… magia. Se te ocurre exactamente lo que tendrías que haber dicho. La perfecta réplica que habría desarmado al otro. Ese es el espíritu de la escalera. El problema es que ni siquiera los franceses tienen una expresión para denominar las estupideces que dices bajo presión.“
„Me acuso de morirme sin tu boca, confieso que desde que te has marchado sólo bailo en las fiestas donde tocan“
„El suceso de una fiesta, la embriaguez de la comunidad, el secreto de la pérdida de personalidad entre la multitud.“
„Los Cuatro Jinetes cuya Cabalgada presagia el fin del mundo son conocidos como Muerte, Guerra, Hambre y Peste. Pero hasta los acontecimientos menos importantes tienen sus propios jinetes. Por ejemplo, los Cuatro Jinetes del Resfriado Común son Moquera, Congestión de Pecho, Napia y Falta de Pañuelos. Los Cuatro Jinetes cuya aparición anuncia cualquier fiesta del calendario son Tormenta, Ventolera, Aguanieve y Carril Habilitado En Sentido Contrario“
„A D’Oropel no le hacía falta una torre con diez mil trolls acampados alrededor. Le bastaban un libro de contabilidad y su propio ingenio. Funcionaba mejor, salía más barato y por las noches se podía ir de fiesta.“
„A mí me gustan las fiestas con mucha gente. Son muy íntimas. En las fiestas con poca gente la intimidad es nula.“
„Escribir es lanzarse a perder todo por nada, creyendo que no hay otra forma de ganar. Se pierden los amigos, las fiestas, los juegos de los otros. No es raro así que quien se mete en esto a edad temprana carezca de por sí de esas opciones.“
„Una no aprende a ser puta en los bares, ni en las fiestas, ni en la calle. La putería se aprende en soledad.“
„La desconfianza, el disimulo, la reserva cortés que cierra el paso al extraño, la ironía, todas, en fin, las oscilaciones psíquicas con que al eludir la mirada ajena nos eludimos a nosotros mismos, son rasgos de gente dominada, que teme y que finge frente al señor. Es revelador que nuestra intimidad jamás aflore de manera natural sin el acicate de la fiesta, el alcohol o la muerte. […] Para salir de sí mismo el siervo necesita saltar barreras, embriagarse, olvidar su condición. Vivir a solas, sin testigos. Solamente en la soledad se atreve a ser.“
„Y para eso había escogido a Mónica entre todas las mujeres, para morir amando, y por eso era incapaz de verla, de entrar en su portal, de besarla, de acostarse con ella, de llevarla a una fiesta cogida de la mano, porque lo contrario no es morir amando, lo contrario es amar como ama todo el mundo, entrar, besar, follar, mentir. ¡Ni siquiera lo llaman amor!, pensó en voz alta. ¡Lo llaman relaciones! ¡Pues bien, que se relacionen entre ellos y me dejen a mí en paz!“
„2 AM. Es la hora del Oficio Nocturno, y la iglesia en penumbra parece que está llena de demonios. Ésta es la hora de las tinieblas y de las fiestas. La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado. “Y mi pecado está siempre delante de mí.“
„En cuanto se marchara Raphael, se compraría un gato. Y así siempre podría armarle una fiesta de cumpleaños al gato.“
„¡Claro que no! -Rodó sobre el costado-. Ya sabes, inicialmente pensé que Isabelle parecía, no sé… increíble. Excitante. Diferente. Entonces, en la fiesta, comprendí que en realidad estaba loca“
„Acaso se lo lleva la que menos le cuesta.Halló en ella más fácil la vida ya pesada.Todo cerebro activo lleva un alma quebradaY el hombre, en las mujeres, busca un poco de fiesta.Cuida mejor la casa la mujer que es modestaY no tiene una vida mental imaginada.Si del hombre que adora se comprende engañadaRecibe lo que sobra, y a su lado se acuesta.No por eso posee la mujer, todo entero,Al que, sin ser amante, puede ser compañero;Acaso él también sueña lo mismo que soñamos.Y, sobre el nudo diario de su vida tranquila,Regulada, en su pecho luminoso vigilaUn ideal femenino, cuya clase ignoramos.“
„Permanezcamos así eternamente, como la estampa de un hombre en un vitral frente a la de una mujer en otro vitral…. Entre nosotros, sombras cuyos pasos suenan fríos, son de la humanidad que pasa…. Murmullos de plegarias, secretos de (….) pasaran entre nosotros….. A veces el aire se puebla de (…..) de inciensos. Y nosotros siempre en los mismos vitrales, en los colores que el sol nos dará al tocarnos, en las líneas impuestas por la noche al caer… Los siglos no incidirán en nuestro silencio vítreo…. Fuera de nosotros pasaran civilizaciones, estallaran revueltas, se sucederán en torbellino las fiestas, pasaran, mansos, pueblos de sólida rutina… Y nosotros, oh, amor mío irreal, tendremos siempre el mismo gesto inútil, la misma existencia falsa.Hasta que un día, al cabo de varios siglos de imperios, la Iglesia se derrumbe y todo se acabe….Pero nosotros, que de todo eso nada sabemos, perduraremos sin embargo, no se en que espacio, no se cómo, no se cuánto tiempo, vitrales eternos, horas de ingenuo diseño pintado por un artista cualquiera que duerme hace mucho tiempo bajo una tumba goda donde dos ángeles congelan en sus manos de mármol la idea de la muerte.“
„En uno de sus poemas –Contribución a la estadística- Wislawa Szymborska enumera cuántas de cada cien personas son las dispuestas a admirar sin envidia –dieciocho-, las capaces de ser felices –como mucho, ventitantas-, las que de la vida no quieren más que cosas –cuarenta, aunque quisiera equivocarse-, las inofensivas de una en una pero salvajes en grupo –más de la mitad seguro-, las dignas de compasión –noventa y nueve- y acaba: “Las mortales: cien de cien. Cifra que por ahora no sufre ningún cambio”. Y sigue sin cambiar porque ayer la propia autora del poema acaba de confirmar la estadística con su fallecimiento.En otros muchos aspectos, por el contrario, fue la excepción que desafía lo probable y rutinario. Su poesía es reflexiva sin engolamiento ni altisonancia, de forma ligera y fondo grave, directa al sentimiento pero sin chantaje emocional. Breve y precisa, escapa a ese adjetivo alarmante que tanto satisface a los partidarios de que importe el tamaño: torrencial. Sobre todo nos hace a menudo sonreír, sin incurrir en caricaturas ni ceder a la simpleza satírica. Lo más trágico de la poesía contemporánea no es lo atroz de la vida que deplora o celebra, sino la falta de sentido del humor de los poetas. Se les nota especialmente a los que quieren ser festivos y son sólo grotescos o lúgubres (aunque los entierros también son fiestas, claro y más precisamente fiestas de guardar).De esta frecuente maldición escapa, risueña y agónica, Szymborska: ¿cómo podría uno renunciar a ella? Hija –y luego, con los años, algo así como hada madrina poética- de un país europeo que apuró el siglo XX hasta las heces y padeció dos totalitarismos sucesivos, en su caso la duradera atrocidad jugó a favor de su carácter: le dio modestia, le dio recato, le dio perspicacia y le permitió distinguir entre lo que cuenta y lo que nos cuentan. Carece de retórica enfática pero eso no disminuye su expresividad, sino que la hace más intensa por inesperada. Cuando comenzamos a leer uno de sus diáfanos poemas nos ponemos a favor del viento, para recibir la emoción de cara, pero nos llega por la tangente y no para derribarnos sino para mantenernos en pié. Confirma nuestros temores sin pretender desalentarnos: sabe por experiencia que todo puede ser política pero también nos hace experimentar que la política no lo es todo. Se mantiene fiel, aunque con ironía y hasta con sarcasmo, a la pretendida salvación por la palabra y sin embargo nunca pretende decir la última palabra: porque en ese definitivo miramiento estriba lo que nos salva.Nadie ha sabido conmemorar con menos romanticismo y con mayor eficacia el primer amor, cuya lección inolvidable se debe a no ser ya recordado…y por tanto acostumbrarnos a la muerte. Se dedicó a las palabras con delicadeza lúdica, jugando con ellas y contra ellas pero sin complacerse en hacerlas rechinar. Como todo buen poeta, fue especialmente consciente de su extrañeza y hasta detalló las tres más raras de todas, las que se niegan a sí mismas al afirmar: “Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. / Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. / Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia”.“
„Parece que va siendo evidente que la distopía que nos corresponde no es 1984, de Orwell, sino Un mundo feliz, de Aldous Huxley, en el que hay consenso para que desaparezca por nocivo y peligroso el “amor romántico”, ese pleonasmo (como el agua húmeda). Sin amor sólo quedará el sexo como placer y fiesta, una especie de amor sin espinas, como los filetes de pescado congelado. Punto final a esa manía alucinatoria de buscar nuestra otra mitad, el cariño absoluto que da sentido a la vida o compensa de no encontrarlo, los celos y recelos, las cóleras y reconciliaciones, la pérdida, la fatiga asombrosa de querer. “Si duele no es amor”, han decretado los coachs(esos psicólogos para quienes no tienen ya psique). Así podemos despachar el estorbo de casi toda la literatura occidental, basada en que solo es amor si duele. Y sus contradicciones: el poeta que se queja de la espina en el corazón clavada y cuando se la quitan protesta porque ya no siente el corazón… ¡Bah, no tienen pensamiento positivo, no saben pasarlo bien! Así les va a las pobres chicas, Emma, Ana, Desdémona… el último beso de Otelo. ¡Otelo! ¡Cómo no le da vergüenza a Shakespeare ser tan romántico al hablar de la violencia de género! Necesitamos menos poetas y más pilates: hay que decírselo a los adolescentes enseguida, para que no se amarguen la vida.Olvidemos el bárbaro pasado y sus neuróticos arrebatos. Adiós a morbosas torturas como las que describe T. S. Eliot (trad. Andreu Jaume): “¿Quién concibió pues el tormento? El Amor. / El Amor es el nombre más siniestro / escondido en las manos que bordaron / la insoportable camisa de fuego / que las fuerzas humanas no quitaron. / Tan solo suspiramos, tan solo vivimos / por fuego y por el fuego consumidos”.“
„Ya saben: se puede estar solo en una fiesta de declarados amigos, en un asado familiar, en una mesa ruidosa de ex compañeras del secundario; se puede estar sola en la ciudad -a todas nos ha pasado-aunque todos los flacos te miren y te murmuren cosas cuando pasás. Pero, ¿saben que? también estamos solas cuando al amor lo encontramos online: lo leemos, lo sentimos, pero no lo vemos. Cuando las pruebas sólo son escritas, duele.“
„La vida son tres días, dos de fiesta y uno de resaca.“
„Pero vamos a comer primero -dijo. Y así, con batiente de puertas, empezó un exquisito vaivén silencioso de doncellas con delantales y cofias blancas, doncellas no por necesidad sino porque forman parte del misterio o mejor del gran engaño que las damas de Mayfair practican de una y media a dos cuando, con un gesto de la mano, cesa el tráfico y surge en su lugar esta profunda mentira, la comida en primer lugar, que nadie paga; y luego la mesa que parece cubrirse como por voluntad propia de vidrio y de plata, de manteles individuales, de cuencos de fruta roja, de filetes de rodaballo cubiertos de salsa oscura, de pollos troceados nadando en sus cazuelas; el fuego arde todo color y fiesta y con el vino y el café (que nadie ha pagado) nacen visiones alegres en ojos preocupados; ojos ante los que ahora la vida es musical y misteriosa; ojos encendidos ahora para observar animados los claveles rojos que Lady Bruton (cuyos gestos eran siempre duros) había depositado junto a su plato, de forma que Hugh Whitbread, en paz con el universo entero y al mismo tiempo completamente seguro de su categoría, dejó su tenedor y dijo: -¿No crees que resultarían encantadores sobre tu encaje?“
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