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Relacionado con: hijas
„Busca las cosas trascendentales, y sólo las hallarás en la H. Los hijos, con hache; el honor, la honra, con hache; Dios (Hacedor Supremo), con hache; hombre, con hache; la materialización de Cristo (La Hostia), con hache; la hidalguía, con hache; el habilitado, que es el que paga, con hache…“
„No heredamos la Tierra de nuestros antepasados. La legamos a nuestros hijos.“
„Tus hijos no van a clase porque escuchan rap, no hay por qué preocuparse, tus hijos escuchan rap porque tienen clase“
„Somos hijos de un dios menor, remendamos cada error, dibujando en nuestras mentes un mundo mejor“
„En este momento siento que callar es un pecado capital, en la capital del pecado me quieren decapitar, y aunque quisiera criar a mis hijos en un cuento de hadas, sé que el mundo se acaba y no les quedará nada“
„Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres.“
„Y es que simplemente no puedo seguir viviendo de esta manera, así que desde hoy digo que saldré de esta jaula, me pondré en pie, me enfrentaré a mis demonios. Seré fuerte me mantendré con los pies en la tierra Ya he tenido suficiente y ahora estoy tan harto Ya es hora de volver a construir mi vida Fue decisión mía limpiarme, lo hice por mi Es cierto que posiblemente lo he hecho subliminalmente por ustedes Para poder volver completamente renovado me haz ayudado a verme de nuevo Los que me odian a partir de ahora pueden hacer como las abejas sin aguijón y caer muertas Ya no mas peleas, no más drama a partir de ahora Prometo concentrarme en mis responsabilidades como padre Así que juro solemnemente cuidar el techo que protege a mis hijas y criarlas Para que no puedas originar mierdas sobre ellas Porque me siento tan fuerte como para volver a un club O al bar de la esquina y destrozar todas las botellas de licor Porque estoy aumentando mi nivel y quiero apuntar a la luna Pero estoy demasiado ocupado mirando las estrellas, me siento increíble“
„Debemos reservarnos una trastienda del todo nuestra, del todo libre, donde fijar nuestra verdadera libertad y nuestro principal retiro y soledad. En ella debemos mantener nuestra habitual conversación con nosotros mismos, y tan privada que no tenga cabida ninguna relación o comunicación con cosa ajena; discurrir y reír como si no tuviésemos mujer, hijos ni bienes, ni séquito ni criados, para que, cuando llegue la hora de perderlos, no nos resulte nuevo arreglárnoslas sin ellos. Poseemos un alma que puede replegarse en sí misma; puede hacerse compañía, tiene con qué atacar y con qué defender, con qué recibir y con qué dar. No temamos, en esta soledad, pudrirnos en el tedio del ocio: In solis sis tibi turba locis. [En estas soledades, sé una multitud para ti mismo]. La virtud se contenta consigo misma: sin enseñanzas, sin palabras, sin obras.“
„Sí, y tengo tres hijos, contesté, acortando camino. Él tiene cinco. Qué suerte. ¿Y cómo está Isabel? ¿Siempre guapa? Murió, dije, poniendo la cara más inescrutable de mi repertorio. La palabra sonó como un disparo y él menos mal quedó desconcertado. Se apuró a terminar el tercer café y en seguida miró el reloj. Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj“
„Sábado 23 de febreroDios mío, qué aburrimiento. Sólo entonces formuló la pregunta más lógica: «Che, ¿total te casaste con Isabel?».»Sí, y tengo tres hijos», contesté, acortando camino. Él tiene cinco. Qué suerte. «¿Y cómo está Isabel? ¿Siempre guapa?» «Murió», dije, poniendo la cara más inescrutable de mi repertorio. La palabra sonó como un disparo y él -menos mal- quedó desconcertado. Se apuró a terminar el tercer café y en seguida miró el reloj. Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj.“
„Acuérdate que debes comportarte en la vida como en un banquete. Si se pone algún plato delante de ti, puedes meter la mano y tomar honestamente tu parte; si sólo pasa por delante de ti, guárdate bien de detenerlo o de meter la mano en él temerariamente: antes, espera apacible a que vuelva a ti. Lo mismo debes hacer para con tu mujer, tus hijos, las dignidades, las riquezas y todas las otras cosas de este género. Porque por este medio te harás merecedor de comer a la mesa de los dioses. Empero, si eres tan generoso que rehúses también lo que te presentan, no solamente serás digno de comer a la mesa de los dioses, sino que merecerás tener parte en su poder.“
„Algún recuerdo limitado y menguante de Herbert Ashe, ingeniero de los ferrocarriles del Sur, persiste en el hotel de Adrogué, entre las efusivas madreselvas y en el fondo ilusorio de los espejos. En vida padeció de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasma que ya era entonces. Era alto y desganado y su cansada barba rectangular había sido roja. Entiendo que era viudo, sin hijos. Cada tantos años iba a Inglaterra: a visitar (juzgo por unas fotografías que nos mostró) un reloj de sol y unos robles. Mi padre había estrechado con él (el verbo es excesivo) una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo. Solían ejercer un intercambio de libros y de periódicos; solían batirse al ajedrez, taciturnamente… Lo recuerdo en el corredor del hotel, con un libro de matemáticas en la mano, mirando a veces los colores irrecuperables del cielo.“
„Yo no he matado a nadie. No he ordenado que maten a nadie. Esas criaturas que van por ustedes con sus cuchillos son sus hijos. Yo no les enseñé nada; lo hicieron ustedes.“
„Así somos, y nada podrá redimirnos, dijo. Un continente concebido por las heces del mundo entero sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, de enemigos con enemigos.“
„Se dio cuenta de que el coronel Aureliano Buendía no le había perdido el cariño a la familia a causa del endurecimiento de la guerra, como ella creía antes, sino que nunca había querido a nadie, ni siquiera a su esposa Remedios o a las incontables mujeres de una noche que pasaron por su vida, y mucho menos a sus hijos. Vislumbró que no había hecho tantas guerras por idealismo, como todo el mundo creía, ni había renunciado por cansancio a la victoria inminente, como todo el mundo creta, sino que había ganado y perdido por el mismo motivo, por pura y pecaminosa soberbia. Llegó a la conclusión de que aquel hijo por quien ella habría dado la vida, era simplemente un hombre incapacitado para el amor. Una noche, cuando lo tenía en el vientre, lo oyó llorar. Fue un lamento tan definido, que José Arcadio Buendía despertó a su lado y se alegró con la idea de que el niño iba a ser ventrílocuo. Otras personas pronosticaron que sería adivino. Ella, en cambio, se estremeció con la certidumbre de que aquel bramido profundo era un primer indicio de la temible cola de cerdo, y rogó a Dios que le dejara morir la criatura en el vientre. Pero la lucidez de la decrepitud le permitió ver, y así lo repitió muchas veces, que el llanto de los niños en el vientre de la madre no es un anuncio de ventriloquia ni de facultad adivinatoria, sino una señal inequívoca de incapacidad para el amor.“
„¡Los amigos son unos hijos de puta!“
„El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdiótodos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados unotras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó acatorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. Sobrevivió a unacarga de estricnina en el café que habría bastado para matar un caballo. Rechazó la Orden delMérito que le otorgó el presidente de la república. Llegó a ser comandante general de las fuerzasrevolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido porel gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía. Declinó la pensión vitalicia que leofrecieron después de la guerra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba ensu taller de Macondo. Aunque peleó siempre al frente de sus hombres, la única herida que recibióse la produjo él mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que puso término a casiveinte años de guerras civiles. Se disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió porla espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con sunombre en Macondo.“
„Lo comprobó con la compasión de los hijos a quienes la vida ha ido convirtiendo poco a poco en padres de sus padres, y por primera vez se dolió de no haber estado con el suyo en la soledad de sus errores.“
„Los liberales, le decía, eran masones; gente de mala índole, partidaria de ahorcar a los curas, de implantar al matrimonio civil y el divorcio, de reconocer iguales derechos a los hijos naturales que a los legítimos, y de despedazar al país en un sistema federal que despojara de poderes a la autoridad suprema. Los conservadores, en cambio, que habían recibido el poder directamente de Dios, propugnaban por la estabilidad del orden público y la moral familiar; eran los defensores de la fe de Cristo, del principio de autoridad, y no estaban dispuestos a permitir que el país fuera descuartizado en entidades autónomas.“
„En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco el Hombre. El cantinero, que tenía un brazo seco y como achicharrado por haberlo levantado contra su madre, invitó a Aureliano a tomarse una botella de aguardiente, y Aurelianolo invitó a otra. El cantinero le habló de la desgracia de su brazo. Aureliano le habló de la desgracia de su corazón, seco y como achicharrado por haberlo levantado contra su hermana. Terminaron llorando juntos y Aureliano sintió por un momento que el dolor había terminado. Pero cuando volvió a quedar solo en la última madrugada de Macondo, se abrió de brazos en la mitad de la plaza, dispuesto a despertar al mundo entero, y gritó con toda su alma: -¡Los amigos son unos hijos de puta! Cap. 20, Cien Años de Soledad“
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