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Relacionado con: juntas
„VERSO DECORATIVOLa niña vio a la luna en el azul estanqueQue en medio de los pinos servía de pecera.(Piernas de cazadora, suelta la cabellera,Y el fino seno blanco celoso de su arranque).De un elástico salto llegó junto a la fuente,Hundió las blancas manos, tomó el disco de oro,Y al cargar junto al cuello el redondo tesoro,La cabellera negra se le tornó luciente.Y huyó bajo las selvas. Su grito de alegríaHasta los dulces nidos de las aves subía,E, iluminando el bosque perfumado, la vieron,Cargada de la luna, pasar los abedules,Y siguiendo en el aire la curva de sus tulesEjércitos de pájaros cantando la siguieron.“
„Un hombre educado es el que tiene los amores y los odios juntos.“
„El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo. […] Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo.“
„Sé que las mentiras son barreras, pero también sé que juntos podemos romperlas.“
„No es tan importante que muchos sean igual de buenos que tú como el que exista alguna medida de bondad absoluta en algún lugar; pues esto haría fermentar toda la masa. Son miles los que por opinión se oponen a la esclavitud y a la guerra y que, sin embargo, no hacen nada para ponerle fin; que, estimándose hijos de Washington y de Franklin, siguen sentados con sus manos en los bolsillos y dicen que no saben qué hacer, por lo que no hacen nada; quienes posponen incluso la cuestión de la libertad a la del libre comercio, y que tranquilamente se informan de los precios actuales del mercado junto con las últimas noticias de México, después de comer, y hasta que puede que terminen por dormirse en el empeño. ¿Qué precio alcanza hoy un hombre honesto y patriota? Dudan, vacilan, se lamentan, y en ocasiones, piden; pero no hacen nada seriamente y de efecto. Esperarán, con la mejor disposición, a que sean otros quienes remedien la maldad para que ellos no tengan que seguir lamentándose de su existencia. A lo más darán su voto con descuido y una salutación de adiós al justo, cuando éste pase por su lado. Hay novecientos noventa y nueve paladines de la virtud por cada hombre virtuoso; pero es mucho más fácil tratar con el poseedor real de algo que con su guardián temporal.“
„No; sed Colones de los continentes y mundos enteramente nuevos de vuestro interior y abrid nuevas vías, no para el comercio, sino para las ideas.Todo hombre es dueño y señor de un reino junto al cual el imperio terrestre del zar no es sino una nimiedad, un rimerillo dejado por el hielo. Sin embargo, algunos que no se tienen respeto a sí mismos pueden pasar por patriotas y sacrificar lo más grande a lo más vano. Aman el suelo que conformará su tumba, pero no sienten simpatía alguna por el espíritu que anima aún su propio barro.“
„Vida ciudadana: millones de seres viviendo juntos en soledad.“
„De Emanuel Swedenborg, al que Kant llamó “visionario”, cuenta Borges que “hablaba con los ángeles por las calles de Londres”. Aunque fue un científico notable (hizo los planos de un avión y un submarino, descubrió el funcionamiento de las glándulas endocrinas, lanzó la hipótesis de la formación nebulosa del Sistema Solar, etcétera…), su verdadera especialidad fue el Mas Allá, la posvida en el Cielo y el Infierno. Explicó que al comienzo los condenados no son conscientes de su muerte y creen que continúan en su esfera cotidiana: les rodean los muebles y utensilios familiares, los paisajes conocidos. Poco a poco, van produciéndose desapariciones —la butaca favorita, el piano, una ventana, las flores del jardín…— y luego surgen en lugar de lo desvanecido formas equivocadas o amenazadoras. Por fin se dan cuenta de que no están en casa sino en el Infierno y empieza su eterna condena.Creo poder confirmar esta tesis de Swedenborg. Hace tiempo que las cosas de mi mundo se van difuminando, pierden sustancia. Los libros siguen presentes y tentadores, pero al abrirlos algo ha drenado su savia hasta dejarlos huecos, exánimes. Las películas nuevas son peores que las antiguas, las antiguas peores de lo que las recordaba: sentado ante el televisor con desasosiego ya no siento la expectativa feliz porque ahora nadie apoya sus pies en mi regazo. Se fue el disfrute… Y los sitios que recorrimos juntos están hoy cubiertos de sudarios, como esas sábanas que tapan las formas incómodas de los muebles en una casa abandonada. Los platos más sabrosos, crujientes, aromáticos… comienzan a deleitarme la boca pero luego adquieren insipidez y amargura de ceniza. Llega el infierno y se revela mi condena, la más atroz: creer que estoy vivo y que es ella la que ha muerto. Hoy hace ya dos años.“
„Y manteneos unidos pero no demasiado juntos: Pues los pilares del templo se alzan separados, Y el roble y el ciprés no crecen en sus sombras respectivas.“
„Hay muchas clases de amor. El de un abuelo por sus nietos. El de unos padres por sus hijos. El de los hermanos. El de la familia. El de los amigos. El de las parejas, y tanto da que sean recién casadas o lleven cincuenta años juntas. Pero, sin duda, el amor que más nos cambia es el primero.“
„El capital se convierte en traba del modo de producción que ha prosperado junto con él y bajo su amparo.“
„Tú por hacer, yo por quedarme tan parado y los dos juntos por tener nuestra cabeza en otro lado.“
„La P con la A, pa. La P con la A, pa. Todo junto, mamá.“
„Cuanto más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el individuo – y por consiguiente también el individuo productor – como dependiente y formando parte de un todo mayor: en primer lugar y de una manera todavía muy enteramente natural, de la familia y de esa familia ampliada que es la tribu; más tarde, de las comunidades en sus distintas formas, resultado del antagonismo y de la fusión de las tribus. Solamente al llegar el Siglo XVIII, con la «sociedad civil», las diferentes formas de conexión social aparecen ante el individuo como un simple medio para lograr sus fines privados, como una necesidad exterior. Pero la época que genera este punto de vista, esta idea del individuo aislado, es precisamente aquella en la cual las relaciones sociales (universales según este punto de vista) han llegado al más alto grado de desarrollo alcanzado hasta el presente. El hombre es, en el sentido más literal, un zoon politikon, no solamente un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad. La producción por parte de un individuo aislado, fuera de la sociedad – hecho raro que bien puede ocurrir cuando un civilizado, que potencialmente posee ya en sí las fuerzas de la sociedad, se extravía accidentalmente en una comarca salvaje – no es menos absurda que la idea de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan juntos y hablen entre sí.“
„El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.“
„El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa (…) para no dejar subsistir otro vinculo entre los hombres que el frío interés, el cruel ‘pago al contado’ (…) Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de intercambio (…) ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal.“
„Fíjese en las organizaciones más exitosas del mundo y no hallará un solo líder, sino que verá a muchos directivos poderosos laborando juntos para generar su éxito.“
„Junta experiencia en la vida, hasta pa’ dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto, porque nada enseña tanto, como el sufrir y el llorar.“
„Estoy solo en medio de estas voces alegres y razonables. Todos estos tipos se pasan el tiempo explicándose, reconociendo con felicidad que comparten las mismas opiniones. ¡Qué importancia conceden, Dios mío, al hecho de pensar todos juntos las mismas cosas!.“
„Pero vamos a comer primero -dijo. Y así, con batiente de puertas, empezó un exquisito vaivén silencioso de doncellas con delantales y cofias blancas, doncellas no por necesidad sino porque forman parte del misterio o mejor del gran engaño que las damas de Mayfair practican de una y media a dos cuando, con un gesto de la mano, cesa el tráfico y surge en su lugar esta profunda mentira, la comida en primer lugar, que nadie paga; y luego la mesa que parece cubrirse como por voluntad propia de vidrio y de plata, de manteles individuales, de cuencos de fruta roja, de filetes de rodaballo cubiertos de salsa oscura, de pollos troceados nadando en sus cazuelas; el fuego arde todo color y fiesta y con el vino y el café (que nadie ha pagado) nacen visiones alegres en ojos preocupados; ojos ante los que ahora la vida es musical y misteriosa; ojos encendidos ahora para observar animados los claveles rojos que Lady Bruton (cuyos gestos eran siempre duros) había depositado junto a su plato, de forma que Hugh Whitbread, en paz con el universo entero y al mismo tiempo completamente seguro de su categoría, dejó su tenedor y dijo: -¿No crees que resultarían encantadores sobre tu encaje?“
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