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Relacionado con: mate
„¿Qué tendría que haber hecho Cristo para que lo siguiera como Mateo o Pedro? Vestirse bien, para empezar. Y tener una cabeza lujuriosa de abundante cabello rubio.“
„Existen las guerras, ¿Para qué? Si al final nos vamos a morir sin que nadie nos mate.“
„Quiero que me mate la última bala disparada de la última guerra.“
„Sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, sin otras manos que le acaben que las de la melancolía.“
„Tenía, bajo el cabello muy oscuro, un rostro de suprema blancura, de ese blanco mate y raso que es patrimonio exclusivo de los cutis muy finos. Ojos azules, largos, perdiéndose hacia las sienes en el cerco de sus negras pestañas. Acaso un poco separados, lo que da, bajo una frente tersa, aire de mucha nobleza o de gran terquedad. Pero sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza.“
„He descubierto que no importa cuánta gente mate, nunca es suficiente.- Helen.“
„A veces las cosas son tan raras que hacen gracia, aunque se mate la gente.“
„Llegaba a aceptar que Mateo no fuera más que una etapa de su vida- y esto era ya bastante duro-pero no podía soportar ser él una etapa en la vida de Mateo.“
„A los líderes religiosos les encantaba (y todavía les encanta) hacer un teatro de sus oraciones. Se situaban en lo alto de las intersecciones y practicaban la piedad pública. A Jesús le repugnaba el espectáculo. «Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6.6, NVI).“
„Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin los silbidos italianos de ahora.“
„Me tiré contra la puerta antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para mas seguridad.Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:- Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo.“
„y la Maga vio su cara contra la suya, los ojos que la miraban brillando entre las lágrimas. Se besaron al revés, ella hacia arriba y él con el pelo colgando como un fleco, se besaron mordiéndose un poco porque sus bocas no se reconocían, estaban besando bocas diferentes, buscándose con las manos en un enredo infernal de pelo colgando y el mate que se había volcado al borde de la mesa y chorreaba en la falda de la Maga.“
„Mi único diálogo verdadero es con este jarrito verde.» Estudiaba el comportamiento extraordinario del mate, la respiración de la yerba fragantemente levantada por el agua y que con la succión baja hasta posarse sobre sí misma, perdido todo brillo y todo perfume a menos que un chorrito de agua la estimule de nuevo, pulmón argentino de repuesto para solitarios y tristes.“
„un mate es como un punto yaparte. Uno lo toma y después se puede empezar un nuevo párrafo.“
„Dejame seguir, che. Yo te diría que eso que vos definís como manía o entusiasmo es algo particularmente masculino, sobre todo a partir de la edad adulta, porque es archisabido que en los hombres el niño se conserva mejor que en las mujeres.- Como quieras, en todo caso yo buscaré siempre esas mujeres que se inventan cada cinco minutos el aeroplano o el submarino, figuramente hablando, que no pueden ver un par de tijeras y una hoja de papel sin recortar un conejito, que cocinan echando miel en vez de aceite en la sartén para ver qué pasa con las costillas de cerdo, y que en cualquier momento se ponen el rimmel en la boca y el rouge en las cejas.- Mutatis mutandis, vos querés que sean como vos, rimmel aparte.- No que sean como yo, pero que me hagan sentirme yo mismo a cada minuto.- Las musas, en una palabra.- No es por eqoísmo ni porque ande necesitando palancas para mover el mundo. Solamente que vivir con una mujer pasiva me aplasta poco a poco, me quita las ganas de cambiarle la yerba al mate, de cantar a gritos mientras me baño; hay como una especie de sorda llamada al orden, de cada cosa en su lugar, el canario está triste, la leche no se va al fuego, es siniestro.“
„Por favor, señor, por mi madre se lo pido que no me mate. Mi madre es vieja. Es ciega. Ella es… —Su madre recibió la maldición de tener un hijo cobarde —dijo sombríamente el pistolero—. Las muñecas juntas.“
„Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera habido caballos en los establos, estos habrían piafado y mascado y lo habrían hecho pedazos. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de huéspedes que pasaran allí la noche, su agitada respiración y sus ronquidos habrían derretido el silencio como una cálida brisa primaveral. Si hubiera habido música… pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.En la posada Roca de Guía, un hombre yacía acurrucado en su mullida y aromática cama. Esperaba el sueño con los ojos abiertos en la oscuridad, inmóvil. Eso añadía un pequeño y asustado silencio al otro silencio, hueco y mayor. Componían una especie de aleación, una segunda voz.El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en las gruesas paredes de piedra de la vacía taberna y en el metal, gris y mate, de la espada que colgaba detrás de la barra. Estaba en la débil luz de la vela que alumbraba una habitación del piso de arriba con sombras danzarinas. Estaba en el desorden de unas hojas arrugadas que se habían quedado encima de un escritorio. Y estaba en las manos del hombre allí sentado, ignorando deliberadamente las hojas que había escrito y que había tirado mucho tiempo atrás.El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.“
„Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” Mateo 22:20“
„Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos «. Mateo 18:20“
„Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados «.**Mateo 5:1-12“
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