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„Ahí estaba Neruda y unos metros más atrás estaba yo y en medio la noche, la luna, la estatua ecuestre, las plantas y las maderas de Chile, la oscura dignidad de la patria. Una historia como ésta seguro que no la tiene el joven envejecido. Él no conoció a Neruda. Él no conoció a ningún gran escritor de nuestra república en condiciones tan esenciales como la que acabo de recordar. Qué importa lo que pasara antes y lo que pasara después. Allí estaba Neruda recitando versos a la luna, a los elementos de la tierra y a los astros cuya naturaleza desconocemos mas intuimos. Allí estaba yo, temblando de frío en el interior de mi sotana que en aquel momento me pareció de una talla muy por encima de mi talla, una catedral en la que yo habitaba desnudo y con los ojos abiertos. Allí estaba Neruda musitando palabras cuyo sentido se me escapaba pero con cuya esencialidad comulgué desde el primer segundo. Y allí estaba yo, con lágrimas en los ojos, un pobre clérigo perdido en las vastedades de la patria, disfrutando golosamente de las palabras de nuestro más excelso poeta.“
„EL FANTASMA DE EDNA LIEBERMANTe visitan en la hora más oscuratodos tus amores perdidos.El camino de tierra que conducía al manicomiose despliega otra vez como los ojosde Edna Lieberman,como sólo podían sus ojoselevarse por encima de las ciudadesy brillar.Y brillan nuevamente para tilos ojos de Ednadetrás del aro de fuegoque antes era el camino de tierra,la senda que recorriste de noche,ida y vuelta,una y otra vez,buscándola o acasobuscando tu sombra.Y despiertas silenciosamentey los ojos de Ednaestán allí.Entre la luna y el aro de fuego,leyendo a sus poetas mexicanosfavoritos.¿ y a Gilberto Owen,lo has leído?,dicen tus labios sin sonido,dice tu respiracióny tu sangre que circulacomo la luz de un faro.Pero son sus ojos el faroque atraviesa tu silencio.Sus ojos que son como el librode geografía ideal:los mapas de la pesadilla pura.Y tu sangre iluminalos estantes con libros, las sillascon libros, el suelolleno de libros apilados.Pero los ojos de Ednasólo te buscan a ti.Sus ojos son el libromás buscado.Demasiado tardelo has entendido, perono importa.En el sueño vuelvesa estrechar sus manos,y ya no pides nada.“
„Yo no sé si el mundo es triste o malo, ni siquiera me importa, porque el sufrimiento de los demás me resulta aburrido e indiferente. Siempre que no lloren o se lamenten, cosa que me irrita y molesta, su sufrimiento no me despierta ni un encogerme de hombros, tan profundamente me pesa mi desprecio por ellos.“
„En esta vida hay lágrimas, y lo que importa, después de todo, es ante lo que lloramos.“
„En uno de sus poemas –Contribución a la estadística- Wislawa Szymborska enumera cuántas de cada cien personas son las dispuestas a admirar sin envidia –dieciocho-, las capaces de ser felices –como mucho, ventitantas-, las que de la vida no quieren más que cosas –cuarenta, aunque quisiera equivocarse-, las inofensivas de una en una pero salvajes en grupo –más de la mitad seguro-, las dignas de compasión –noventa y nueve- y acaba: “Las mortales: cien de cien. Cifra que por ahora no sufre ningún cambio”. Y sigue sin cambiar porque ayer la propia autora del poema acaba de confirmar la estadística con su fallecimiento.En otros muchos aspectos, por el contrario, fue la excepción que desafía lo probable y rutinario. Su poesía es reflexiva sin engolamiento ni altisonancia, de forma ligera y fondo grave, directa al sentimiento pero sin chantaje emocional. Breve y precisa, escapa a ese adjetivo alarmante que tanto satisface a los partidarios de que importe el tamaño: torrencial. Sobre todo nos hace a menudo sonreír, sin incurrir en caricaturas ni ceder a la simpleza satírica. Lo más trágico de la poesía contemporánea no es lo atroz de la vida que deplora o celebra, sino la falta de sentido del humor de los poetas. Se les nota especialmente a los que quieren ser festivos y son sólo grotescos o lúgubres (aunque los entierros también son fiestas, claro y más precisamente fiestas de guardar).De esta frecuente maldición escapa, risueña y agónica, Szymborska: ¿cómo podría uno renunciar a ella? Hija –y luego, con los años, algo así como hada madrina poética- de un país europeo que apuró el siglo XX hasta las heces y padeció dos totalitarismos sucesivos, en su caso la duradera atrocidad jugó a favor de su carácter: le dio modestia, le dio recato, le dio perspicacia y le permitió distinguir entre lo que cuenta y lo que nos cuentan. Carece de retórica enfática pero eso no disminuye su expresividad, sino que la hace más intensa por inesperada. Cuando comenzamos a leer uno de sus diáfanos poemas nos ponemos a favor del viento, para recibir la emoción de cara, pero nos llega por la tangente y no para derribarnos sino para mantenernos en pié. Confirma nuestros temores sin pretender desalentarnos: sabe por experiencia que todo puede ser política pero también nos hace experimentar que la política no lo es todo. Se mantiene fiel, aunque con ironía y hasta con sarcasmo, a la pretendida salvación por la palabra y sin embargo nunca pretende decir la última palabra: porque en ese definitivo miramiento estriba lo que nos salva.Nadie ha sabido conmemorar con menos romanticismo y con mayor eficacia el primer amor, cuya lección inolvidable se debe a no ser ya recordado…y por tanto acostumbrarnos a la muerte. Se dedicó a las palabras con delicadeza lúdica, jugando con ellas y contra ellas pero sin complacerse en hacerlas rechinar. Como todo buen poeta, fue especialmente consciente de su extrañeza y hasta detalló las tres más raras de todas, las que se niegan a sí mismas al afirmar: “Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. / Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. / Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia”.“
„En realidad, dos cosas han guiado mi vida de escritor y político, dos fuerzas, dos impulsos: uno es servirle a mi pueblo, el segundo impulso es hacer bien lo que estoy haciendo(…) No me importa nada más.“
„La edad, sobre todo cuando la vida ha sido pura, importa poco en el matrimonio.“
„Vivo en un vertedero, me acuesto con la luna, ¿qué importa ser poeta o ser basura?“
„Y no me importa que los reyes ya no vengan para mí, con que vengan los camellos, soy, bastardos, más feliz.“
„¿Dónde está la salvación que, mortal, buscas? ¿De qué pediré perdón? No me importa, si en mi vida ni hay remedio ni entra Dios, me importa ser siempre yo, mis dioses colores son.“
„Agarrados del aire viviremos, no me importa dónde vamos. Apriétame bien la mano que un lucero se me escapa entre los dedos.“
„Qué importa que me engañes y luego me sonrías, si solo eras la yegua que yo más quería“
„Y qué importa ser poeta o ser basura.“
„¡No me importa dejarme la vida en el camino, porque otros la recogerán y la llevarán como bandera para la victoria! ¡Pressing Catch es lo mejor!“
„¿Qué es peor, la ignorancia o la indiferencia? Ni lo sé, ni me importa.“
„Tu sabes que estoy loca, pero no te importa, te dejas llevar.“
„No me importa lo que digas de mí, ni lo que pienses, porque de todas maneras seguirás pensando lo que tu crees.“
„Si estás trabajando en algo emocionante que realmente te importa, nadie tiene que empujarte. La visión te jala. —STEVE JOBS“
„¿El punto? A él le importa poco la elegancia y mucho la accesibilidad. Orar en el Vaticano puede ser significativo. Sin embargo, las oraciones que se elevan en casa tienen más peso que las oraciones ofrecidas en Roma. Si quieres, viaja al Muro de las Lamentaciones, pero la oración en la cerca de tu patio es igual de eficaz. El que escucha tus oraciones es tu Papito. No necesitas adularlo con el lugar.“
„Grover fue el único ser auténticamente alegre que conocí en mi vida y, en consecuencia, esto es un pequeño monumento que estoy erigiendo en su memoria, en memoria de esa certidumbre alegre. Es una lástima que tuviera que usar a Cristo de muleta, pero es que, ¿qué importa como se llegue a la verdad, con tal de que la captemos y vivamos gracias a ella?.“
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