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„Solo quería decir que no siempre tienes que estar bien. Te pedí que fueras mi parabatai porque te necesitaba, pero tú también puedes necesitarme, también. Esto… —indicó su propia runa de parabatai—, significa que eres mi otra mejor mitad, y que me preocupo por ti más de lo que me preocupo por mí mismo. Recuerda eso. Lo siento, no me di cuenta de lo mucho que estabas sufriendo. No lo vi entonces, pero ahora lo veo.“
„No puedes salvar a otros, hasta que no te hayas salvado a ti mismo“
„Lo único que te preocupa es que contraten a un instructor masculino y esté más bueno que tú.Jace enarcó las cejas.-¿Más bueno que yo?-Podría pasar -dijo Clary-. En teoría, ya sabes.-En teoría, el planeta podría partirse ahora mismo por la mitad, dejándome a mí de un lado y a ti del otro, separados trágicamente y para siempre, pero eso tampoco me preocupa. Hay cosas -dijo Jace. con su típica sonrisa torcida- que son demasiado improbables como para andar comiéndome la cabeza por ellas. [pp.80]“
„Jem es la mejor parte de mí. No espero que lo entiendas. Le debo esto.–Entonces, ¿qué soy yo? –preguntó Cecily.Will exhaló, demasiado irritado consigo mismo para comprobarlo. –Eres mi debilidad.–Y Tessa es tu corazón – dijo ella, no con enojo sino pensativamente. –No soy una tonta, como te dije – agregó por su expresión de sorpresa. –Sé que la amas.“
„Conoces ese sentimiento, cuando estás leyendo un libro, y sabes que va a haber una tragedia; puedes sentir que viene el frío y la oscuridad, ver como se dibuja una red apretadamente al rededor de los personajes que viven y respiran en las páginas. Pero estas amarrado a la historia, como si estuvieras siendo arrastrado detrás de un carruaje y no puedes dejarlo ir o alterar el curso hacia algún lado. Siento ahora, como que está sucediendo lo mismo, solo que no con personajes de las páginas sino con mis queridos amigos y compañeros. No quiero quedarme sentada mientras la tragedia viene por nosotros. Lo haré a un lado, solo yo lucharé para descubrir la forma en que ha de hacerse.“
„Eres como yo. Dices las cosas que pienso pero nunca digo en voz alta. Lees los libros que leo. Amas la poesía que yo amo. Me haces reír con tus canciones ridículas y la forma en que lo ves todo. Siento como si pudieras mirar dentro de mí y ver todos los lugares en los que soy extraña o inusual y adaptas tu corazón alrededor de ellos porque eres extraño e inusual de la misma forma. Somos lo mismo.“
„No hice un pastel —repitió Alec, gesticulando expresivamente con una mano—, por tres razones. Uno, porque no tengo ningún ingrediente para hacer el pastel. Dos, porque yo en realidad no sé cómo hacer un pastel.Hizo una pausa, claramente esperando.Removiendo su espada e inclinándose contra la pared de la cueva, Jace dijo con cautela:—¿Y tres?—Porque no soy tu zorra —respondió Alec, claramente complacido consigo mismo.“
„Uno puede renunciar a muchas cosas poramor, pero uno no debería renunciar a uno mismo. -Magnus Bane.“
„¿Te has enamorado ya de la persona equivocada?Por desgracias, Señora del Refugio, mi único amor verdadero sigo siendo yo mismo.Dorothea rió estrepitosamente ante aquello.Al menos -dijo-, no tienes que preocuparte por el rechazo, Jace Wayland.No necesariamente. Me rechazo a mí mismo de vez en cuando solo para mantener el interés.“
„He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?“
„Belano, le dije, el meollo de la cuestión es saber si el mal (o el delito o el crimen o como usted quiera llamarle) es casual o causal. Si es causal, podemos luchar contra él, es difícil de derrotar pero hay una posibilidad, más o menos como dos boxeadores del mismo peso. Si es casual, por el contrario, estamos jodidos. Que Dios, si existe, nos pille confesados. Y a eso se resume todo.“
„Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo tomaba en brazos, le compraba golosinas, libros para pintar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matarte. Después se ponía a llover y volvíamos tranquilamente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?“
„Una risa que me empujaba a salir huyendo de su lado y que al mismo tiempo me proporcionaba la certeza de que no existía ningún lugar adonde pudiera huir.“
„Cuando uno sabe, sabe, y cuando no sabe lo mejor es aprender. Y, mientras tanto, no decir nada, a menos que los que uno diga esté encaminado a hacer más claro el aprendizaje. Su vida misma, según explicaba, había sido un aprendizaje constante.“
„Soñé que Baudelaire hacía el amor con una sombra en una habitación donde se había cometido un crimen. Pero a Baudelaire no le importaba. Siempre es lo mismo, decía“
„Somos malos para la cama, somos malos para la intemperie, pero buenos para el ahorro. Todo lo guardamos. Como si supiéramos que el manicomio se va a quemar. Todo lo escondemos. No sólo los tesoros que cíclicamente sustraerá Pizarro, sino las cosas más inútiles, las baratijas, hilos sueltos, cartas, botones, que enterramos en sitios que luego se borran de nuestra memoria, pues nuestra memoria es débil. Nos gusta, sin embargo, guardar, atesorar, ahorrar. Si pudiéramos, nos ahorraríamos a nosotros mismos para épocas mejores. No sabemos estar sin papá y mamá. Aunque sospechamos que papá y mamá nos hicieron feos y tontos y malos para así engrandecerse aún más ellos mismos ante las generaciones venideras. Pues para papá y mamá el ahorro era interpretado como perdurabilidad y como obra y como panteón de hombres ilustres, mientras que para nosotros el ahorro es éxito, dinero, respetabilidad. Sólo nos interesa el éxito, el dinero, la respetabilidad. Somos la generación de la clase media.“
„¿Qué hace un niño cuando tiene miedo? Cierra los ojos. Y también grita, pero primero cierra los ojos. Las palabras servían para ese fin. Y es curioso, pues todos los arquetipos de la locura y la crueldad humana no han sido inventados por los hombres de esta época sino por nuestros antepasados. Los griegos inventaron, por decirlo de alguna manera, el mal, vieron el mal que todos llevamos dentro, pero los testimonios o las pruebas de ese mal ya no nos conmueven, nos parecen fútiles, ininteligibles. Lo mismo puede decirse de la locura. Fueron los griegos los que abrieron ese abanico y sin embargo ahora ese abanico ya no nos dice nada. Usted dirá: todo cambia. Por supuesto, todo cambia, pero los arquetipos del crimen no cambian, de la misma manera que nuestra naturaleza tampoco cambia.“
„Lo vi haciendo planes, lo vi bebiendo apoyado en la ventana, lo vi recibiendo a Cesárea Tinajero que venía con una carta de recomendación de Manuel, lo vi leyendo un librito de Tablada, tal vez aquel en donde José Juan dice: «bajo el celeste pavor/ delira por la unica estrella/ el cántico del ruiseñor». Que es como decir, muchachos, les dije, que veía los esfuerzos y los sueños, todos confundidos en un mismo fracaso y ese fracaso se llamaba alegría. – R. Bolaño“
„Artaud decía que escribir era una marranada, que todos los escritores eran unos cerdos, sobre todo los de ahora. Lo suscribo. Sin embargo, pese a todo, continúo admirando a los jóvenes escritores. De la misma forma que admiro a los jóvenes boxeadores“
„… y un viento fuerte, que venía del oeste, se fue a estrellar contra la falda de las montañas del este, levantando polvo y hojas de periódico y cartones tirados en la calle a su paso por Santa Teresa y moviendo la ropa que Rosa había colgado en el jardín trasero, como si el viento, ese viento joven y enérgico y de tan corta vida, se probara las camisas y pantalones de Amalfitano y se metiera dentro de las bragas de su hija y leyera algunas páginas del Testamento geométrico a ver si por allí había algo que le fuera a ser de utilidad, algo que le explicara el paisaje tan curioso de calles y casas a través de las cuales estaba galopando o que lo explicara a él mismo como viento.“
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