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Relacionado con: ido
„Pero aquí todos se me emborrachan igual. Si en lugar de matarnos unos a otros hubiéramos ido a beber, otro gallo nos habría cantado.“
„No debo proceder por tierra hacia el Este, como es habitual, sino por una ruta hacia el oeste, en la dirección en la que hasta ahora no tenemos ninguna evidencia segura de que alguien haya ido.“
„Cuando comprendo que se ha ido, que quizás se haya ido para siempre, un gran vacío se abre y siento que voy cayendo, cayendo, en un espacio profundo y negro.“
„Los temas de las novelas que he escrito me han ido surgiendo de experiencias totalmente inesperadas.“
„¿Sería así toda la Historia? ¿La que se aprendía en el colegio? ¿La escrita por los historiadores? Una fabricación más o menos idílica, racional y coherente de lo que en la realidad cruda y dura había sido una caótica y arbitraria mezcla de planes, azares, intrigas, hechos fortuitos, coincidencias, intereses múltiples, que habían ido provocando cambios, trastornos, avances y retrocesos, siempre inesperados y sorprendentes respecto a lo que fue anticipado o vivido por los protagonistas.“
„Amigos escritores: Colombia para la literatura es un país fantástico, no hay otro igual. En medio de su dolor y su tragedia Colombia es alucinante, deslumbrante, única. Por ella existo, por ella soy escritor. Porque Colombia con sus ambiciones, con sus ilusiones, con sus sueños, con sus locuras, con sus desmesuras me encendió el alma y me empujó a escribir. Ella prendió en mí la chispa, y cuando me fui, la chispa se vino conmigo encendida y me ha acompañado a todas partes, adonde he ido. Por eso yo no necesito inventar pueblos ficticios, y así pongo siempre en todo lo que escribo, siempre, siempre, siempre: «Bogotá», «Colombia», «Medellín». ¡Cómo no la voy a querer si por ella yo soy yo y no un coco vacío! ¡Qué aburrición nacer en Suiza! ¡Qué bueno que nací aquí!“
„La trama de mi vida es la de un libro absurdo en el que lo que debería ir primero va luego. Es que este libro mío yo no lo escribí, ya estaba escrito: simplemente lo he ido cumpliendo página por página sin decidir. Sueño con escribir la última por lo menos, de un tiro, por mano propia, pero los sueños sueños son y a lo mejor ni eso“
„No te vayas por un minuto, bienamada,porque en ese minuto te habrás ido tan lejosque yo cruzaré toda la tierra preguntandosi volverás o si me dejarás muriendo.“
„Por eso nos aferramos al momento, intentando congelarlo y poseerlo, exprimirlo y sostenerlo, porque consideramos esos momentos dorados. Y quizás lo comprendas cuando nos hayamos ido.“
„Estaba completamente encerrada en sí misma y en su sufrimiento. ¿Podía sacarla de su cerrazón al menos la visión del sufrimiento de otors? No. Porque el sufrimiento de los otros ocurría en un mundo que se le había ido de las manos, que ya no era suyo.“
„Me gustaría tirarlo todo y volver a vivir la vida de otro modo y sólo por usted y para usted. Pero no puedo, porque en este momento en realidad ya no estoy aquí. Debía haberme ido ayer y aquí ya no soy más que mi propio retraso.“
„Por eso, no estoy asombrado de que, a medida que Avellaneda se fue enterando de cómo había sido Isabel, yo también me haya ido enterando de cómo había sido yo.“
„A uno siempre le gusta quedar bien, y después de quedar bien le gusta quedar mejor frente a quien quiere, frente a quien uno, a su vez, pretende hacer méritos para ser querido. No la inventé, primero, porque creo que Avellaneda es digna de la verdad, y luego, porque yo también soy digno, porque estoy fatigado (y en este caso la fatiga es casi un asco) del disimulo, de ese disimulo que uno se pone como una careta sobre el viejo rostro sensible. Por eso, no estoy asombrado de que, a medida que Avellaneda se fue enterando de cómo había sido Isabel, yo también me haya ido enterando de cómo había sido yo.“
„Para vos puede ser fácil, por que estás en cero. Como dijiste hace rato, sos tu único equipaje. Pero yo he ido fabricándome tentaciones, y cayendo en ellas. Viste, te sentaste un cuarto de hora en ese mounstro, y cuando te pedí que vinieras a la alfombra, te costó abandonarlo. Todo es así. El confort es muelle, cada vez mas muelle, ablanda, aquieta, inmoviliza. Y si a pesar de todo te movés, es para ganar más plata, a fin de conseguir más confort.“
„Cuando hablamos del capitalismo –ya lo sabéis todos– no hablamos de la propiedad. La propiedad privada es lo contrario del capitalismo; la propiedad es la proyección directa del hombre sobre sus cosas: es un atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esta propiedad del hombre por la propiedad del capital, del instrumento técnico de dominación económica. El capitalismo, mediante la competencia terrible y desigual del capital grande contra la propiedad pequeña, ha ido anulando el artesanado, la pequeña industria, la pequeña agricultura: ha ido colocando todo –y va colocándolo cada vez más– en poder de los grandes trusts, de los grandes grupos bancarios.“
„Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece.“
„Nos veíamos desde hacía varios años. A veces, cuando ya estábamos juntos, alguien dejaba caer afuera una cucharita y despertábamos. Poco a poco habíamos ido comprendiendo que nuestra amistad estaba subordinada a las cosas, a los acontecimientos más simples. Nuestros encuentros terminaban siempre así, con el caer de una cucharita en la madrugada. Ahora, junto al velador, me estaba mirando.“
„Ella había ido descubriendo poco a poco la incertidumbre de los pasos de su marido, sus trastornos de humor, las fisuras de su memoria, su costumbre reciente de sollozar dormido pero no los identificó como los signos inequívocos del óxido final, sino como una vuelta feliz a la infancia. Por eso no lo trataba como a un anciano difícil sino como a un niño senil, y aquel engaño fue providencial para ambos porque los puso a salvo de la compasión. Otra“
„Lo comprobó con la compasión de los hijos a quienes la vida ha ido convirtiendo poco a poco en padres de sus padres, y por primera vez se dolió de no haber estado con el suyo en la soledad de sus errores.“
„Lo tocó murmurando la letra, con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violin en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que iba la mañana siguinte, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás.“
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