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gorrión
Relacionado con: gorrión
„Sé amable con el halcón y daña al gorrión.“
„Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio.El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos.Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época.En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo.Mi madre murió entonces.Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?“
„El verdadero Dios pone atención hasta cuando se cae un gorrión; pero el Dios creado por la vanidad humana no ve diferencia alguna entre un águila y un gorrión. ¡Oh, si los hombres por lo menos supieran!“
„Dos gorriones sobre la misma espiga no estarán mucho tiempo juntos.“
„Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafío me pase por los ojos como un bando de gorriones.“
„De repente me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara apreguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamentepor qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me pareceque un gorrión) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, enseguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilohasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; reciénentonces uno está bien, está contento y puede volverse a su trabajo. Que yosepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores ycontar, porque al fin y al cabo nadie se averguenza de respirar o de ponerselos zapatos; son cosas, que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentrodel zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrioroto, entonces hay que contar lo que pasa, contarlo a los muchachos de laoficina o al médico. Ay, doctor, cada vez que respiro… Siempre contarlo,siempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago.“
„Yo lo he dicho ya otras veces, soy el pequeño gorrión de una bandada inmensa, a quien Perón, el cóndor que domina las alturas, enseñó a volar cerca del cielo.“