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Relacionado con: hierro
„No lo odio, pensó, jadeando en el aire frío, el hierro oscuro de Nueva Inglaterra; Yo no. ¡Yo no! ¡No lo odio! ¡No lo odio!“
„Los prejuicios son mallas de hierro o de oropel. No tenemos el prejuicio republicano, ni el monárquico, no tenemos el prejuicio católico, socialista o antisocialista. Somos cuestionadores, activistas, realizadores.“
„Los prejuicios son mallas de hierro o de oropel. No tenemos el prejuicio republicano, ni el monárquico, no tenemos el prejuicio católico, socialista o antisocialista. Somos cuestionadores, activistas, realizadores». (Entrevista al Giornale d’Italia después de la fundación del Fascio de Combate de Milán).“
„El dinero ha aniquilado más almas que el hierro cuerpos.“
„«La sostenía una voluntad de hierro, un gusto maníaco por la perfección y una increíble testarudez»“
„Las grandes cuestiones no se decidirán por medio de discursos y votaciones, sino con sangre y hierro“
„Arrastrándome, agarrándome así mi cabeza, con todo lo que era mi cuerpo, iba hacia ese boquete, todo lo que yo era iba al boquete. Apenas cabía mi mano, un boquetito así de chiquitito. Me di una vueltecita para acá, para allá, a ver si estaba yo bien, encontré lo que era mi cuerpo, lo reconocí y empecé a luchar con los hombros, con los brazos, con la cabeza, como quien se da de cabezazos contra un muro, y tengo mi cabeza buena de dura, fuertes los huesos como de hierro. Aunque me quedara calvo, yo iba a abrir el boquete y lo abrí tanto que pude jalar el resto de mi cuerpo y cavé con el propio cuerpo un túnel de 30 metros arrastrándome, agarrándome así la cabeza, hasta que llegué al filo de la luz. Ni una sola herida me hice en la choya. Sólo entonces volví a hablar, y perdonarán las groserías, yo no las acostumbro, pero dije: «Pinche madre, estuvo duro'». (Alonso Mixteco)“
„Cuando dos personas son una en lo más profundo de su corazón, quiebran incluso la fuerza del hierro o el bronce.“
„De la posibilidad de que cuando la novela despierte de su sueño de hierro, el cuento siga allí.“
„Soñé que la Tierra se acababa. Y que el único ser humano que contemplaba el final era Franz Kafka. En el cielo los Titanes luchaban a muerte. Desde un asiento de hierro forjado del parque de Nueva York Kafka veía arder el mundo.“
„Le tendí la mano (no sé por qué, no soy dado a estos formalismos, al menos no en un bar y de noche) y él vaciló antes de darme la suya. Cuando se la estreché mi sorpresa fue mayúscula. Su diestra, que esperaba suave y vacilante como la de cualquier adolescente, exhibía al tacto una acumulación de callosidades que le daba una apariencia de hierro, una mano no demasiado grande, de hecho, ahora que lo pienso, ahora que vuelvo a aquella noche een los suburbios de Irapuato, lo que aparece ante mis ojos es una mano, una mano pequeña rodeada u orlada por los exiguos resplandores del bar, una mano que surge de un lugar desconocido, como el tentáculo de una tormenta, pero dura, durísima, una mano forjada en el taller de un herrerro.“
„Un día, suavemente, con sus corteses modos, hizo el hombre la jaula para encerrarte allí. Y ahora te contempla, apoyado de codos, sobre el hierro prudente que lo aparta de ti.“
„Durante seis años dejé de pagar mis impuestos como votante. Por este hecho pasé una noche en la cárcel y mientras miraba las paredes de piedra sólida, la puerta de madera y de hierro y las ventanas cruzadas por barras de acero, no pude dejar de impresionarme por la estupidez de esa institución que me trataba como si fuera un paquete de carne, sangre y huesos que debía ser encerrado bajo llaves… En momento alguno me sentí confinado, y aquellos muros me parecieron un gran mal gasto de piedras y mortero… En cada amenaza y en cada cumplido saltaba el desatino; pues creían que mi mayor deseo era el hallarme del otro lado del muro. Y no podía dejar de sonreírme al ver con qué diligencia y cuidado me cerraban la puerta cuando me enfrascaba en mis meditaciones, que los seguían afuera sin problema ni dificultad, no siendo sino ellos todo lo que allí era peligroso. Vi que el Estado era de pocas luces y que no era capaz de distinguir amigo de enemigo, de manera que le perdí el resto del respeto que aún me quedaba y le compadecí». (Estuvo preso por un día el 22 de julio de 1846).“
„Fue una derrota aplastante pero me reforzó la espina dorsal con hierro y la sangre con azufre.“
„Todo lo que bebo es tu ausencia y mi pobre corazón de hierro se me fue oxidando con las penas“
„Un esteta diría —continuó— que su trasero es demasiado voluminoso y está un poco bajo, lo cual es aún más excitante dado que su alma ansia las alturas. Pero precisamente en esa contradicción se concentra, a mi juicio, el destino humano: la cabeza está llena de sueños y el trasero, como un ancla de hierro, nos mantiene a ras de tierra.“
„And yet, and yet … Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico, son desesperaciones aparentes y consuelos secretos. Nuestro destino no es espantoso por irreal: es espantoso porque es irreversible y de hierro. El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo desgraciadamente es real; yo, desgraciadamente, soy Borges.“
„Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios, que era una cimitarra de hierro.“
„Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabezar de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto despertando hacia atrás.“
„Deoch, mi corazón es más duro que el cristal. Cuando ella lo golpee, comprobará que es fuerte como el latón al hierro, o como una mezcla de oro y adamante. No creas que no soy consciente, que soy como un ciervo asustado que se queda paralizado al oír las cornetas de los cazadores. Es ella quien debería andarse con cuidado, porque cuando lo golpee, mi corazón producirá un sonido tan hermoso y tan claro que la hará venir hacia mí volando.“
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