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Relacionado con: grandes
„Quiero hacer todas esas cosas bonitas con grandes marcas, miro en las revistas, me paro en los anuncios y pienso, no soy lo bastante alta, pero sé que puedo hacerlo».“
„«Algunas veces, hasta el mejor administrador se asemeja al muchacho que pasea un perro grande y espera a ver dónde quiere ir para llevarlo allá».“
„Los grandes líderes buscan y encuentran a líderes en potencia, y los transforman en buenos líderes.“
„Un líder es grande, no por su poder, sino por su habilidad de hacer surgir poder a otros.“
„La ley es tela de araña,en mi inorancia lo esplico:No la tema el hombre rico;nunca la tema el que mande;pues la ruempe el bicho grandey sólo enrieda a los chicos.“
„La conclusión está clara: llévale tus problemas a Jesús. No los lleves al bar. Jim Beam no puede solucionarlos. No te desquites con otros. Los arrebatos de ira nunca pueden defender una causa. Tan pronto percibas un problema, ya sea grande o pequeño, llévalo a Cristo.“
„… aparición del imperialismo en el Occidente, cuando el capitalismo, buscando mercados de venta, materias primas, combustible y mano de obra barata y luchando por la exportación de capitales y por asegurarse las grandes vías férreas y marítimas, desborda el marco del Estado nacional y amplía su territorio a expensas de sus vecinos, próximos y lejanos.“
„El Partido no sólo debe marchar adelante, sino también llevar tras de si a las grandes masas.“
„La misión del Partido consiste en ayudar a las masas trabajadoras de los pueblos no grandes rusos a alcanzar a la Rusia central.»(5 de febrero de 1921).“
„Había esperado ver al águila de nuestro partido, tanto desde el punto de vista físico como desde el político. Me había imaginado a Lenin como un gigante, majestuoso e imponente. ¡Cuan grande fue mi decepción cuando vi a un hombre completamente ordinario, de una estatura inferior a la media, no diferenciándose en nada del común de los mortales…! (12 de diciembre de 1905) (IV Congreso del POSDR).“
„No nos miramos de verdad. No nos tocamos de verdad, apenas nos dijimos nada. Sus ojos demasiado grandes en la piel de porcelana, y esa manera extraña de pedir perdón por sonreír. Sus labios, que revoloteaban como un copo de nieve perdido en una playa estival, y yo, que trataba de cazarlo con mi nevera demasiado grande. Un cataclismo disfrazado de beso en miniatura. Más poderoso que un ejército de rayos. El beso más pequeño nunca visto. Impacto de luz y luego nada.“
„Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.“
„Sus labios revoloteaban como un copo de nieve. El segundo copo de nieve perdido en una playa de verano, y yo que trataba de recuperarlo con mi nevera demasiado grande. A partir de dos copos de ese tipo, puede hablarse de tempestad.“
„Tus ojos son demasiado grandes; cuando ríes, a través de ellos se ve tu corazón.“
„¿Quién lee para llegar al final, por deseable que éste sea? ¿Acaso no hay ocupaciones que practicamos porque son buenas en sí mismas, y placeres que son absolutos? ¿Y no está éste entre ellos? A veces he soñado que cuando llegue el Día del Juicio y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vayan a recibir sus recompensas – sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados indeleblemente en mármol imperecedero-, el Todopoderosos se volverá hacia Pedro y le dirá, no sin cierta envidia cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: «Mira, ésos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Han amado la lectura.“
„[…] los niños no olvidan nunca. Por eso era tan importante todo lo que se decía y se hacía, y un alivio tan grande que se fueran a la cama. Porque ahora ya no necesitaba pensar en nadie. Podía ser ella misma y estar sola. Y eso era lo que, con frecuencia ya, sentía que necesitaba: tiempo para pensar; en realidad, ni siquiera para pensar: más bien para estar callada, para estar sola. Todo el existir y el hacer, y lo que había en ello de expansivo, de brillante, de ruidoso, se evaporaba; y había que limitarse, con un sentimiento de solemnidad, a ser uno mismo, un núcleo de oscuridad con forma de cuña, algo invisible a los demás.“
„Era una de esas oscuras mujeres pequeñas como ratones que admiran a los hombres grandes. Era casi inexistente.“
„Quien, por un amor demasiado grande, lo que al fin y al cabo es monstruoso, muere de sufrimiento, renace para no conocer ni amor no odio, sino para disfrutar. Y ese disfrute de la vida, por haberse adquirido de forma no natural, es un veneno que tarde o temprano corrompe el mundo entero.“
„Quien por un amor demasiado grande muere de sufrimiento, renace para no conocer ni amor ni odio, si no simplemente disfrutar.“
„Si tuvieras un poco más de confianza en ti mismo, podrías ser el hombre más grande del mundo.“
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