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Relacionado con: generación
„El conocimiento, que tiende a la satisfacción, no es más que una cortesana, que es por placer y no por fruto o generación.“
„Las almas de los niños son los herederos de la memoria histórica de las generaciones anteriores.“
„Lograr que las generaciones futuras sean más felices que la nuestra, será el premio más grande a que pueda aspirarse. No habrá valor comparable al cumplimiento de esa gran misión, que consiste en preparar para la humanidad futura un mundo mejor.“
„Cada nueva generación quiere un símbolo, gente nueva, nuevos nombres: quieren divorciarse de las generaciones anteriores.“
„Una generación nueva, que se dedica más que la última a temer a la pobreza y a adorar el éxito; crece para encontrar muertos a todos los dioses, tiene hechas todas las guerras y debilitadas todas las creencias del hombre.“
„secábaseles la leche de las tetas a las mujeres paridas, e así murieron en breve todas las criaturas. Y por estar los maridos apartados, que nunca vían a las mujeres, cesó entre ellos la generación; murieron ellos en las minas, de trabajos y hambre, y ellas en las estancias o granjas, de lo mesmo, e así se acabaron tantas e tales multitúdines de gentes de aquella isla; e así se pudiera haber acabado todas las del mundo.“
„Que otros se lamenten de que los tiempos son malos; yo me quejo de su mediocridad, puesto que ya no se tienen pasiones.… Por eso mi alma se vuelve siempre al Viejo Testamento y a Shakespeare. Aquí se siente en todo caso la impresión de que son hombres los que hablan, aquí se odia y se ama de veras, se mata al enemigo, y se maldice a su descendencia por todas las generaciones; aquí se peca.“
„Aunque dos personas de la clase alta no se conocieran, podían pasarse media tarde enhebrando nombres de amigos comunes, parientes, concuñados y compañeros de colegio o de consejo de administración, cosa que venía a ser lo mismo, porque las relaciones empezaban en el parvulario y terminaban en la cúpula de las grandes empresas. Y así iba transmitiéndose el poder real de una generación a otra de primos y tíos verdaderos o falsos, mientras los demás mortales no pertenecientes a la familia daban vueltas como cometas por los confines”.“
„En el campo de las creencias religiosas la Reforma introdujo cambios profundos. La Biblia adquirió entonces una autoridad nueva y de mayor alcance. La generación anterior consideraba que las Sagradas Escrituras eran peligrosas en manos de personas iletradas y debieran ser leídas sólo por sacerdotes.“
„Un político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones.“
„La lucha más importante que cualquier líder político podría asumir por su sociedad es sacarla de la guerra, y lograr entregarles a las actuales generaciones y a las futuras un país que conviva en paz.“
„El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación.“
„Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa“
„Estoy convencido de que el futuro de este país pertenece a los jóvenes de mi generación.•Gilberto Guevara Niebla, del CNH“
„Somos malos para la cama, somos malos para la intemperie, pero buenos para el ahorro. Todo lo guardamos. Como si supiéramos que el manicomio se va a quemar. Todo lo escondemos. No sólo los tesoros que cíclicamente sustraerá Pizarro, sino las cosas más inútiles, las baratijas, hilos sueltos, cartas, botones, que enterramos en sitios que luego se borran de nuestra memoria, pues nuestra memoria es débil. Nos gusta, sin embargo, guardar, atesorar, ahorrar. Si pudiéramos, nos ahorraríamos a nosotros mismos para épocas mejores. No sabemos estar sin papá y mamá. Aunque sospechamos que papá y mamá nos hicieron feos y tontos y malos para así engrandecerse aún más ellos mismos ante las generaciones venideras. Pues para papá y mamá el ahorro era interpretado como perdurabilidad y como obra y como panteón de hombres ilustres, mientras que para nosotros el ahorro es éxito, dinero, respetabilidad. Sólo nos interesa el éxito, el dinero, la respetabilidad. Somos la generación de la clase media.“
„Pertenezco a una generación que ha heredado el descreimiento en la fe cristiana y que ha creado en sí misma un descreimiento en todas las demás fes.“
„Cuando la generación a la que pertenezco nació, encontró el mundo desprovisto de apoyos para quien tuviese cerebro y corazón al mismo tiempo. El trabajo destructivo de las generaciones anteriores hizo que el mundo para el que nacimos, no tuviera ya esa seguridad que nos diera el orden religioso, ni sostén que nos diera un orden moral, ni la tranquilidad que nos diera un orden político. Nacimos ya en plena angustia metafísica, en plena angustia moral, en pleno desasosiego político.“
„Como la tormenta no podía soplar en todas partes a la vez, siempre había algún rincón donde quedaban unas hojas, un rincón donde brillaba el sol y donde temporalmente había un refugio de paz. La historia de la Guerra de China, como la historia de todos los grandes movimientos, está escrita en las mentes y los corazones de su generación. Dentro de cincuenta o cien años, en las charlas caseras y los relatos de las viejas, se contarán las historias de miles de esas hojas barridas por la tormenta. Cada hoja en la tormenta es un individuo con un corazón y sentimientos y aspiraciones y deseos.“
„Estas nuevas generaciones [de raperos] que hablan de culos y tetas no me gustan, pero me parecen bien.“
„Realicemos nuestro día con el mismo propósito que anima a la Naturaleza, y no nos dejemos apartar del camino por cascara alguna o por ala de mosquito que puedan caer en él. Levantémonos temprano, ayunemos o desayunémonos pausadamente y sin perturbaciones; que venga y vaya la compañía, que tañan las campanas o lloren los niños; sigamos, determinados a hacer de ello un día. ¿Por qué habríamos de someternos e ir con la corriente? No nos sintamos perturbados y vencidos en ese terrible rápido arremolinado que llamamos almuerzo, sito en los bajíos del mediodía. Sortead este peligro, y estaréis a salvo para el resto de la jornada, que discurrirá luego cuesta abajo. Con nervios templados y vigor matinal, dejadlo atrás, y como Ulises atado al mástil, poned la mirada en otra parte. Si silba el motor, que lo haga hasta enronquecer de insistencia. Si tañe la campana ¿por qué hemos de apresurarnos? Consideremos qué música nos ofrecen. Resolvámonos a hacer nuestro camino, llevando adelante nuestros pasos a través del barro y lodo de la opinión, prejuicios, tradición, engaño y apariencias que, cual tierra de aluvión, cubren el globo entero desde París a Londres, Nueva York, Bostón y Concord, a través de Iglesia y Estado, a través de la poesía, la filosofía y la religión, hasta que alcancemos un suelo duro y rocoso, al que podemos llamar realidad, y digamos: «Héla aquí, no hay duda». Y entonces, comencemos, contando con un point d’appui, bajo crecidas, heladas o fuego; un lugar donde se pueda encontrar un muro o una propiedad, donde se pueda erigir sin problemas un farol, o acaso un medidor, no un Nilómetro sino un Realímetro, para que las generaciones futuras sepan qué caudal llegaban a alcanzar de vez en cuando las riadas de engaños y apariencias. Si os enfrentáis cara a cara con un hecho, veréis brillar el sol en sus dos facetas, como si fuera una cimitarra, y sentiréis su suave filo, que os divide por el corazón y la médula, concluyendo así vuestra carrera mortal. Trátese de vida o muerte, nosotros ansiamos sólo la realidad. Si en verdad morimos, que oigamos el estertor en nuestras gargantas y sintamos el frío de nuestras extremidades; si estamos vivos, vayamos a lo nuestro. El tiempo no es sino el río donde voy a pescar. Bebo en él, y mientras lo hago, veo su lecho arenoso y descubro cuán cerca se encuentra de mí. Su fina corriente discurre incansable, pero la eternidad permanece. Yo quisiera beber de más hondo; y pescar en el cielo, cuyo cauce está tachonado de estrellas. No puedo contarlas. Ignoro la primera letra del alfabeto. Siempre he lamentado no ser tan sabio como el día en que nací. La inteligencia es un hendedor; discierne y saja su camino en el secreto de las cosas. No deseo ocupar mis manos más de lo necesario. Mi cabeza es manos y pies. Siento concentradas en ella mis mejores facultades. Mi instinto me dice que aquélla es un órgano excavador, como los hocicos y garras de algunos animales, y con ella minaría y horadaría yo mi camino a través de estas colinas. En algún lugar de estos alrededores se encuentra, creo, la vena más rica; me lo dicen mi varita mágica y los mágicos vapores que ascienden serpenteando. Aquí comenzaré a minar.“
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