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Relacionado con: luz
„Al menos, en la oscuridad se aprende algo. Particularmente se valora la importancia de la luz, la bienaventuranza del sol, la bendición de la electricidad. La televisión, la computadora, el refrigerador, se llaman a silencio, y todos regresamos a un pasado remoto, no importa si con los ojos abiertos o cerrados.“
„Cuando estés de noche en tu habitación, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo.“
„Vibrante en las espadas y en la pasióny dormidas en la hiedra,solo la vida existe.El espacio y el tiempo son formas suyas,son instrumentos mágicos del alma,y cuando ésta se apague,se apagarán con ella el espacio, el tiempo y la muerte,como al cesar la luzcaduca el simulacro de los espejos.» (‘La recoleta’, Luna de enfrente – 1925)“
„El comedor y la biblioteca de mis recuerdos eran ahora, derribada la pared medianera, una sola gran pieza desmantelada, con uno que otro mueble. No trataré de describirlos, porque no estoy seguro de haberlos visto, pese a la despiadada luz blanca. Me explicaré. Para ver una cosa hay que comprenderla. El sillón presupone el cuerpo humano, sus articulaciones y partes; las tijeras, el acto de cortar. ¿Qué decir de una lámpara o de un vehículo? El salvaje no puede percibir la biblia del misionero; el pasajero no ve el mismo cordaje que los hombres de a bordo. Si viéramos realmente el universo, tal vez lo entenderíamos. «»Extracto del relato THERE ARE MORE THINGS“
„Habré de levantar la vasta vidaque aún ahora es tu espejo:cada mañana habré de reconstruirla.Desde que te alejaste,cuántos lugares se han tornado vanosy sin sentido, igualesa luces en el día.Tardes que fueron nicho de tu imagen,músicas en que siempre me aguardabas,palabras de aquel tiempo- yo tendré que quebrarlas con mis manos.¿En qué hondonada esconderé mi almapara que no vea tu ausenciaque como un sol terrible, sin ocaso,brilla definitiva y despiadada?Tu ausencia me rodeacomo la cuerda a la garganta,el mar al que se hunde.“
„A Leopoldo LugonesLos rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A izquierda y a derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas, como en la hipálage de Milton. Recuerdo haber recordado ya esa figura, en este lugar, y después aquel otro epíteto que también define por el contorno, el árido camello del Lunario, y después aquel hexámetro de la Eneida, que maneja y supera el mismo artificio:Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no en la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.“
„Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora, un disparo de nieve, ojalá por lo menos que me lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones: ojalá que no pueda tocarte ni en canciones“
„En otro de mis libros-no recuerdo cuál- se ve pasar por el Caribe el buque fantasma de Víctor hurgues, protagonista magistral de EL siglo de las luces, de Alejo Carpentier. En cambio, me quedé con el deseo de dejar también el recuerdo de mi muy admirado y querido Juan Rulfo, porque en varias ocasiones en que le consulté las posibilidades me respondió con su manera encantadora de dejarlo a uno en el aire. Sin embargo, ya en vísperas de su muerte, hablando de otras cosas, me soltó de medio lado una frase casual que entendí como una respuesta que nunca me dio: «No hay un lugar más peligroso para seguir viviendo que las páginas de un libro ajeno».“
„Yo, Miguel Littín, hijo de Hernán y Cristina, director de cine y uno de los cinco mil chilenos con prohibición absoluta de regresar, estaba de nuevo en mi país después de doce años de exilio, aunque todavía exiliado dentro de mí mismo: llevaba una identidad falsa, un pasaporte falso, y hasta una esposa falsa. Mi cara y mi apariencia estaban tan cambiadas por la ropa y el maquillaje que ni mi propia madre había de reconocerme a plena luz unos días después.“
„En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.“
„La luz vaporosa de las farolas de las Ramblas – como el primer chupetón a un caramelo Sugus- siempre le había parecido una de esas cosas por las que vale la pena vivir un día más.“
„Cuando yo era joven pensaba que para navegar por el mundo bastaba con aprender a hacer bien tres cosas. Una:atarse los cordones de los zapatos. Dos: desnudar a una mujer a conciencia. Y tres: leer para saborear cada día unas páginas compuestas con luz y destreza. Me parecía que un hombre que pisa firma, sabe acariciar y aprende a escuchar la música de las palabras vive más y, sobre todo, vive mejor.“
„Una historia es un laberinto infinito de palabras, imágenes y espíritus conjurados para desvelarnos la verdad invisible sobre nosotros mismos. Una historia es, en definitiva, una conversación entre quien la narra y quien la escucha, y un narrador solo puede contar hasta donde le llega el oficio y un lector solo puede leer hasta donde lleva escrito en el alma.Esa es la regla maestra que sostiene todo artificio de papel y tinta, porque cuando se apagan las luces, se silencia la música y se vacía el patio de butacas, lo único que importa es el espejismo que ha quedado grabado en el teatro de la imaginación que alberga todo lector en su mente. Eso y la esperanza que todo hacedor de cuentos lleva dentro: que el lector haya abierto su corazón a alguna de sus criaturas de papel y le haya entregado algo de sí mismo para hacerla inmortal, aunque solo sea por unos minutos.“
„Era una imagen de luz y de esperanza que prometía cosas que sólo existen en las miradas de pocos años.“
„Pintar es escribir con luz“
„De niño aprendí a conciliar el sueño mientras le explicaba a mi madre en la penumbra de mi habitación las incidencias de la jornada, mis andanzas en el colegio, lo que había aprendido aquel día… No podía oír su voz o sentir su tacto, pero su luz y su calor ardían en cada rincón de aquella casa y yo, con la fe de los que todavía pueden contar sus años con los dedos de las manos, creía que si cerraba los ojos y le hablaba, ella podría oírme desde donde estuviese.“
„Cuando llovía con fuerza, Max sentía que el tiempo se detenía. Era como una tregua en la cual uno podía dejar de hacer cualquier cosa que le ocupase en aquel momento y sencillamente acercarse a contemplar el espectáculo de aquella infinita cortina de lágrimas del cielo desde una ventana, durante horas. Dejó de nuevo el libro sobre la mesita y apagó la luz. Lentamente, envuelto en el sonido hipnótico de la lluvia, se rindió al sueño.“
„Recorrí pasillos y galerías en espiral pobladas por cientos, miles de tomos que parecían saber más acerca de mí que yo de ellos. Al poco, me asaltó la idea de que tras la cubierta de cada uno de aquellos libros se abría un universo infinito por explorar y de que, más allá de aquellos muros, el mundo dejaba pasar la vida en tardes de fútbol y seriales de radio, satisfecho con ver hasta allí donde alcanza su ombligo y poco más. Quizá fue aquel pensamiento, quizá el azar o su pariente de gala, el destino, pero en aquel mismo instante supe que ya había elegido el libro que iba a adoptar. O quizá debiera decir el libro que me iba a adoptar a mí. Se asomaba tímidamente en el extremo de una estantería, encuadernado en piel de color vino y susurrando su título en letras doradas que ardían a la luz que destilaba la cúpula desde lo alto. Me acerqué hasta él y acaricié las palabras con la yema de los dedos, leyendo en silencio.La Sombra del VientoJULIÁN CARAX.“
„Aquella tarde de brumas y llovizna, Clara Barceló me robó el corazón, la respiración y el sueño. Al amparo de la luz embrujada del Ateneo, sus manos escribieron en mi piel una maldición que habría de perseguirme durante anhos“
„Baje a la orilla y me senté en la arena, donde años atrás había esparcido las cenizas de Marina. La misma luz de aquel día encendió el cielo y sentí su presencia, intensa. Comprendí que ya no podía ni quería huir más. Había vuelto a casa.“
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