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Relacionado con: juventud
„La vejez es un tirano que prohibe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.“
„En la infancia, en la adolescencia, en la juventud, es cuando se forma la personalidad y cuando se impregna uno de lo que tiene entorno, por eso, yo estoy por dentro lleno de Valladolid.“
„Es error decir que soy un triunfador. En la vida he perdido todo; Laura, mi hijo Dino, la primera fábrica, la juventud, la buena vista, la pasión por las mujeres, muchas carreras y muchos coches.“
„La gente fuerte se abre camino sola. De joven yo no me sentía solidario con los jóvenes; la juventud no era una categoría que me interesara (sí la inteligencia, la iniciativa, la belleza). Los otros días vi en el cine a una chica rubia y linda que besaba cariñosamente a un viejo y pensé: «Qué simpática (ojalá yo tuviera una así).» Lo que pasa es que ahora hago causa común con los viejos. Los débiles necesitan agremiarse.“
„La juventud es una enfermedad que se cura con los años“
„Pienso que la juventud solo dura hasta los 27, a partir de ese momento junto a la juventud se va la vida también.“
„Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe.“
„Recuerdo mi juventud y aquel sentimiento que nunca más volverá. El sentimiento de que yo podría durar más que todo, más que el mar, más que la tierra, más que todos los hombres.“
„Nada satisface más íntimamente y retempla mejor el espíritu, que recordar con acentuada veneración los esfuerzos desinteresados y patrióticos de aquella juventud, que abandonando la cuna de sus más caras afecciones, cortando algunos el curso de sus carreras universitarias, y despreciando todos sus intereses personales, corría, llena de bríos y de santo patriotismo, a formar en las filas del ejército, que se coronaba de gloria en las batallas libradas por la libertad y el honor nacional!“
„Yo creía que la juventud miraba indiferente y por eso me expresaba en palabras tan amargas con respecto a la situación política del país. Pero ahora, y en presencia de este movimiento reaccionario iniciado por la juventud, he comprendido mi error, y al comprenderlo me complazco en exhortar a esta misma juventud valiente y decidida, a continuar con orgullo la senda que señalaron con su sangre y con su ejemplo todos nuestros gloriosos antepasados!“
„Mi corazón se llena de alegría en presencia de este movimiento varonil, noble y levantado de la juventud, que así demuestra que posee la más grande cualidad del hombre: el carácter. Conservadlo (al carácter) siempre puro, moral y justiciero; no desfallescais en esta grande obra que iniciais llena de fe y de entusiasmo.“
„La juventud no está muerta cuando está cercana al maestro.“
„Feliz aquel que fue joven en su juventud, feliz aquel que supo madurar a tiempo.“
„El amor es maravilloso y absurdo e, incomprensiblemente, visita a cualquier clase de almas. Pero la gente absurda y maravillosa no abunda; y las que lo son, es por poco tiempo, en la primera juventud. Después comienzan a aceptar y se pierden.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„«¿Qué quiere decir la mayoría de la gente cuando dice eso? ¡Tan joven! Algo inocente, algo suplicante, algo indefenso. Pero la juventud no es eso. La juventud es cruda, la juventud es fuerte, la juventud es poderosa… Sí, ¡y cruel! Y alguna cosa más: la juventud es vulnerable».“
„La Historia de su ciudad se le convierte en la suya propia; él comprende la muralla, la puerta almenada, el concejo municipal la fiesta mayor como una crónica ilustrada de su propia juventud y en todo esto vuelve a encontrarse a sí mismo, a encontrar su propia fuerza y diligencia y placer y juicio e insensatez y vicio.“
„Llorar sobre los errores literarios de veinte años atrás, intentar enmendar una obra fallida para darle la perfección que no logró en su primera ejecución, perder los años de la madurez en el intento de corregir los pecados artísticos cometidos y legados por esta persona ajena que fue uno mismo en la juventud, todo ello, sin duda, es vano y futil.“
„Sólo podéis ser independientes de Dios mientras conservéis la juventud y la prosperidad; la independencia no os llevará a salvo hasta el final.“
„Adquiere en tu juventud lo que disminuirá el daño de tu vejez. Y si tú eres de los que cree que la vejez tiene por alimento la sabiduría, arréglatelas en tu juventud de tal modo que a tu vejez no le falte tal sustento.“
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