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girar
Relacionado con: girar
„Quiero hacerla mas teatral que todo lo que haya visto en los otros shows de country» «Pense que seria genial que gran parte del tour girara en torno a la teatralidad de mis canciones, porque ellas son realmente dramatizaciones de lo que llevo dentro. Así que quería aprovechar la oportunidad para mostrar a la audiencia lo que estoy viendo en mi cabeza cuando estoy cantando estas canciones.“
„Tu manera de hablar siempre me irrita —se enfadó de veras la tortuga—. ¿Qué es eso de vamos a probar a montarnos? ¿Probar a montarse y montarse no es, en la práctica, hacer lo mismo? Girar a la derecha mientras se duda y girar a la derecha con confianza y decisión llevan a un mismo destino. Tanto en un caso como en otro, ya no se puede uno echar atrás. Desde el momento en que pruebas llevar algo a la práctica, ya se decide tu destino. En la vida no existen las pruebas. Probar a hacerlo es lo mismo que hacerlo.“
„Tras aquellas semanas de ocio en Londres, durante las cuales, cuando deseaba algo le bastaba pulsar un botón o girar una manija, fue para él una delicia hacer algo que exigía habilidad y paciencia.“
„Y la moraleja de esto es… << Oh, el amor, el amor. El amor hace girar al mundo“
„Quiero sentir algo y no sé por donde empezar, quiero que mi mundo deje de girar, quiero que mis manos tengan fuerza para dar, quiero asustarme si no estás“
„¡El corazón de aquella chica invisible era un puto cubo de Rubik! Por más que lo hacía girar en todos los sentidos, no llegaba a juntar los cuadritos del mismo color en la cara correcta.“
„Miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia donde girar los girasoles.“
„Sentía que por primera vez en su vida, el tiempo transcurría más rápido de lo que deseaba y que ya no podía refugiarse en el sueño de años pasados. La rueda de la fortuna había empezado a girar y, esta vez, él no había tirado los dados“
„Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podría transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano.“
„En el aire transparente parecía que la imaginación se llenara de vida, escapara de las riendas de la razón, y mirar no era poder dejar de verse cayendo al vacío, mientras el cielo y las montañas cambiaban de lugar en un girar lento, mientras el rito le salía a uno de la boca como un globo ocioso, mientras el pelo y las faldas flotaban al viento.“
„Rolando observó cuidadosamente a Eddie, y a pesar de que en el momento que quisiera podía haberlo matado seis veces, eligió mantenerse quieto y callado y dejar que Eddie elaborara por sí mismo la situación. Eddie era muchas cosas, y muchas de ellas no eran agradables (como alguien que conscientemente ha dejado que un niño cayera hacia su muerte, el pistolero conocía la diferencia entre agradable y no del todo bien), pero había una cosa que Eddie no era: no era estúpido.Era un chico listo. Lo iba a entender. Lo entendió.Miró a Roland a su vez, sonrió sin mostrar los dientes, hizo girar una vez en su dedo el revólver del pistolero, torpemente, como la parodia de la coda de fantasía de un tirador en un espectáculo, y luego se lo alcanzó a Roland, la culata primero.“
„[…] ¿Qué es lo que tiene que nos hace olvidar nuestra voluntad? —preguntó.Julian arqueó una ceja con un gesto arrogante.—¿Yo te atraigo en contra de tu voluntad?—Para serte sincera, sí. No me gusta sentirme de este modo.—¿Y cómo te sientes? —le preguntó él.—Sexy —le contestó antes de pensarlo dos veces.—¿Como si fueras una diosa? —preguntó él de nuevo con voz ronca.—Sí —respondió sin más cuando Julian se acercó a ella.[…]—Yo puedo decirte de qué se trata —ronroneó Julian.—Es la maldición, ¿verdad?El hombre negó con la cabeza al tiempo que alzaba una mano para pasarle el dedo muy lentamente por el pómulo. Grace cerró los ojos con fuerza al sentir que la consumía una feroz oleada de deseo. Le estaba costando la misma vida no girar la cabeza para atrapar ese dedo con los dientes.Julian se inclinó un poco más para frotar su mejilla contra la de ella.—Se trata del hecho de que yo aprecio en ti cosas que los hombres de tu época ni siquiera ven.“
„Qué inoportuno eres, E’lir. ¿No ves que desentonas? Vuelve más tarde. —Giró de nuevo la cabeza, ignorándome.Di un resoplido y me incliné sobre el mostrador, estirando el cuello para leer lo que había escrito en la hoja de papel que Ambrose había dejado allí.—¿Que yo desentono? Por favor, pero si este verso tiene trece sílabas. —Di unos golpecitos con el dedo en la hoja—. Y no es verso yámbico. La verdad es que no sé si tiene alguna métrica.Ambrose giró la cabeza y me miró con irritación.—Cuidado con lo que dices, E’lir. El día que te pida ayuda para componer un poema será el día en que…—… será el día en que tengas dos horas libres —le interrumpí—. Dos horas largas, y eso será solo para empezar. «¿Así encuentra también bien el humilde tordo un suyo rumbo?» Mira, no sé por dónde empezar a corregir eso. No se aguanta por ninguna parte.—¿Qué sabrás tú de poesía? —dijo Ambrose sin molestarse en girar la cabeza.—Sé distinguir un verso que cojea cuando lo oigo —contesté—. Pero este ni siquiera cojea. La cojera tiene ritmo. Esto es como alguien cayendo por una escalera. Una escalera de peldaños irregulares. Con un estercolero al final.—Es un ritmo saltarín —me dijo con una voz tensa, ofendido—. Es lógico que no lo entiendas.—¿Saltarín? —Solté una risotada de incredulidad—. Mira, si viera «saltar» así a un caballo, lo sacrificaría por piedad, y luego quemaría su cuerpo para evitar que los perros lo mordisquearan y murieran.“
„El secreto consiste en concentrarte en lo que estás haciendo. No debes mirar al suelo. No debes girar la cabeza. Debes olvidarte del mundo y confiar en que el mundo te devuelva el favor.“
„Sabía muy bien que la crueldad no ayudaba a hacer girar el mundo.“
„templos para hacer sus ofrendas, girar las ruedas de oración, y encender“
„El sufrir es muy largo y no puede dividirse por los estaciones del año. Sólo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: gira. Parece formar un círculo alrededor de este eje: el dolor. La paralizadora inmovilidad de una vida regulada, hasta en sus más ínfimos detalles, por una rutina inmutable, de suerte que conforme, bebemos, nos paseamos, dormimos y rezamos – o por lo menos, nos arrodillamos para rezar – conforme a los inflexibles dictados de un reglamento de hierro; esa inmovilidad que hace que cada día sea, con todos sus horrores, y hasta en sus más pequeños detalles, idéntico a sus hermanos, parece comunicarse a aquellas fuerzas exteriores, cuya existencia es una perpetua variación. Nada sabemos de la siembra ni de las cosechas, de los segadores doblados sobre las espigas o de los vendimiadores deslizándose entre las vides; de la hierba del jardín, ornada con el blanco manto de las flores caídas, sobre la cual se hallan esparcidos los frutos maduros. Nada sabemos, nada podemos saber.Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el día con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mísera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.“