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Relacionado con: mujeres
„La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visitaba la Estatua de la Libertad.“
„En mi casa mando yo; mi mujer simplemente toma las decisiones.“
„Una mujer que sin duda alguna sería una presidenta mejor que Gore y Bush juntos.“
„Hay un viejo chiste, Dos mujeres de edad en un hotel de alta montaña comenta una a la otra, «¡Vaya, aquí la comida es realmente terrible!», y contesta la otra: «¡Y además las raciones son tan pequeñas!». Pues básicamente así es como me parece la vida, llena de soledad, histeria, sufrimiento, tristeza y sin embargo se acaba demasiado deprisa.“
„¿Yo pedófilo?, mi mujer es la hija de mi esposa, no la mía.“
„¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, y no olvidemos lo más importante: ¿habrá mujeres allí?“
„Prefiero que me incineren a que me sepulten, y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer.“
„Lo más importante en la vida es estar distraído. Hay que buscarse problemas lo suficientemente difíciles de resolver para evitar estar preocupados por los verdaderos problemas. Los problemas relacionados con el amor son bastante entretenidos. ¿Me querrá esa mujer? El amor es una forma de evitar pensar en la vida“
„La puta de MensaMire, Kaiser, soy fundamentalmente un intelectual. Uno se puede buscar todas las furcias que quiera, claro. Pero mujeres inteligentes de verdad… no resultan fáciles de encontrar a corto plazo.“
„La mayoría de los hombres y las mujeres llevan vidas tan pobres y limitadas en el mejor, que el afán de escapar, el ansia de trascender de sí mismo aunque sólo sea por breves momentos es, y ha sido siempre, uno de los principales apetitos del alma“
„Analizando su vida doméstica, Biran sentía que había hecho muy bien en casarse con una «amable y simple mujer, capaz de ser feliz a mi lado sin reclamarme nada, y para quien soy siempre lo suficientemente bueno como para no hacer esfuerzo alguno en modificarme».“
„«Ahora me doy cuenta de que el verdadero encanto de la vida intelectual —la vida consagrada a la erudición, a las investigaciones científicas, a la filosofía, a la estética, a la crítica— es su facilidad. Es la sustitución de las complejidades de la realidad por simples esquemas intelectuales, o de los desconcertantes movimientos de la vida por la muerte formal y tranquila. Es incomparablemente más fácil saber muchas cosas, por ejemplo, acerca de la historia del arte y tener ideas profundas acerca de la metafísica y de la sociología, que saber intuitiva y personalmente algo acerca de nuestros semejantes, y llevar relaciones satisfactorias con nuestros amigos y nuestras amantes, nuestra mujer y nuestros hijos. Vivir es mucho más difícil que el sánscrito, la química o la economía política. La vida intelectual es un juego de niños; lo cual explica el que los intelectuales tiendan a convertirse en niños, y luego en imbéciles, y finalmente, como claramente de muestra la historia política e industrial de los últimos siglos, en lunáticos homicidas y bestias salvajes. Las funciones reprimidas no mueren; se deterioran, degeneran, retrogradan al estado primitivo. Pero, entretanto, es mucho más fácil ser un niño intelectual, o un lunático, o una bestia, que un hombre adulto y armonioso. He ahí por qué, entre otras razones, existe tanta demanda de educación superior. Las gentes se abalanzan hacia los libros y las universidades como hacia los cafés. Quieren ahogar su conciencia de las dificultades que presenta el vivir adecuadamente en este grotesco mundo contemporáneo: quieren olvidar su deplorable insuficiencia en el arte de la vida. Algunos ahogan sus penas en alcohol, mientras que otros, todavía más numerosos, las ahogan en los libros y en el diletantismo artístico; algunos tratan de olvidarse a sí mismos por medio de la fornicación, el baile, el cinematógrafo, la radiotelefonía; otros, por medio de conferencias y ocupaciones científicas. Los libros y las conferencias son mejores para ahogar las penas que la bebida y la fornicación: no dejan dolor de cabeza, ni aquella desesperante sensación del post coitum triste.»“
„La muerte de una mujer hermosa es, sin duda, el tema más poético del mundo.“
„Las cuatro condiciones para la felicidad: el amor de una mujer, la vida al aire libre, la ausencia de toda ambición y la creación de una belleza nueva.“
„Una mujer me llamó interesante una vez, y como que me dejó alucinado. Ella dijo: ‘Tú eres una de las personas más interesantes que he conocido, y yo estaba como,’ Wow.“
„Ella es una de las mujeres de Dios, confeccionadas por sus propias manos para mostrarnos a los hombres y a otras mujeres que existe un cielo en donde podemos entrar, y que su luz puede estar aquí en la tierra.“
„Ella es una de las mujeres de Dios, confeccionadas por sus propias manos para mostrarnos a los hombres y a otras mujeres que existe un cielo en donde podemos entrar, y que su luz puede estar aquí en la tierra. Tan veraz, tan dulce, tan noble, tan desinteresada, y eso, permítame decirle a usted, es mucho en esta edad tan escéptica y egoísta“
„Cuando el corazón de una mujer está libre, el que la ama puede albergar siempre una esperanza.“
„Yo fui una mujer de muchas pasiones y de un solo amor. Del amor que llevo a todos lados: en mi cartera tengo una foto de Luis.“
„Estoy llena de miedos, como toda mujer sola.“
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