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„La persona orgullosa se siente de alguna manera inmune a los problemas del mundo, se sitúa por encima de ellos y los ignora. La idea de que hacer caso omiso de los problemas del mundo es un pecado es un pensamiento aterrador. Todos hemos sido culpables en algún momento de hacer la vista gorda a los problemas del mundo.“
„>, podríais decir, <>. Pero llega un momento en la historia en el que la ignorancia ya no es un defecto disculpable…; llega un momento en el que sólo la sabiduría tiene el poder de la absolución.“
„El pobre se arruina en el momento que deja de ser sobrio.“
„El médico que procura curar o aliviar al enfermo; el capellán y el visitador que quieren corregirle y consolarle, prometiéndole protección para el día que recobre la libertad; el empleado que se esfuerza por hacer su cautiverio menos triste, no con las complacencias de la debilidad, sino aplicándole la ley con pena cuando es dura, con gusto cuando permite algún alivio, y no faltando nunca a las formas, a la consideración que ninguna persona digna niega a la debilidad y a la desgracia, éstos son los que, viendo al delincuente en las horas en que se resigna y en que se desespera; cuando forma planes de venganza o hace propósito de enmienda; cuando maldice al que ha declarado contra él, o cuando llora recordando a su madre; en los días en que miente y en otros en que dice la verdad; en los momentos en que se concentra impenetrable o muestra un ánimo expansivo, éstos son los que, uno después de otro y a solas con el delincuente, pueden aprender algo de lo que pasa por su corazón y suministrar datos para su psicología.“
„En un momento dado, comprendí que no hacía falta cargar la vida con un peso excesivo. Y, afortunadamente, lo comprendí bastante pronto.“
„Su corazón era como una planta sensible, que se abre por un momento a la luz del sol, pero se encoge y encoge en sí mismo con el menor toque del dedo, o el aliento más ligero del viento.“
„¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.“
„Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.“
„Quiero tener ese hijo tuyo, amor. Dárteme desde dentro de mi vientre en una nueva prolongación de tu inmortalidad. Mostrarte hasta dónde puede crecer mi vida, como un árbol, si tú la riegas; hasta dónde puedo llegar a dárteme en todas las formas, en todos los momentos conscientes e inconscientes, llegar a ser tu río, tu sombra, la almohada suave donde apoyar tu cabeza, el viento, el mar, la risa, la mañana, tu cama, tu suelo, tu mujer.“
„Conozco el precio del oro pero también el precio de la sangre; y en este momento la sangre es para nosotros más cara que el oro.“
„Resulta bastante raro que, en un momento dado, se encuentre, bajo la mano de Dios, un gran hombre para ejecutar una gran acción, y por eso, cuando se produce por casualidad esta combinación providencial, la Historia registra en el mismo instante el nombre de ese hombre elegido, y lo recomienda a la posteridad.“
„«Aun eres joven -Le dijo Athos- y tus amargos momentos tienen tiempo para convertirse en dulces recuerdos, soñar que estas atrapado, y al estar atado tan solo estarás soñando».“
„La joven cogió el brazo de su amado sin preguntarle siquiera dónde la conducía, porque en aquel momento le parecía hermoso, fiero y potente como un dios.“
„La razón por la que empecé a perderle el respeto fue simplemente por que me di cuenta de que Euronymous era un incompetente, incapaz de llevar a su compañía a buen puerto. De su boca siempre salían grandes palabras y frases pero nunca hacía nada de lo que prometía. Euronymous estaba obsesionado con el satanismo y siempre me odió por mis creencias en honor a los dioses vikingos. Siempre estaba viendo películas guarras y, personalmente, siempre sospeché que él era homosexual o bisexual. Era un cerdo, y así se lo hice saber a todo el mundo. Todavía mantengo lo mismo, lo maté en defensa propia, simplemente porque fue él quien me atacó a mí y no tuve otra opción. Fui a su casa aquella tarde para decirle que le dieran por el culo, que pasaba de él y sé que el tenía planeado torturarme hasta la muerte y grabarlo en video para luego venderlo por ahí como película snuff. Y yo sabía todo esto porque un amigo suyo me lo explicó. Él me atacó e intentó matarme con un cuchillo, y fracasó miserablemente, en ese momento supe que no debía darle otra oportunidad.“
„Llega un momento en la vida en que, haga uno lo que haga, solamente aburre. Queda entonces una manera de recuperar el prestigio: morir.“
„«El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero y piensa: Ojalá que huya».“
„Muchos momentos de nuestra existencia permanecen comprimidos en un rincón a la espera de una salida, y al final esa salida llega.“
„El reto para quien escribe es llenar la distancia entre lo que vives y lo que cuentas, sentir físicamente el impacto de la narración… A menudo, empezamos a escribir demasiado pronto y las páginas aún están frías. Solo cuando la historia se acopla a nosotros como un guante, ha llegado el momento de contarla.“
„Fue mágico. Quiero decir, hubo momentos de cariño entre cuatro personas. Un acercamiento increíble, con cuatro jóvenes que realmente se amaban, fue realmente sensacional.“
„A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas. Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror; si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto. Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que mesublevaba es que una frase lanzada al descuido: «Debes hacerlo… no debes hacerlo», arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Loarbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveíauna ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ellaexplotaba en largos aullidos.“
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