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Relacionado con: gafas
„Si las mujeres se vistieran para los hombres, las tiendas no venderían demasiado. A lo sumo un par de gafas de sol cada cierto tiempo.“
„La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.“
„Mientras recogía las bolsas de la compra, un familiar Lexus berlina color coñac se detuvo a su lado. La ventanilla del conductor bajó apareció el rostro del Duque del Infierno en persona,sonrisa burlona incluida._ Pareces una vagabunda.Sugar Beth supuso que lo decía por las bolsas, no por sus tejanos o su cazadora de motera._ Gracias, que tengas un buen día tú también.Él la contempló a través de unas gafas sin montura._ ¿Quieres que te lleve?_ ¿Dejas subir plebeyos a tu carruaje?_ Hoy me siento benevolente._ Es mi día de suerte.“
„«Soy la Imelda Marcos de las gafas de sol».“
„Insistir, a estas alturas, en que aprecio en general más a los perros que a los hombres es una obviedad que no remacharé demasiado. He dicho alguna vez que si la raza humana desapareciera de la faz de la tierra, ésta ganaría mucho en el cambio; mientras que sin perros sería un lugar más oscuro e insoportable. Cuestión de lealtad, supongo. Hay quien valora unas cosas y quien valora otras. Por mi parte, creo que la lealtad incondicional, a prueba de todo, es una de las pocas cosas que no pueden comprarse con retórica ni dinero. Tal vez por eso, la lealtad, en hombres o en animales, siempre me humedece un poquito las gafas de sol.“
„Sus ojos tras sus gafas destrozadas eran los ojos que recordaba: oscuros y serios, bordeados por la clase de pestañas que a los muchachos les traía sin cuidado y que las chicas matarían por tener.“
„Lady Gaga es una “show girl” total…lo tiene claro. Aparte es buen músico, no es solamente que lleve lentejuelas y use gafas raras.“
„Nunca pegues a un hombre con gafas. Utiliza algo más duro.“
„Este es el segundo fragmento que pongo aquí del que se ha convertido en mi libro favorito: «La mecánica del corazón». Espero que lo disfrutéis x)»Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y a la más frágil del mundo. Su manía de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visión lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Aun no he descubierto qué engranaje tiene roto.El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir «¡Sopla!». El sistema de protección volando en dulces pedazos».“
„Pero Peter -por muy bonito que fuera el día, y los árboles, la hierba y la niñita de rosa- Peter nunca veía nada de todo esto. Se ponía las gafas, si ella se lo pedía, y miraba. Era el estado del mundo lo que le interesaba; Wagner, la poesía de Pope, el carácter de la gente eternamente, y los defectos de su propia alma.“
„Poco a poco, Tsukuru Tazaki comenzó a alimentarse como es debido. Compraba productos frescos, los preparaba de manera sencilla y se los comía. Con todo, le costaba recuperar el peso que había perdido. Por lo visto, su estómago se había achicado durante ese medio año. Si sobrepasaba cierta cantidad de comida, no podía evitar vomitar. También empezó a ir a nadar a la piscina universitaria a primera hora de la mañana. Dado que había perdido masa muscular, subir las escaleras lo dejaba sin aliento: necesitaba mejorar, siquiera mínimamente, su forma física. Se compró un bañador y otras gafas y todos los días nadaba a crol entre un kilómetro y un kilómetro y medio. Luego se acercaba al gimnasio y se ejercitaba en silencio con las máquinas.“