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Relacionado con: muerte
„¡«Dios está muerto! ¡Dios queda muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!»“
„«No he merecido la muerte porque no he cometido más falta que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz de a la república».“
„La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.“
„… La naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y amigos, y madres.“
„La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante.“
„¿Y quién no posee un fuego, una muerte,/ un miedo, algo horrible,/ aunque fuere con plumas,/ aunque fuere con sonrisas?“
„Alguien me está gestando indefiniblemente. Sé que naceré muerta.“
„Esta manía de saberme ángel,sin edad,sin muerte en qué vivirme,sin piedad por mi nombreni por mis huesos que lloran vagando.“
„¿Y por qué no me quedé allí y no morir? Era el sueño de la más alta muerte, el sueño de morir haciendo el poema en un espacio ceremonial donde palabras como amor, poesía y libertad eran actos de cuerpo vivo.“
„Alguien está enferma. Alguien se despierta y llora sin acordarse de nada. Para alguien es tarde, es demasiado tarde y no se atreve a enunciar el número de sus imposibilidades. Alguien está herida de muerte y finge una salud perfecta, sólo para que no la hieran más, para que no la hieran de nuevo, de improviso, y se asiste sola, y no sabe asistirse, y tú que no quisiste reconocerme en la noche cuando como amenazada por un aire sin piedad dije exactamente lo que había en mí, que eras tú y sólo yo, ahora, sola, he dicho palabras que me vuelven a la antigua muerte, al viejo terror de haber hablado para nada con nadie, lo cual merece castigos inauditos, de acuerdo a lo que sabemos por una larga repetición de experiencias.“
„Estado peligroso de fatiga, insomnio y palpitaciones cardíacas. Me siento muerta, mejor dicho, un peso muerto, algo enormemente pesado, no mi cuerpo sino esto que se llama yo. Hasta cuando me llaman por mi nombre, hasta cuando dicen Alejandra, me siento caer sin fuerzas para sobrellevar mi nombre y con muchas menos fuerzas, aún, para responder a la llamada.“
„dice que no sabe del miedo de la muerte del amordice que tiene miedo de la muerte del amordice que el amor es muerte es miedodice que la muerte es miedo es amordice que no sabe“
„Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.“
„No pudiendo respirar, asfixiándome en mi yo, imagino la muerte como un lugar en donde no necesite hacer tan horrorosos esfuerzos.“
„Las palabras son mi ausencia particular. Como la famosa «muerte propia» (famosa para los demás), en mí hay una ausencia autónoma hecha de lenguaje. No comprendo el lenguaje y es lo único que tengo. Lo tengo sí, pero no lo soy. Es como poseer una enfermedad o ser poseída por ella sin que se produzca ningún encuentro porque la enferma lucha por su lado —sola— con la enfermedad que hace lo mismo. Yo escribo a falta de una mano en mi mano, a falta de dos ojos frente a los míos, a falta de un cuerpo exterior a mí sobre el cual apoyarme —un minuto siquiera— y llorar. (Lágrimas visibles, que se puedan secar, que la mano deseada pueda enjugar.) Este silencio de las palabras que me invaden, de las que digo y escribo, es el horror, el vértigo, el dolor en su estado más puro. ¿En dónde hallar una presencia humana que me calme? Nunca nadie lo pudo; ni amigos ni amantes. Sólo cuerpos vacíos que apenas diferencio de las cosas y sólo fantasmas que he amado hasta pulverizar mi conciencia y mi memoria.“
„Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)“
„(si no murió, aunque espero que sí y espero, naturalmente, que haya sido de una muerte grotesca y terrible como por ejemplo cáncer en el culo)“
„SeñorLa jaula se ha vuelto pájaroy se ha voladoy mi corazón está locoporque aúlla a la muertey sonríe detrás del vientoa mis deliriosQué haré con el miedoQué haré con el miedoYa no baila la luz en mi sonrisani las estaciones queman palomas en mis ideasMis manos se han desnudadoy se han ido donde la muerteenseña a vivir a los muertosSeñorEl aire me castiga el serDetrás del aire hay monstruosque beben de mi sangreEs el desastreEs la hora del vacío no vacíoEs el instante de poner cerrojo a los labiosoír a los condenados gritarcontemplar a cada uno de mis nombresahorcados en la nada.SeñorTengo veinte añosTambién mis ojos tienen veinte añosy sin embargo no dicen nadaSeñorHe consumado mi vida en un instanteLa última inocencia estallóAhora es nunca o jamáso simplemente fue¿Cómo no me suicido frente a un espejoy desaparezco para reaparecer en el mardonde un gran barco me esperaríacon las luces encendidas?¿Cómo no me extraigo las venasy hago con ellas una escalapara huir al otro lado de la noche?El principio ha dado a luz el finalTodo continuará igualLas sonrisas gastadasEl interés interesadoLas preguntas de piedra en piedraLas gesticulaciones que remedan amorTodo continuará igualPero mis brazos insisten en abrazar al mundoporque aún no les enseñaronque ya es demasiado tardeSeñorArroja los féretros de mi sangreRecuerdo mi niñezcuando yo era una ancianaLas flores morían en mis manosporque la danza salvaje de la alegríales destruía el corazónRecuerdo las negras mañanas de solcuando era niñaes decir ayeres decir hace siglosSeñorLa jaula se ha vuelto pájaroy ha devorado mis esperanzasSeñorLa jaula se ha vuelto pájaroQué haré con el miedo“
„La mayoría de la gente no está lista para la muerte, ni la suya ni la de nadie más.“
„Mi alma borracha está más triste que todos los árboles de Navidad muertos del mundo.“
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