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Relacionado con: hacer
„No se puede dar al Estado el poder de hacer bien sin darle también el poder de hacer mal… de hecho, de hacer lo que quiera.“
„No es cierto que puedas ser un buen político cuando dejas de ser un buen médico. No es cierto que es preferible ser presidente de Chalchicomula que un mediocre ginecólogo. Si no puedes hacer bien una cosa que durante años has aparentado amar, no podrás hacer ninguna otra cosa mejor que la primera. Lo contrario es mentira, es la prueba más contundente de tu fracaso íntimo, de tu verdadera mediocridad. Pero, claro, existe el sagrado derecho de ser tan mediocre o tan pendejo como se quiera o como se pueda y esto independientemente de todos los éxitos o las glorias aparentes.“
„De ti he aprendido a tomar notas, a expresarme en vez de rumiar en secreto, a moverme, a dibujar todos los días, a hacer, a decir en vez de meditar, a no disimular la conmoción y me siento fuerte por esta abundancia de actividad, este sentimiento de expansión y de plenitud.“
„El poema debe ser vivencia. Si no es carne y sangre y huesos de uno mismo, no creo que valga la pena. Claro que se puede elaborar intelectualmente un poema, pero ya no es un poema. –¿Qué es? –Una construcción mental. Pero el poema debe ser pasión, inteligencia. Creo yo que es la manera de pensar pero con el corazón, vivir, pues. No puede hacer uno de la vida una cosa consciente sólo para escribir.“
„Pero, ¿Qué otra cosa puedo hacer si es así como veo las cosas y si te amo cada vez más…como una loca?“
„Clary recordó una vez, cuando tenía cuatro años, que estaba en la playa llorando porque se levantó el viento y le derribó el castillo que había hecho. Su madre le dijo que podía hacer otro si quería, pero eso no la hizo parar de llorar porque descubrió que lo que pensó que era permanentemente no lo era, sino que estaba hecho de arena que se deshacía al contacto con el viento o el agua.“
„Eres mi hermana, Mi hermana, mi sangre, debería querer protegerte… Protegerte de la clase de chicos que quieren hacer contigo exactamente lo que yo quiero hacer…”[Jace sobre Clary]“
„Me gusta pensar que las cosas tienen un sentido -repuso Emma en voz baja.-Lo tienen. -Calló un momento, mirando al cielo-. He estado contado estrellas. Creo que, a veces, hacer algo inútil ayuda.“
„¿Qué se puede hacer cuando lo que amenaza a lo que más se quiere es algo a lo que se quiere por igual?“
„En algún lugar de su mente se había preguntado si lo que había ocurrido en la playa entre ellos solo habría sido una casualidad debida a la adrenalina compartida. Porque seguro que no era así como se suponía que debían ser los besos, abarcándolo todo de tal modo que rasgaban como el rayo y absorbían toda la fuerza, hasta que lo único que se podía hacer era colgarse de la otra persona.Al parecer sus dudas eran infundadas.“
„Porque el mundo no está dividido en el especial y el ordinario. Todo el mundo tiene el potencial para ser extraordinario. Siempre y cuando tengas alma y libre albedrío, puedes ser cualquier cosa, hacer cualquier cosa, escoger lo que quieras.“
„Quisiera- dijo, sin mirarla a ella sino al suelo- poder decir lo adecuado, hacer lo adecuado, para que fuera más fácil para ti. Sea lo que sea que quieras de mí, quiero hacerlo. Quiero estar aquí para ti de cualquier forma que sea la mejor para ti, Clary.“
„Explicarte mis sentimientos antes de mostrártelos. Escribirte poemas…+ No te gusta la poesía.- No. Pero tú me hacer querer escribirla. ¿No cuenta eso para nada?[…]+ Eso casi parece preparado, James Carstairs. ¿A cuántas chicas has hecho perder la cabeza con esa observación?- Sólo hay una chica la que me importa hacerle perder la cabeza -contestó él- La pregunta es: ¿la pierde?Ella sonrió.+ La pierde.“
„No hice un pastel —repitió Alec, gesticulando expresivamente con una mano—, por tres razones. Uno, porque no tengo ningún ingrediente para hacer el pastel. Dos, porque yo en realidad no sé cómo hacer un pastel.Hizo una pausa, claramente esperando.Removiendo su espada e inclinándose contra la pared de la cueva, Jace dijo con cautela:—¿Y tres?—Porque no soy tu zorra —respondió Alec, claramente complacido consigo mismo.“
„He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?“
„Cuando uno sabe, sabe, y cuando no sabe lo mejor es aprender. Y, mientras tanto, no decir nada, a menos que los que uno diga esté encaminado a hacer más claro el aprendizaje. Su vida misma, según explicaba, había sido un aprendizaje constante.“
„A medio hacer, ni crudos ni cocidos, bipolares capaces de cabalgar el huracán.“
„Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura para cuando estás calmado. Esta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás alegre. Hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado. Esta ultima es la que quisieron hacer Ulises Lima y Belano.“
„Este partido está pudriéndose por la inmensa gusanera de caciques y caciquillos. Tienen más que los monárquicos. En cada capital hay cincuenta que quieren imponer los caprichos de su vanidad y de su ambición a todos sus correligionarios… Y si nada más hubiera esos cincuenta, menos mal. Luego vienen los caciques de distrito y los de barrio… ¡Oh!! Esos vejestorios endiosados de Comité local y de barriada! ¡Papas rojos, que se creen infalibles e indiscutibles!Para hacer la revolución, lo primero, lo indispensable, sería degollarlos a todos. Si éstos trajeran la República, estaríamos peor que ahora. Sería cosa de emigrar. Suerte que no hay miedo a que la traigan. ¡Hay cada revolucionario que tiene un miedo feroz a la revolución!… Hubiera usted visto a algunos de ellos cuando la semana roja de Barcelona, cuando aquí se dijo que iba a estallar la huelga general, irse huyendo de Madrid como ratas… No sé qué diablos ocurría entonces, que a todos les salían negocios en provincias, o tenían por esas tierras de dios parientes enfermos de gravedad, que los llamaban… ¡Y para ver este espectáculo me vine yo de Santander e interrumpí mi veraneo!… Luego, son muchos los republicanos que no quieren que venga la República, porque no les conviene; van muy bien en el machito, haciendo la farsa de la oposición, sirviendo de comparsas en esta política repugnante, representando su papel de diputados o de concejales, u otros papeles peores.En este partido son muy pocos los directores que trabajan desinteresadamente por el ideal; la desorganización es indescriptible, no se puede imaginar; no hay espíritu de disciplina, ni siquiera instinto de conservación… Si no fuera porque veo esos caciquitos ir a su avío, sin saber disimularlo, creería que estaban locos. No se puede hacerlo peor para facilitar la victoria al adversario e imposibilitar la propia… Estoy harto de luchar sin esperanza de salvación entre tanta miseria. Así están disgregando la masa republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila… ¡Oh! Usted no puede darse idea de lo que aquí se persiguen unos odios a otros y unas vanidades a otras… ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos los medios, hasta la difamación y la calumnia!Ha habido día que pensé meterme en casa y no ocuparme de política. Pero lo he pensado mejor. Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España política. […] ¡Es por el socialismo por donde llega la aurora!“
„¡Si en la historia no hubiera más que batallas; si sus únicos actores fueran las celebridades personales, cuán pequeña sería! Está en el vivir lento y casi siempre doloroso de la sociedad, en lo que hacen todos y en lo que hace cada uno. En ella nada es indigno de la narración, así como en la Naturaleza no es menos digno de estudio el olvidado insecto que la inconmensurable arquitectura de los mundos. Los libros que forman la capa papirácea de este siglo, como dijo un sabio, nos vuelven locos con su mucho hablar acerca de los grandes hombres, de si hicieron esto o lo otro, o dijeron tal o cual cosa. Sabemos por ellos las acciones culminantes, que siempre son batallas, carnicerías horrendas, o empalagosos cuentos de reyes y dinastías, que preocupan al mundo con sus riñas o con sus casamientos; y entretanto la vida interna permanece oscura, olvidada, sepultada. Reposa la sociedad en el inmenso osario sin letreros ni cruces ni signo alguno: de las personas no hay memoria, y sólo tienen estatuas y cenotafios los vanos personajes… Pero la posteridad quiere registrarlo todo: excava, revuelve, escudriña, interroga los olvidados huesos sin nombre; no se contenta con saber de memoria todas las picardías de los inmortales desde César hasta Napoleón; y deseando ahondar lo pasado quiere hacer revivir ante sí a otros grandes actores del drama de la vida, a aquellos para quienes todas las lenguas tienen un vago nombre, y la nuestra llama Fulano y Mengano.“
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