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Relacionado con: mesa
„Uno de los primeros recursos propios del escritor profesional que Isabella había aprendido de mí era el arte y la práctica de procrastinar. Todo veterano del oficio sabe que cualquier ocupación, desde afilar el lápiz hasta catalogar musarañas, tiene prioridad al acto de sentarse a la mesa y exprimir el cerebro. Isabella había absorbido por ósmosis esta lección fundamental y al llegar a casa, en vez de encontrarla en su escritorio, la sorprendí en la cocina afinando los últimos toques a una cena que olía y lucía como si su elaboración hubiera sido cuestión de varias horas.“
„Al fin y al cabo, ¿qué clase de ciencia es ésa, capaz de poner un hombre en la luna pero incapaz de poner un pedazo de pan en la mesa de cada ser humano?“
„y la Maga vio su cara contra la suya, los ojos que la miraban brillando entre las lágrimas. Se besaron al revés, ella hacia arriba y él con el pelo colgando como un fleco, se besaron mordiéndose un poco porque sus bocas no se reconocían, estaban besando bocas diferentes, buscándose con las manos en un enredo infernal de pelo colgando y el mate que se había volcado al borde de la mesa y chorreaba en la falda de la Maga.“
„Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra «madre» era la palabra «madre» y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba.“
„Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.“
„Y no había palabras, porque no había pensamiento posible para esa fuerza capaz de convertir jirones de recuerdo, imágenes aisladas y anodinas, en un repentino bloque vertiginoso, en una viviente constelación aniquilada en el acto mismo de mostrarse, una contradicción que parecía ofrecer y negar a la vez lo que Juan, bebiendo la segunda copa de Sylvaner, contaría más tarde a Calac, a Tell, a Hélène, cuando los encontrara en la mesa del Cluny, y que ahora le hubiera sido necesario poseer de alguna manera como si la tentativa de fijar ese recuerdo no mostrara ya que era inútil, que estaba echando paladas de sombra contra la oscuridad.“
„Le recuerdo sentado tras su mesa de la biblioteca repasando pacientemente el contrato de préstamo párrafo por párrafo con un carcelero que quería comprar un automóvil DeSoto usado, explicándole al tipo con todo detalle los pros y los contras del contrato, explicándole que era posible comprar a crédito sin que te clavaran demasiado, sacándole de las sociedades financieras que, en aquellos tiempos, eran poco mejores que usureros. Cuando terminó, el carcelero hizo ademán de tenderle la mano… y en seguida la retiró. Por un momento, había olvidado que estaba tratando con una mascota y no con un hombre.“
„Así que vámonos, tú y yo, mientras la noche se extiende por el cielo como un paciente anestesiado sobre la mesa de operaciones. Vámonos mientras aparecen las primeras estrellas descoloridas… Aquí las estrellas brillan pero son estrellas sucias porque la Cúpula está sucia.“
„El talento es más barato que la sal de mesa. Lo que separa el individuo talentoso del exitoso es un montón de trabajo duro.“
„Nuestro cuarto es almacen de recuerdos y nuestra mesa aeropuerto de moscas“
„y su mesa está preparada para quien quiera llegar.“
„quería estirar las manos a través de la mesa y tocarlo, acercarse, hundir la nariz en su cuello y comprobar que todavía olía a tierra y hierbas, decirle que sin él vivía sonámbula, que nada ni nadie podía llenar el vacío terrible de su ausencia, que daría todo por volver a estar desnuda en sus brazos, nada importaba sino él.“
„La imaginación es un demonio persistente, el mundo sería en blanco y negro sin ella, viviríamos en un paraíso de militares, fundamentalistas y burócratas, donde la energía hoy invertida en la buena mesa y el buen amor se destinaría a otros fines, como matarnos unos a otros con mayor disciplina. Si nos alimentáramos sólo de frutos silvestres y copuláramos con inocencia de conejos, nos ahorraríamos mucha literatura.“
„«Cuando leo que Plinio el Viejo leía o hacía que le leyesen continuamente, en la mesa, en los viajes, en el baño, la pregunta que a mí me importuna es ésta: ¿Pero es que ese hombre tenía una carencia total de pensamientos propios que era preciso estar insuflándole sin interrupción pensamientos ajenos?“
„Salzman examinó su mano y vio centenares de figuras lejanamente parecidas a los arcanos del Tarot: la Riqueza, el Poder, la Fama, el Amor, la Inteligencia, la Fuerza, el Honor, la Juventud, la Razón, la Salud, la Imaginación, el Arte, la Clarividencia, el Valor, la Fe, la Suerte, la Belleza, la Virilidad, la Inspiración… Sin hacer ningún gesto, dio vuelta las cartas sobre la mesa.—Buen juego —dijo el Tallador—, pero no alcanza.Y jugó el naipe de la Muerte.“
„¡Perder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor; el sueño, descanso de toda fatiga; alimento el más dulce que se sirve a la mesa de la vida.“
„No donde come, sino donde es comido. Cierta asamblea de gusanos políticos está ahora con él. El gusano es el único emperador de la dieta; nosotros cebamos a todos los demás animales para engordarnos, y nos engordamos a nosotros mismos para cebar a los gusanos. El rey gordo y escuálido mendigo no son más que servicios distintos, dos platos, pero de una misma mesa; he aquí el fin de todo.“
„Y durante mucho tiempo ocupó un lugar especial dentro de mi corazón. Lo guardé para ella, de la misma forma que se pone un aviso de ‘reservado’ en la mesa más tranquila al fondo de un restaurante. Y eso pese a creer que no volvería a verla jamás.“
„Al niñito ese de CM le voy a tumbar en una mesa y le voy a dejar el culo como una fresa…“
„Artículo quinto. — Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello uno se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestro chandala — se le proscribirá, se lo hará morir de hambre, se lo echará a toda especie de desierto.“
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