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„Resulta que ‘resulta que él es negro’ como si fuera un puto accidente, saben. ‘¿Resulta que es negro?’ Si, resulta ser negro, ah, si, si, si. ¿Tenia dos padres negros? Oh si, es correcto, dos padres negros. ¿Y tiraron? oh si, efectivamente. Entonces, ¿exactamente donde está la sorpresa? Debería pensar que es verdaderamente inusual si ‘resulta ser’ escandinavo.“
„Es la vieja doble moral estadounidense. Decir una cosa y hacer otra diferente. Y por supuesto este país fue fundado bajo una doble moral. Es parte de nuestra historia, es una doble moral muy básica: Un grupo dueño de esclavos que querían ser libres. ¿Estoy en lo cierto? Qué absurdo. Lo que hicieron fue matar a un montón de ingleses blancos, para seguir poseyendo a sus esclavos negros, para luego exterminar a los indios rojos, ir hacia el oeste para robarle territorio a los mexicanos marrones y finalmente tener un lugar de donde despegar, volar y lanzar bombas nucleares sobre los japoneses amarillos. ¿Saben cuál debería ser el lema de este país? ‘¡Danos un color y nosotros nos deshacemos de él!.“
„PASTRANA: Conoce usted por experiencia algunos estragos de la guerra. Otros se los imagina o los calcula. Ha oído usted aquí ponderar la enormidad de esta desventura. Bien. Cierre usted los ojos, represéntese con cuanto vigor le sea posible a España exangüe, las ruinas, la miseria, el hambre; cargue las tintas negras; junte a Goya con Valdés Leal, la visión de Ezequiel y el Apocalipsis, multiplíquelo por su pavor personal y cuando haya obtenido un resultado insoportable de contemplar, le diré: falta el carácter peor de esta guerra. RIVERA ¿Cuál? PASTRANA Su inutilidad. Esta guerra no sirve para nada. Se entiende, para nada bueno. No resuelve nada. Ya me contentaría con que el daño consistiera en pagar demasiado precio por un régimen. Siempre habríamos adquirido algo, aunque fuese caro. No es así; concluida, subsistirán los móviles que la han desencadenado y las cuestiones de orden nacional que se ha querido solventar a cañonazos reaparecerán entre los escombros y los montones de muertos, empeoradas por la guerra.“
„El café debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como el ángel y dulce como el amor.“
„Hay leyes naturales, principios físicos que nos enseñan cuán fría magia es ésa de los espectros fotográficos danzando en la pantalla, remedando hasta en los más intimos detalles una vida que se perdió. Esa alucinación en blanco y negro es sólo la persistencia helada de un instante, el relieve inmutable de un segundo vital. Más fácil nos sería ver a nuestro lado a un muerto que deja la tumba para acompañarnos, que percibir el más leve cambio en el rostro lívido de un film.“
„Tenía, bajo el cabello muy oscuro, un rostro de suprema blancura, de ese blanco mate y raso que es patrimonio exclusivo de los cutis muy finos. Ojos azules, largos, perdiéndose hacia las sienes en el cerco de sus negras pestañas. Acaso un poco separados, lo que da, bajo una frente tersa, aire de mucha nobleza o de gran terquedad. Pero sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza.“
„Oh, tú, el más sabio y bello de los ángeles,Dios traicionado por el destino y de alabanzas privado,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Oh, Príncipe del exilio, a quien se ha agraviado,y que, vencido, siempre más poderoso vuelves a levantarte,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que todo lo sabes, gran Rey de las cosas subterráneas,tú, familiar sanador de las angustias humanas,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, hasta a los leprosos y los parias malditos,enseñas mediante el amor el sabor del Paraíso,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Oh tú que de la Muerte, esa amante vieja y poderosa,engendras la Esperanza, esa adorable loca,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que das al condenado esa mirada en torno al cadalsoque, arrogante y serena, a todo un pueblo condena,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que sabes en qué rincón de las tierras ansiosasel celosos Dios ocultó sus piedras preciosas,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú cuya clara mirada conoce los profundos arsenalesen donde duerme amortajado el pueblo de los metales,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú cuya extendida mano oculta los precipiciosal sonámbulo que vaga al borde de los edificios,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, mágicamente, haces flexibles los viejos huesosdel borracho rezagado al que los caballos atropellaron,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que, para consolar al frágil que sufre,nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil,en la frente del Creso despiadado y vil,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Tú que pones en el corazón de las muchachasel culto a las heridas y el amor a los harapos,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Báculo del desterrado, lámpara del inventor,confesor del ahorcado y del conspirador,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!Padre adoptivo de aquellos a quienes, en su negra cólera,Dios padre del Paraíso terrenal expulsó,¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturasdel Cielo, donde reinas, y en las profundidadesdel Infierno, donde, vencido, en silencio sueñas!¡Haz que mi alma un día, bajo el árbol de la Ciencia,cerca de ti descanse, en la hora en que sobre tu frentecomo un Templo nuevo sus ramas se extiendan!“
„Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.“
„¡Oh Muerte, capitana, ya es tiempo, el ancla alcemos!Nos hastía esta tierra, ¡oh Muerte!, ¡hay que zarpar!Si son de tinta negros cielo y mar cual los vemos,nuestros pechos, que ahondaste, sólo saben brillar.¡Vierte en nosotros el veneno que conforta!Mientras arda este fuego que en el cerebro llevo,sondeemos el abismo, Cielo, Infierno: ¿qué importa?¡Al fondo de lo Ignoto para encontrar lo nuevo!“
„La compararía a un sol negro si se pudiese concebir un astro negro capaz de verter luz y felicidad. Pero hace pensar más a gusto en la luna, que indudablemente la señaló con su temible influjo; no en la luna blanca de los idilios, semejante a una novia fría, sino en la luna siniestra y embriagadora, colgada del fondo de una noche de tempestad y atropellada por las nubes que corren; no en la luna apacible y discreta, visitadora del sueño de los hombres puros, sino en la luna arrancada del cielo, vencida y rebelde, a quien los brujos tesalios obligan duramente a danzar sobre la hierba aterrorizada.“
„Madre de los juegos latinos y los deleites griegos,Lesbos, donde los besos, lánguidos o gozosos,cálidos como soles, frescos como las sandías,son el adorno de noches y días gloriosos;madre de los juegos latinos y los deleites griegos.Lesbos, donde los besos son como cascadasque se arrojan sin miedo en las simas sin fondo,y fluyen, entrecortados de sollozos y risas,tormentosos y secretos, hormigueantes y profundos;¡Lesbos, donde los besos son como las cascadas!Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,donde nunca un suspiro dejó de hallar un eco,las estrellas te admiran tanto como a Pafos,¡y Venus con razón puede envidiar a Safo!Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,que hacen que en sus espejos, ¡infecundo deleite!las niñas de ojos hundidos, enamoradas de sus cuerpos,acaricien los frutos ya maduros de su nubilidad;Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,deja al viejo Platón fruncir su ceño austero;obtienes tu perdón del exceso de besos,reina del dulce imperio, tierra noble y amable,y de refinamientos siempre sin agotar,deja al viejo Platón fruncir su ceño austero.Obtienes tu perdón del eterno martirio,infligido sin tregua a los corazones ambiciosos,que atrae lejos de nosotros la radiante sonrisa,¡vagamente entrevista al borde de otros cielos!¡Obtienes tu perdón del eterno martirio!¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?,y a condenar tu frente pálida por penosas labores,si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio,de lágrimas que en el mar vertieron tus arroyos?¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?Vírgenes de corazón sublime, honra del Archipiélago,vuestra religión es augusta como cualquiera,¡y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?Pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos,para cantar el secreto de sus floridas vírgenes,y desde la infancia que inicié en el negro misterio,de las risas sin freno mezcladas con los llantos sombríos;pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todosy desde entonces velo en la cumbre del Léucato,igual que un centinela de mirada segura y penetrante,que vigila noche y día,, tartana o fragata,cuyas formas a lo lejos se agitan en el azul;y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,para saber si el mar es indulgente y bueno,y si entre los sollozos que en la roca resuenan,un día llevará a Lesbos, que perdona,el cadáver adorado de Safo, que partió,¡para saber si el mar es indulgente y bueno!De Safo la viril, la amante y la poetisa,¡por su palidez triste más hermosa que Venus!—Al ojo azul venció el negro que mancillael tenebroso círculo trazado por las penas¡de Safo la viril, la amante y la poetisa!Presentándose al mundo más hermosa que Venusy vertiendo el tesoro de su serenidady el brillo de su rubia juventud,sobre el viejo Océano prendado de su hija;¡presentándose al mundo más hermosa que Venus!—De Safo, que murió el día de su blasfemia,cuando, insultando el rito y el culto establecido,convirtió su hermoso cuerpo en pasto supremode un bruto cuyo el orgullo castigó la impiedadde aquella que murió el día de su blasfemia,y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones,y, pese a los honores que le tributa el mundo,cada noche le embriaga la voz de la tormenta,¡que elevan hacia el cielo sus orillas desiertas!¡y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones!“
„Es hermosa y más que hermosa: es sorprendente. Lo negro en ella abunda; y es nocturno y profundo cuanto inspira. Sus ojos son de astros en que centellea vagamente el misterio, y su mirada ilumina como el relámpago: es una explosión en las tinieblas.“
„La palabra «Nosotros» es como cal derramada sobre los hombres, que los solidifica y endurece hasta hacerlos de piedra, y que aplasta todo bajo ella, y aquello que es blanco y aquello que es negro se pierden igualmente en su gris. Es la palabra mediante la cual los depravados roban la virtud de los buenos, mediante la cual los débiles roban el vigor de los fuertes, mediante la cual los necios roban la sabiduría de los sabios.“
„Me he teñido el pelo. Ahora es negro. Me imaginé que sería más seguro porque me dijiste que las rubias tienen más probabilidades de coger cáncer de piel.“
„En vano tallamos lo mejor posible ese tronco misterioso que es nuestra vida; la veta negra del destino aparecerá siempre.“
„Extraño como un pato en el Manzanares,torpe como un suicida sin vocación,absurdo como un belga por soleares,vacío como una isla sin Robinson,oscuro como un túnel sin tren expreso,negro como los ángeles de Machín,febril como la carta de amor de un preso…,Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Perdido como un quinto en día de permiso,como un santo sin paraíso,como el ojo del maniquí,huraño como un dandy con lamparones,como un barco sin polizones…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Vencido como un viejo que pierde al tute,lascivo como el beso del coronel,furtivo como el Lute cuando era el Lute,inquieto como un párroco en un burdel,errante como un taxi por el desierto,quemado como el cielo de Chernovil,solo como un poeta en el aeropuerto…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Inútil como un sello por triplicado,como el semen de los ahorcados,como el libro del porvenir,violento como un niño sin cumpleaños,como el perfume del desengaño…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Amargo como el vino del exiliado,como el domingo del jubilado,como una boda por lo civil,macabro como el vientre de los misiles,como un pájaro en un desfile…,así estoy yo, así estoy yo, sin ti.Más triste que un toreroal otro lado del telón de acero.Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.“
„Einstein se equivocaba diciendo que «Dios no juega a los dados con el universo». Considerando las hipótesis de los agujeros negros, Dios no sólo juega a los dados con el universo: a veces los arroja donde no podemos verlos“
„El racismo no era un problema en el Mundodisco porque, con trolls y enanos y todo eso, el especiecismo era más interesante. Los blancos y los negros vivían en perfecta armonía y se aliaban contra los verdes.“
„Funcionó. Siempre funcionaba. Cuando una voz sonaba como si su propietaria supiera lo que hacía, lograba que se hicieran las cosas, sobre todo si dicha propietaria llevaba un sombrero negro puntiagudo.“
„Sentía un enorme vacío en su interior, negro y profundo, más que la oscura corriente. Todo había desaparecido. Nada estaba donde se suponía que debía estar. Ahí estaba él en esa solitaria orilla, y sólo podía plantearse las preguntas tontas que se hacen los niños… ¿Por qué se acaban las cosas? ¿Por qué se mueren las personas? ¿Qué se han propuesto hacer los dioses?Y eso era lo más duro, porque, para el hombre, una de las Cosas Adecuadas consistía en no hacer preguntas tontas.“
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