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Relacionado con: grito
„La mujer, entre tanto, retorciéndoseigual que una serpiente en las brasas,y amasándose los pechos por encimade las ballenas del corsédejaba deslizar de su boca de fresaestas palabras impregnadas de almizcle:—«Tengo los labios húmedos y conozco la cienciade perder en una cama la antigua conciencia.Seco todas las lágrimas en mis pechos triunfantesy hago que los viejos se rían con risas infantiles.¡Para quien me ve desnuda y sin velos, sustituyoa la luna, al sol, al cielo y a las estrellas!Cuando aprisiono a un hombre en mis temidos brazos,o cuando abandono mi busto a los mordiscos,tímida y libertina, frágil y robusta,soy, mi querido sabio, tan experta en deleitesque sobre ese colchón que se desmaya de emoción,¡los ángeles importantes se condenarían por mí!»Cuando me hubo chupado toda la médula de los huesos,y me volví hacia ella con languidezpara darle un beso de amor, ¡no vi másque un odre de flancos viscosos, rebosante de pus!En mi helado terror, cerré los ojos,y cuando volví a abrirlos a la viva claridad,a mi lado, en lugar del fuerte maniquíque parecía haber hecho provisión de sangreentrechocaban en confusión unos restos de esqueleto,que producían un grito como el de una veletao el de un cartel que, en la punta de una vara de hierro,el viento balancea en las noches de invierno.“
„Mis amigos me dicen que soy muy agresivo, pero me lo dicen a gritos.“
„Esto es lo que quieren de mí; éste es el lugar adonde desean que vaya. Ni viva ni muerta, ni sensata ni demente; tan sólo un pedazo de carne que grita de miedo para ser modelado a su gusto por unos seres que carecen de forma propia.“
„La primera regla del Club de la lucha es: nadie habla sobre el Club de la lucha. La segunda regla del Club de la lucha es: NADIE habla sobre el Club de la lucha. La tercera regla es: la pelea termina cuando uno de los contendientes grita «alto», pierde la vertical o hace una señal. La cuarta regla: sólo dos personas por pelea. La quinta regla: sólo una pelea a la vez. La sexta regla: se pelea sin camisa y sin zapatos. La séptima regla: cada pelea dura lo que tiene que durar. La octava y última regla: si ésta es tu primera noche en el Club de la lucha, entonces tienes que pelear.“
„Atreverse; el progreso se obtiene a este precio.Todas las conquistas sublimes son, más o menos, premios al atrevimiento. Para que la Revolución exista, no basta con que Montesquieu la presienta, ni con que Diderot la predique, ni con que Beaumarchais la anuncie, ni con que Condorcet la calcule, ni con que Arouet la prepare, ni con que Rousseau la premedite; es preciso que Danton se atreva.El grito «¡Audacia!» es un fiat lux. Para la marcha hacia delante del género humano es preciso que encuentre en las cumbres de la sociedad ejemplos permanentes y altivos de valor. La temeridad deslumbra a la historia, y es una gran luz para el hombre. La aurora es audaz cuando se eleva sobre el horizonte. Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, hacer frente al destino, asombrar a la catástrofe por el poco miedo que nos infunde, ya sea enfrentándose a los poderes injustos o insultando a la victoria ebria, resistir y persistir; he aquí el ejemplo que necesitan los pueblos y la luz que los electriza. El mismo formidable relámpago va de la antorcha de Prometeo al botafuego de Cambronne.“
„«Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.- ¿Adónde vamos? – preguntó.- Ven – contestó Courfeyrac.Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:- ¡Aquí están los rojos!- ¡El rojo, los rojos! – replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.»“
„Lanzo mi grito mayor: Evangelio de esperanza a ritmo de tiempo nuevo! Esta es mi Patria! ECUADOR.“
„¿Me evitarás, creyendo que te evito?¿Pisarás nuestra calle nuevamente?¿Intuirás, cuando callo, por qué grito?“
„No me grites, dijo el sordo“
„Unamos nuestros pulmones con vuestros corazoncitos para lanzar este grito «¡¡¡Viva México, cabrones!!!“
„En la posada del fracaso,donde no hay consuelo ni ascensor,el desamparo y la humedadcomparten colchóny cuando, por la calle,pasa la vida, como un huracán,el hombre del traje grissaca un sucio calendario delbolsillo y grita¿Quién me ha robado el mes de abril?“
„No es fácil ser ornitólogo y cruzar un bosque cuando por todas partes el mundo grita: «¡Largo, joder, este es mi matorral! ¡Aargh, maldito ladrón de nidos! ¡Mantén relaciones sexuales conmigo, puedo inflar el pecho y ponerlo rojo!».“
„¿Sabes para qué vale la mayor parte del adiestramiento militar, Artes? —continuó—. ¿Todos esos gritos que pegan los mierdecillas como Strappi? Todo sirve para que cuando te lo manden seas capaz de clavarle la espada a un pobre cabrón que es igual que tú pero resulta que lleva el uniforme equivocado. Él es como tú y tú eres como él. En realidad ni él te quiere matar a ti ni tú lo quieres matar a él. Pero si no lo matas primero, él te mata a ti. A eso se reduce todo. No es fácil hacerlo sin entrenamiento.“
„rara vez el hombre digno de ser amado coincide con la hora de amar. Raramente dice la naturaleza «¡Mira!» al pobre ser humano en el instante en que hacerlo así puede conducirle a la felicidad; y pocas veces responde «Aquí» al grito de «¿Dónde?», hasta que ese juego del escondite degenera en un pasatiempo pesado y tedioso.“
„Lo hice nuevamente.Uno de cada diez añospuedo soportarlo…una especie de milagro ambulante, mi pielbrilla como una pantalla nazi,mi pie derechoun pisapapeles,mi rostro sin forma, delgadolienzo judío.Retira la compresa,¡ah, enemigo mío!¿te doy miedo?…¿La nariz, la fosa de los ojos, toda la dentadura?El aliento agrioun día se desvanecerá.Pronto, pronto la carneque alimentó la grave sepultura me seráfamiliary yo seré una mujer sonriente,sólo tengo treinta.Y como el gato tengo nueve vidas que morir.Ésta es la Número Tres.Qué basurapara la aniquilación de cada década.Qué millón de filamentos.La multitud como maní prensadose atropella para verdesenvuelven mis manos y pies…el gran strip teaseseñoras y señoreséstas son mis manosmis rodillas.Puede que esté piel y huesos,sin embargo, soy la misma e idéntica mujer.La primera vez que ocurrió, tenía diez.Fue un accidente.La segunda vez quiseque fuera definitivo y no regresar jamás.Me mecí doblada sobre mí mismacomo una concha.Tuvieron que llamar y llamary quitarme uno a uno los gusanos como perlas viscosas.Morires un arte, como cualquier otro,yo lo hago de maravillas.Hago que se sienta como un infierno.Hago que se sienta real.Creo que podrían llamarlo un don.Es tan fácil que puedes hacerlo en una celda.Es tan fácil que puedes hacerlo y quedarte ahí, quietita.Es el teatralregreso a pleno díaal mismo lugar, a la misma cara, al mismo gritobrutal y divertido“¡Milagro!”que me deja fuera de combate.Hay un precio a pagarpara mirar las escaras, hay un precio a pagarpara auscultar mi corazón…late de veras.Y hay un precio a pagar, un precio mayorpor una palabra o un contactoo un poquito de sangreo una muestra de mi cabello o de mi ropa.Bueno, bueno, Herr Doctor.Bueno, Herr Enemigo.Soy vuestra opus,soy vuestra valiosaniña de oro puroque se funde en un chillido.Giro y ardo.No crean que no estimo su enorme preocupación.Cenizas, cenizas…Ustedes atizan y remueven.Carne, hueso, no hay nada allí…Un pan de jabón,un anillo de bodas,un empaste de oro.Herr dios, Herr Lucifertengan cuidadotengan cuidado.Sobre las cenizasme elevo con mi cabello rojoy devoro hombres como aire.“
„Me conozco «, gritó», pero eso es todo.“
„Vivo en un tablero donde hay manos que me mueven, grito que devuelvan lo que deben pero el mundo nos ignora, se evapora lo real y lo ficticio nos devora, adoran líderes que abrieron a Pandora“
„GarabatoCon un trozo de carbónCon mi gis roto y mi lápiz rojodibujar tu nombreel nombre de tu bocael signo de tus piernasen la pared de nadieEn la puerta prohibidagrabar el nombre de tu cuerpohasta que la hoja de mi navaja sangrey la piedra gritey el muro respire como un pecho…“
„A veces la gente es feísima y aún así te manda y te grita como si nada.“
„Las luces del “Copacabana” rielando en el agua negra del malecón, que mana de las cloacas de Managua. Conversaciones absurdas de noches de borrachera que se repiten y se repiten como un disco rayado. Y los gritos de las ruletas, y las roconolas. “Y mi pecado está siempre delante de mí.“
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