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Relacionado con: libro
„¿Has seguido mi consejo? ¿Te has separado de los libros de Michelet, Renan, etc? […]. Lee todo eso si puedes. Cambiar de alimentos estimula el apetito.“
„Conocereis la verdad, y la verdad os hará libres“
„Aquel que esté libre de pecado que arroje la primera piedra“
„Soy libre y no me sirve. ¿Para qué quiere la libertad en la Luna un tigre?“
„En el alma de un esclavo no puede hallarse el menor resquicio donde pueda albergarse la virtud, y que ningún hombre sensato puede fiarse nunca de ellos. El más sabio de los poetas (Homero) declara así, refiriéndose a Zeus, nos dice: al hombre que cae en esclavitud, Zeus le priva la mitad de su alma…» Las Leyes. Libro VI.“
„¿Podrá, pues, haber un mejor testimonio de la mala y viciosa educación de una ciudad que el hecho de que no ya la gente baja y artesana, sino incluso quienes se precian de haberse educado como personas libres, necesiten de hábiles médicos y jueces?“
„Las leyes deben tener como objeto el interés del régimen establecido, cualquiera que éste sea y el mantenimiento de su autoridad, y de aquí se desprende, en su concepto, la verdadera definición de la justicia derivada de la naturaleza misma.» Platón: Las leyes. Libro IV.“
„La filosofía es la ciencia de los hombres libres“
„No pertenezco a ninguna parte, soy extranjera en el mundo.» Cintillo en la portada del libro «Mi pais inventado“
„En todos esos años, Pedro Tercero nunca llegó a acostumbrarse a su vida de soltero,a pesar de su éxito con las mujeres, especialmente las adolescentes esplendorosas aquienes los quejidos de su guitarra encendían de amor. Algunas se introducían a vivafuerza en su vida. Él necesitaba la frescura de esos amores. Procuraba hacerlas felicesun tiempo brevísimo, pero desde el primer instante de ilusión, comenzaba adespedirse, hasta que, por último, las abandonaba con delicadeza. A menudo, cuandotenía a una de ellas en la cama suspirando dormida a su lado, cerraba los ojos ypensaba en Blanca, en su amplio cuerpo maduro, en sus pechos abundantes y tibios,en las finas arrugas de su boca, en las sombras de sus ojos árabes y sentía un gritooprimiéndole el pecho. Intentó permanecer junto a otras mujeres, recorrió muchoscaminos y muchos cuerpos alejándose de ella, pero en el momento más íntimo, en elpunto preciso de la soledad y del presagio de la muerte, siempre era Blanca la única. Ala mañana siguiente comenzaba el suave proceso de desprenderse de la nuevaenamorada y apenas se encontraba libre, regresaba donde Blanca, más delgado, másojeroso, más culpable, con una nueva canción en la guitarra y otras inagotablescaricias para ella.“
„Me han preguntado a menudo de dónde sale la inspiración para mis libros. No sabría contestar. En el viaje de la vida acumulo experiencias que se van imprimiendo en los estratos más profundos de la memoria y allí fermentan, se transforman y a veces brotan en la superficie como extrañas plantas de otros mundos.“
„supe que simplemente había cumplido su misión en esta tierra y había volado a otra dimensión donde su espíritu, libre al fin de los lastres materiales, se sentiría más a gusto.“
„Se podía obtener la inmortalidad escribiendo un libro.“
„Por fortuna no me enamoré del Zorro locamente, como le ocurre a la mayoría de las mujeres al conocerlo; siempre he mantenido la cabeza fría con respecto a él. Me di cuenta a tiempo de que nuestro héroe sólo es capaz de amar a aquellas que no le corresponden, y decidí ser una de ellas. Ha pretendido casarse conmigo cada vez que le falla una de sus novias o se queda viudo —eso ha ocurrido un par de veces—, y me he negado. Tal vez por eso sueña conmigo cuando come pesado. Si yo lo aceptara como marido, muy pronto se sentiría atrapado y yo tendría que morirme para dejarle libre, como hicieron sus dos esposas. Prefiero esperar nuestra vejez con paciencia de beduino. Sé que estaremos juntos cuando él sea un anciano de piernas enclenques y mala cabeza, cuando otros zorros más jóvenes le hayan reemplazado, y en el caso improbable de que alguna dama le abriera su balcón y él no fuera capaz de treparlo. ¡Entonces me vengaré de las penurias que el Zorro me ha hecho pasar!“
„Tal vez la vejez es otro comienzo, tal vez se pueda volver al tiempo mágico de la infancia, ese tiempo anterior al pensamiento lineal y a los prejuicios, cuando percibía el universo con los sentidos exaltados de un demente y era libre para creer lo increíble y explorar mundos que después, en la época de la razón, desaparecieron.“
„Los hijos, como los libros, son viajes al interior de una misma en los cuales el cuerpo, la mente y el alma cambian de direccion, se vuelven hacia el centro mismo de la existencia.“
„Nadie sabe para quién escribe. Cada libro es un mensaje lanzado en una botella al mar con la esperanza de que arribe a otra orilla.“
„Lanzarme con otro libro es tan grave como enamorarme, un impulso alocado que exige dedicación fanática. Con cada uno, como ante un nuevo amor, me pregunto si me alcanzarán las fuerzas para escribirlo y si acaso semejante proyecto vale la pena: hay demasiadas páginas inútiles y demasiados amoríos frustrados.“
„El afecto del comienzo evolucionó en la medida en que maduraban, pero nunca hablaban de eso. Carecían de palabras para describir ese sentimiento y temían que al hacerlo se rompiera como el cristal. Expresar su relación en palabras significaba definirla, ponerle limites, reducirla; si no se mencionaba permanecía libre e incontaminada.“
„Lucía lamentó haber terminado sus amores con Julián, pero nunca se arrepintió. Deseaba estabilidad, mientras que él, a sus setenta años, todavía estaba en la etapa de saltar de una relación a otra, como un picaflor. A pesar de los consejos de su hija, que proclamaba las ventajas del amor libre, para ella la intimidad era imposible con alguien distraído con otras mujeres. «¿Qué es lo que quieres, mamá? ¿Casarte?», se había burlado Daniela cuando supo que había cortado con Julián. No, pero quería hacer el amor amando, por el placer del cuerpo y la tranquilidad del espíritu. Quería hacer el amor con alguien que sintiera como ella. Quería ser aceptada sin nada que ocultar o fingir, conocer al otro profundamente y aceptarlo de la misma manera. Quería alguien con quien pasar la mañana del domingo en la cama leyendo los periódicos, a quien tomarle la mano en el cine, con quien reírse de tonterías y discutir ideas. Había superado el entusiasmo por las aventuras fugaces. Se había acostumbrado a su espacio, su silencio y su soledad; había concluido que le costaría mucho compartir su cama, su baño y su ropero y que ningún hombre podía satisfacer todas sus necesidades. En la juventud creía que, sin el amor de pareja, estaba incompleta, que le faltaba algo esencial. En la madurez agradecía la rica cornucopia de su existencia.“
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