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Relacionado con: lluvia
„entrego a la providencia”, diría un estoico. Aceptar lo que vaya a ocurrir es la mejor opción cuando lo que deseo o espero escapa a mi control o ya no depende de mí. La regla es como sigue: si algo depende de ti y vale la pena, lucha, resiste y aguanta hasta donde seas capaz, pero si escapa a tu control y nada puedes hacer al respecto, no persigas ciegamente un imposible: deja que el destino, Dios o lo que sea se hagan cargo del asunto. Aceptar lo peor que pueda ocurrir no es negar el poder de decisión que tienes, sino marcar sus límites y humanizarlo. Podemos llamarlo “modestia adaptativa”: la ocurrencia de un terremoto no depende de ti, lo que depende de ti es tratar de salvarte, escapar y buscar refugio. De manera similar, y siguiendo con los fenómenos naturales, no podrás detener la lluvia pero sí comprarte un enorme y bello paraguas. Dicho de otra forma: la “modestia adaptativa” es comprender hasta dónde deben llegar y se justifican tus esfuerzos. Cuando algún optimista insensato me dice que no hay imposibles, me lo imagino tratando de volar sin ayuda y cayendo de sentón.“
„Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de la lluvia en los cristales.“
„Irremediablemente, él nota el regusto de melancolía. De pronto los recuerdos acuden atropellándose: palabras breves como gemidos deslizándose por una piel desnuda, escorzo de líneas largas y suaves reflejadas sobre un espejo que multiplicaba el gris de afuera, en el contraluz plomizo de una ventana que, como un cuadro francés de primeros de siglo, enmarcaba palmeras mojadas, mar y lluvia.“
„Con lo que asegurar un techo, una mujer, un puchero caliente. Ese triple pensamiento, o su recuerdo bajo esta lluvia, basta para producirle una inmediata y tranquila desesperación. Una intensa melancolía.“
„Serán días… en los que todos sus difuntos se habrán convertido en humedad pura y hablarán desde sus soledades remotas y salvajes, hablarán tal como lo hace la lluvia en África, y ya no recordarán nada, todo se habrá olvidado. Hasta la lluvia bajo la cual un día todos los muertos se enamoraron habrá quedado borrada. Y también se habrá perdido el recuerdo de la luna bajo la cual un día caminaron vivos como almas en pena en una carretera también olvidada.“
„La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.“
„Pero créeme, las palabras estaban de camino, y cuando llegaron, Liesel las sujetó entre las manos como si fueran nubes y las escurrió como si estuvieran empapadas de lluvia.“
„¿Se dan cuenta, ahora, de por qué los libros son odiados y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida. La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas. Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol.“
„Vendrán lluvias suaves y olores de la tierra,y golondrinas que girarán con brillante sonido;y ranas que cantarán de noche en los estanques y ciruelos de tembloroso blanco,y petirrojos que vestirán plumas de fuego y silbarán en los alambres de las cercas;y nadie sabrá nada de la guerra,a nadie le interesará que haya terminado.A nadie le importará, ni a los pájaros ni a los árboles, si la humanidad se destruye totalmente;y la misma primavera, al despertarse al alba apenas sabrá que hemos desaparecido.“
„Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Incluso los fuegos artificiales, pese a su belleza, proceden de la química de la tierra. Y, sin embargo, pensamos que podemos crecer, alimentándonos con flores y fuegos artificiales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad.“
„Durante un instante la mamaíta había visto la montaña sin pensar en explotaciones madederas, pistas de esquí ni avalanchas, vida natural controlada, geología de placas tectónicas, microclimas, efecto sombra de lluvia ni lugares yin-yang. Había visto la montaña sin el marco del lenguaje. Sin la cárcel de las asociaciones. La había visto sin mirar a través de la lente de todo lo que sabía acerca de las montañas.“
„Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada les importan esas acciones. ¿Por qué este señor nunca viene antes de que oscurezca?; ¿por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, los jueves?; ¿por qué camina siempre por callejuelas?; ¿por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a su casa?; ¿por qué mandará a comprar un cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene repleto de papel su escritorio?, etcétera, etcétera. Hay personas que, con tal de saber el secreto de tales enigmas, que les son por completo indiferentes, gastan más dinero, consumen más tiempo y se toman más trabajo de lo que se necesitaría para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba otro premio que la propia curiosidad. Seguirán a éste o aquél durante días enteros, se quedarán como centinelas largas horas en las esquinas, bajo los portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a los criados, emborracharán a los cocheros y a los lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero… ¿Y todo eso para qué? Para nada. Por el solo afán de ver, de saber y de penetrar en vidas ajenas. Pura comezón de murmurar. Y, con frecuencia, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descifrados estos enigmas, acarrean catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran placer de aquellos que lo han «descubierto todo», sin interés, por puro instinto. Es algo realmente triste.Ciertas personas son malas únicamente por necesidad de hablar. Su conversación, charla en el salón, diálogo en la antecámara, es como esas chimeneas que consumen rápidamente la leña, necesitan mucho combustible, y el combustible es el prójimo.“
„«Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.- ¿Adónde vamos? – preguntó.- Ven – contestó Courfeyrac.Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:- ¡Aquí están los rojos!- ¡El rojo, los rojos! – replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.»“
„Aspiro morir entre la penumbra de oro de una tarde, escuchando el musitar opaco y tenue de la lluvia…“
„Los Dioses tienen tendencia a hacer exactamente el mismo tipo de cosas que harían los hombres si pudieran, sobre todo en los asuntos relativos a las ninfas acuáticas, las lluvias de oro y la exterminación de los enemigos.“
„Lila La Diosa De Los Volcanes, Que Suelta Humo Todo El Tiempo Porque El Dios De La Lluvia Le Ha Rociado La Lava“
„Con cuánta frecuencia me he acostado bajo la lluvia sobre un techo extraño, pensando en mi hogar.“
„Aquí fue donde vi el río por última vez esta mañana, aproximadamente aquí. Más allá del crepúsculo sentía el agua, la olía. Cuando la primavera florecía y llovía se olía por todas partes no se notaba tanto otras veces pero cuando llovía el olor comenzaba a entrar en casa con el crepúsculo o porque al atardecer se intensificase la lluvia o por algo que hubiera en la propia luz pero entonces era cuando el olor se tornaba más intenso hasta que ya en la cama yo pensaba cuándo acabará cuándo acabará.“
„Más allá del crepúsculo sentía el agua, la olía. Cuando la primavera florecía y llovía se olía por todas partes no se notaba tanto otras veces pero cuando llovía el olor comenzaba a entrar en casa con el crepúsculo o porque al atardecer se intensificase la lluvia o por algo que hubiera en la propia luz pero entonces era cuando el olor se tornaba más intenso hasta que ya en la cama yo pensaba cuándo acabará cuándo acabará. La corriente de aire que entraba por la puerta olía a agua, un continuo hálito de humedad. A veces yo conseguía dormirme repitiéndolo una y otra vez hasta que se mezclaba con las madreselvas todo terminó por simbolizar la noche y el desasosiego no me parecía estar despierto ni dormido mirando hacia un largo pasillo de media luz grisácea donde todas las cosas estables se habían convertido en paradójicas sombras todo cuanto yo había hecho sombras todo cuanto yo había sufrido tomando formas visibles grotescas y burlándose con su inherente irrelevancia de la significación que deberían haber afirmado pensando era yo no era yo quién no era no era quién.“
„Un dolor es una ocupación, puedes abandonarte a el sin ningún resentimiento. Es todo lo que tienes que hacer. Perseguir el dolor que viaja entre los nervios hasta el cerebro. Aislarlo ahí y vigilar después cualquier movimiento. Perseguir el efecto de los calmantes también, como la lluvia. Ver que se lleva a su paso y ver que queda.“
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