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Relacionado con: honor
„Las damas de honor alegran la vista de los que aguardan la llegada de la novia; pero cuando ésta aparece, pierden todo esplendor para los ojos deslumbrados.“
„A poco que vivas, la vida les quita la letra mayúscula a palabras que antes escribías con ella: Honor, Patria, Bandera… La“
„Es muy fácil ser héroe rodeado de gente que te aclama, lo difícil es serlo en soledad, cuando el único testigo es el coraje, el honor, el valor“
„El SIDA es algo que nos afecta a todos, es algo que da temor, pero aún así es un gran honor el estar aquí. Alguien me dijo que quizás tuviera la oportunidad de tocar con Queen, y les dije: ¡No me preguntes dos veces hijo de puta, allí estaré!“
„Entre casados de honor,cuando hay pleito descubiertomás vale el peor conciertoque no el divorcio mejor.“
„La cruz de la Legión del Honor me ha sido conferida. Sin embargo, evado esa distinción.“
„Isla de Pascuas… allí tener un novio blanco es un honor para ellas. Allí, trabajar, qué esperanza, las mujeres lo hacen todo, uno come, duerme y las tiene contentas… Qué importa quedarse un año allí, qué importan estudios, sueldos, familia, etc.“
„Para el escritor hay una cuestión de honor intelectual en no escribir nada susceptible de prueba, sin poseer antes ésta.“
„La gracia de María es gracia funcional: toda gracia es funcional, en provecho de todos los demás, justos y pecadores. No se trata de honores sino de funciones.“
„»En verdad, querida, me molestáis sin tasa y compasión; diríase, al oíros suspirar, que padecéis más que las espigadoras sexagenarias y las viejas pordioseras que van recogiendo mendrugos de pan a las puertas de las tabernas.»Si vuestros suspiros expresaran siquiera remordimiento, algún honor os harían; pero no traducen sino la saciedad del bienestar y el agobio del descanso. Y, además, no cesáis de verteros en palabras inútiles: ¡Quiéreme! ¡Lo necesito «tanto»! ¡Consuélame por aquí, acaríciame por «allá»! Mirad: voy a intentar curaros; quizá por dos sueldos encontremos el modo, en mitad de una fiesta y sin alejarnos mucho.»Contemplemos bien, os lo ruego, esta sólida jaula de hierro tras de la cual se agita, aullando como un condenado, sacudiendo los barrotes como un orangután exasperado por el destierro, imitando a la perfección ya los brincos circulares del tigre, ya los estúpidos balanceos del oso blanco, ese monstruo hirsuto cuya forma imita asaz vagamente la vuestra.»Ese monstruo es un animal de aquéllos a quienes se suelen llamar “¡ángel mío!”, es decir, una mujer. El monstruo aquél, el que grita a voz en cuello, con un garrote en la mano, es su marido. Ha encadenado a su mujer legítima como a un animal, y la va enseñando por las barriadas, los días de feria, con licencia de los magistrados; no faltaba más.¡Fijaos bien! Veis con qué veracidad —¡acaso no simulada!— destroza conejos vivos y volátiles chillones, que su cornac le arroja. “Vaya —dice éste—, no hay que comérselo todo en un día”; y tras las prudentes palabras le arranca cruelmente la presa, dejando un instante prendida la madeja de los desperdicios a los dientes de la bestia feroz, quiero decir de la mujer.“
„Madre de los juegos latinos y los deleites griegos,Lesbos, donde los besos, lánguidos o gozosos,cálidos como soles, frescos como las sandías,son el adorno de noches y días gloriosos;madre de los juegos latinos y los deleites griegos.Lesbos, donde los besos son como cascadasque se arrojan sin miedo en las simas sin fondo,y fluyen, entrecortados de sollozos y risas,tormentosos y secretos, hormigueantes y profundos;¡Lesbos, donde los besos son como las cascadas!Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,donde nunca un suspiro dejó de hallar un eco,las estrellas te admiran tanto como a Pafos,¡y Venus con razón puede envidiar a Safo!Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,que hacen que en sus espejos, ¡infecundo deleite!las niñas de ojos hundidos, enamoradas de sus cuerpos,acaricien los frutos ya maduros de su nubilidad;Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,deja al viejo Platón fruncir su ceño austero;obtienes tu perdón del exceso de besos,reina del dulce imperio, tierra noble y amable,y de refinamientos siempre sin agotar,deja al viejo Platón fruncir su ceño austero.Obtienes tu perdón del eterno martirio,infligido sin tregua a los corazones ambiciosos,que atrae lejos de nosotros la radiante sonrisa,¡vagamente entrevista al borde de otros cielos!¡Obtienes tu perdón del eterno martirio!¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?,y a condenar tu frente pálida por penosas labores,si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio,de lágrimas que en el mar vertieron tus arroyos?¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?Vírgenes de corazón sublime, honra del Archipiélago,vuestra religión es augusta como cualquiera,¡y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?Pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos,para cantar el secreto de sus floridas vírgenes,y desde la infancia que inicié en el negro misterio,de las risas sin freno mezcladas con los llantos sombríos;pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todosy desde entonces velo en la cumbre del Léucato,igual que un centinela de mirada segura y penetrante,que vigila noche y día,, tartana o fragata,cuyas formas a lo lejos se agitan en el azul;y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,para saber si el mar es indulgente y bueno,y si entre los sollozos que en la roca resuenan,un día llevará a Lesbos, que perdona,el cadáver adorado de Safo, que partió,¡para saber si el mar es indulgente y bueno!De Safo la viril, la amante y la poetisa,¡por su palidez triste más hermosa que Venus!—Al ojo azul venció el negro que mancillael tenebroso círculo trazado por las penas¡de Safo la viril, la amante y la poetisa!Presentándose al mundo más hermosa que Venusy vertiendo el tesoro de su serenidady el brillo de su rubia juventud,sobre el viejo Océano prendado de su hija;¡presentándose al mundo más hermosa que Venus!—De Safo, que murió el día de su blasfemia,cuando, insultando el rito y el culto establecido,convirtió su hermoso cuerpo en pasto supremode un bruto cuyo el orgullo castigó la impiedadde aquella que murió el día de su blasfemia,y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones,y, pese a los honores que le tributa el mundo,cada noche le embriaga la voz de la tormenta,¡que elevan hacia el cielo sus orillas desiertas!¡y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones!“
„el punto débil del sistema de los saqueadores: combaten a los hombres de honor y de ambición“
„Si la esclavitud física es repulsiva, ¿cuánto más repulsivo es el concepto de la esclavitud espiritual?. El esclavo conquistado conserva un vestigio de honor. Tiene el mérito de haber resistido y de considerar su condición como un mal. Pero el hombre que se esclaviza a sí mismo voluntariamente en nombre del amor es la criatura más despreciable. Ese hombre degrada la dignidad del hombre y degrada el concepto de amor. Pero esta es la esencia del altruismo.“
„Ahí esta el punto flaco de su sistema. Combaten a los hombres de honor y de ambición, pero en cuanto se encuentran ante un inútil lo creen su amigo, lo consideran elemento seguro.“
„La propia guerra, sin embargo, no necesita ningún motivo especial, sino que parece que está inserta en la naturaleza humana e, incluso, parece estar considerada como algo noble, a lo que el hombre tiende por un impulso de honor desprovisto de egoísmo, de modo que tanto los salvajes americanos como los europeos en la época de la caballería estiman que el coraje guerrero tiene un gran valor natural, no sólo cuando hay guerra -lo cual es razonable- sino que estiman también valioso que haya guerra, y con frecuencia se han comenzado guerras para mostrar simplemente aquel coraje, con lo que le dan a la guerra una dignidad intrínseca, hasta el punto de que algunos filósofos alaban la guerra como un cierto ennoblecimiento de la humanidad, olvidándose del dicho de aquel griego: «lo malo de la guerra es que hace más gente mala que la que se lleva».“
„El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obre bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal.“
„¿Cómo se va a West Egg? —me preguntó, despistado. Se lo dije. Y, cuando proseguí mi camino, ya no me sentía solo. Yo era un guía, un explorador, uno de los primeros colonos. Aquel hombre me había conferido el honor de ser ciudadano del lugar. Y así, con la luz del sol y la explosión espléndida de las hojas que crecían en los árboles como crecen las cosas en las películas a cámara rápida, tuve la certeza bien conocida de que la vida vuelve a empezar con el verano.“
„Tengo treinta años -dije-. He rebasado en cinco años la edad de mentirme a mí mismo y llamarle a eso honor.“
„Respeto, honor, palabra son la base y el cimiento, dos vidas en conjunto y en constante crecimiento“
„Las bellas mujeres aprestan coronas de flores, y bajo los pórticos vense sus rostros de rosa; y la más hermosa sonríe al más fiero de los vencedores. ¡Honor al que trae cautiva la extraña bandera; honor al herido y honor a los fieles soldados que muerte encontraron por mano extranjera!“
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