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ironía
Relacionado con: ironía
„La ironía es la ternura de la inteligencia.“
„La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe.“
„Es delicioso dar con alguien que acepte las pequeñas ironías como expresiones de la mayor seriedad.“
„Yo no tengo la más mínima ironía posmoderna. Soy un romántico y un tipo al que le interesa lo clásico, aunque admito que de manera bizarra.“
„Nadie captó la ironía en ‘Working Class Hero’; esa canción no tenía nada que ver con el socialismo, sino que el mensaje era algo así como: ‘si quieres pasar por todo eso, llegarás a donde estoy y esto es lo que serás’. No tiene nada que ver con picar piedra o no tener que picar piedra.“
„La ironía es la forma más alta de sinceridad.“
„Busca la profundidad de las cosas; hasta ahí nunca logra descender la ironía.“
„La ironía juega con los opuestos; no tiene nada que ver con el azar. Si dos jugadores de la misma ciudad, en dos equipos diferentes, reciben el mismo numero de uniforme, no es una ironía, es una coincidencia, Si Barry Bonds logra números idénticos a los de su padre, eso no sería una ironía, sería una coincidencia. Ironía es ‘una situación que es el reverso de lo que se esperaba; un resultado opuesto y una mofa del resultado apropiado.”’ Por ejemplo: un diabético, camino a comprar su insulina, es atropellado por un camión. Es victima de un accidente. Si el camión llevaba azúcar, él es victima de una coincidencia extrañamente poética. Pero si el camión llevaba insulina, ¡ah! Ahí si es victima de una ironía. Si un kurdo, después de sobrevivir a una sangrienta batalla contra el ejercito de Saddam Hussein y de un largo y dificultoso escape a través de las montañas, es asesinado por un paracaídas con un paquete de ayuda humanitaria, eso mi amigo, es ironía escrita bien largo. Darryl Stingley, el jugador de fútbol americano, quedó paralítico después de un brutal choque contra Jack Tatum. Ahora el hijo de Darryl Stingley juega fútbol, y si el chico queda paralítico mientras juega, eso no sería una ironía. Sería una coincidencia. Si el hijo de Darryl Stingley paralizara a alguien, eso estaría cercano a la ironía. Si paralizara al hijo de Jack Tatum, eso sería precisamente una ironía.“
„Llámenlo destino o ironía, pero yo nací, entre todos los países de la Tierra, en el menos conveniente para una fanática del individualismo: Rusia. Decidí ser escritora a la edad de nueve años, y todo lo que he hecho se ha circunscrito en tal propósito.“
„La desconfianza, el disimulo, la reserva cortés que cierra el paso al extraño, la ironía, todas, en fin, las oscilaciones psíquicas con que al eludir la mirada ajena nos eludimos a nosotros mismos, son rasgos de gente dominada, que teme y que finge frente al señor. Es revelador que nuestra intimidad jamás aflore de manera natural sin el acicate de la fiesta, el alcohol o la muerte. […] Para salir de sí mismo el siervo necesita saltar barreras, embriagarse, olvidar su condición. Vivir a solas, sin testigos. Solamente en la soledad se atreve a ser.“
„Para el habitante de Nueva York, París o Londres, la muerte es palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto, en su actitud hay quizá tanto miedo como en la de los otros; más al menos no se esconde ni la esconde; la contempla cara a cara con paciencia, desdén o ironía.“
„No es irónico. La ironía es el resultado inesperado de una situación esperada. Esto es solo una de tus manías.“
„No hay mayor tragedia que tener la misma intensidad, en una misma alma o en un hombre, del sentimiento intelectual y del sentimiento moral. Para que un hombre pueda ser distintiva y absolutamente moral, tiene que ser un poco estúpido. Para que un hombre pueda ser absolutamente intelectual, tiene que ser un poco inmoral. No sé qué juego o ironía de las cosas condena al hombre a la imposibilidad de que se dé esta dualidad tan grande.“
„En uno de sus poemas –Contribución a la estadística- Wislawa Szymborska enumera cuántas de cada cien personas son las dispuestas a admirar sin envidia –dieciocho-, las capaces de ser felices –como mucho, ventitantas-, las que de la vida no quieren más que cosas –cuarenta, aunque quisiera equivocarse-, las inofensivas de una en una pero salvajes en grupo –más de la mitad seguro-, las dignas de compasión –noventa y nueve- y acaba: “Las mortales: cien de cien. Cifra que por ahora no sufre ningún cambio”. Y sigue sin cambiar porque ayer la propia autora del poema acaba de confirmar la estadística con su fallecimiento.En otros muchos aspectos, por el contrario, fue la excepción que desafía lo probable y rutinario. Su poesía es reflexiva sin engolamiento ni altisonancia, de forma ligera y fondo grave, directa al sentimiento pero sin chantaje emocional. Breve y precisa, escapa a ese adjetivo alarmante que tanto satisface a los partidarios de que importe el tamaño: torrencial. Sobre todo nos hace a menudo sonreír, sin incurrir en caricaturas ni ceder a la simpleza satírica. Lo más trágico de la poesía contemporánea no es lo atroz de la vida que deplora o celebra, sino la falta de sentido del humor de los poetas. Se les nota especialmente a los que quieren ser festivos y son sólo grotescos o lúgubres (aunque los entierros también son fiestas, claro y más precisamente fiestas de guardar).De esta frecuente maldición escapa, risueña y agónica, Szymborska: ¿cómo podría uno renunciar a ella? Hija –y luego, con los años, algo así como hada madrina poética- de un país europeo que apuró el siglo XX hasta las heces y padeció dos totalitarismos sucesivos, en su caso la duradera atrocidad jugó a favor de su carácter: le dio modestia, le dio recato, le dio perspicacia y le permitió distinguir entre lo que cuenta y lo que nos cuentan. Carece de retórica enfática pero eso no disminuye su expresividad, sino que la hace más intensa por inesperada. Cuando comenzamos a leer uno de sus diáfanos poemas nos ponemos a favor del viento, para recibir la emoción de cara, pero nos llega por la tangente y no para derribarnos sino para mantenernos en pié. Confirma nuestros temores sin pretender desalentarnos: sabe por experiencia que todo puede ser política pero también nos hace experimentar que la política no lo es todo. Se mantiene fiel, aunque con ironía y hasta con sarcasmo, a la pretendida salvación por la palabra y sin embargo nunca pretende decir la última palabra: porque en ese definitivo miramiento estriba lo que nos salva.Nadie ha sabido conmemorar con menos romanticismo y con mayor eficacia el primer amor, cuya lección inolvidable se debe a no ser ya recordado…y por tanto acostumbrarnos a la muerte. Se dedicó a las palabras con delicadeza lúdica, jugando con ellas y contra ellas pero sin complacerse en hacerlas rechinar. Como todo buen poeta, fue especialmente consciente de su extrañeza y hasta detalló las tres más raras de todas, las que se niegan a sí mismas al afirmar: “Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. / Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. / Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia”.“
„Gleb Uspenski era el único escéptico y respondía con una sonrisa de ironía a la ilusión general. Con su excelente conocimiento de los campesinos y con su inmenso talento artístico, que calaba hasta el fondo mismo de los fenómenos, no podía menos de ver que el individualismo había llegado a ser la base de las relaciones económicas no sólo entre el usurero y el deudor, sino entre los campesinos en general.“
„La ironía es una forma de menosprecio.“
„42. Aplausos El aplauso es por lo general una recompensa de lo ignoto. Puede sonar aislado o como un coro imponente de palmas. Sobreviene como el ámbar y a veces tiene color de profecía. Puede ser una peligrosa tentación o también un azoro de la humildad. Cuando provoca jaqueca o dolor de garganta, es porque no estamos preparados para el rito. Si el aplauso es un alrededor, vale la pena alzar el vuelo. No para siempre, por un rato, medir de lejos la eclosión, sin repentina vanidad y sin falsa modestia. Como el aplauso viene de las sombras hay que pensar por qué. De todos modos uno los colecciona: cuelga algunos en el corazón y otros en el perchero. El aplauso puede ser un mensaje, un empeño, un galardón, pero también una lástima, un golpe de ironía. Puede venir de tres amigos generosos o de un estadio repleto. De todos modos, hay que aprender a vivir sin aplausos, o sólo con el aplauso de la conciencia espontánea y veraz.“
„Dice la gente que tú y yo no hacemos compañía por ser agua y aceite ¡Qué ironía! si fuésemos iguales, ¡qué apatía!, no tendríamos de qué hablar cada siguiente día“
„¡Oh, Heracles! Aquí está Sócrates con su acostumbrada ironía; ya les había yo dicho a éstos que tú no querrías contestar, sino que fingirías y acudirías a todo antes que responder, si alguno te preguntaba.»“
„La vida está llena de ironías, mejor gozar lo que se tiene ahora, sin pensar en un mañana hipotético“
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