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Relacionado con: niebla
„Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa“
„Sumido en la niebla de su vida“
„Pero ya duerme sin fin.Ya los musgos y la hierbaabren con dedos segurosla flor de su calavera.Y su sangre ya viene cantando:cantando por marismas y praderas,resbalando por cuernos ateridos,vacilando sin alma por la niebla,tropezando con miles de pezuñascomo una larga, oscura, triste lengua,para formar un charco de agoníajunto al Guadalquivir de las estrellas.¡Oh blanco muro de España!¡Oh negro toro de pena!¡Oh sangre dura de Ignacio!¡Oh ruiseñor de sus venas!“
„No te conoce el toro ni la higuera,ni caballos ni hormigas de tu casa.No te conoce el niño ni la tardeporque te has muerto para siempre.No te conoce el lomo de la piedra,ni el raso negro donde te destrozas.No te conoce tu recuerdo mudoporque te has muerto para siempre.El otoño vendrá con caracolas,uva de niebla y montes agrupados,pero nadie querrá mirar tus ojosporque te has muerto para siempre.Porque te has muerto para siempre,como todos los muertos de la Tierra,como todos los muertos que se olvidanen un montón de perros apagados.No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.La madurez insigne de tu conocimiento.Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.La tristeza que tuvo tu valiente alegría.“
„Los fantasmas existen. Es todo lo que sé. Se desvanecen, junto con el pasado, como la niebla en plena luz del día… a su paso, dejan enseñanzas simbólicas. Certezas simbólicas.“
„así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños, siempre buscando a Dios entre la niebla.“
„No sabe que le está hablando, sin saberlo, a su destino marcado por la soledad. Porque a su alrededor ha comenzado a tomar posiciones la niebla y en realidad ya hace rato que ni la última sombra del mundo está interesada en acecharle.“
„Yo escribo este poema, que no debía escribir, en el cuaderno de la naturaleza atónita, con tinta usurpada a la noche, arrastrando niebla suspirante.“
„una llovizna gris y sucia de hollín que era poco más que niebla con un ligero problema de sobrepeso.“
„Si no fuera por la niebla, veríamos tu casa, al otro lado de la bahía… -dijo Gatsby-. Siempre tienen una luz verde encendida al final del muelle…Impulsivamente, Daisy pasó su brazo por debajo del de Gatsby, pero el parecía absorto en lo que acababa de decir. Acaso se le había ocurrido que el colosal significado de aquella luz desaparecía para siempre. Comparado con la enorme distancia que lo había separado de Daisy, la luz le había parecido muy cercana a ella, casi rozándola; tan cerca como puede estarlo una estrella de la luna.“
„Estoy convencido de que el futuro de este país pertenece a los jóvenes de mi generación.•Gilberto Guevara Niebla, del CNH“
„Tenemos todos dos vidas: la verdadera, que es la que soñamos en la infancia, y que continuamos soñando, adultos en un sustrato de niebla; la falsa, que es la que vivimos en convivencia con los demás, que es la práctica, la útil, aquella en que terminan por meternos en un cajón.“
„La mayor parte del tiempo, al no unirse a palabras, mis pensamientos quedan en la niebla. Dibujan formas claras y agradables, se disipan; en seguida las olvido.“
„Somos siluetas recortadas, somos hueros fantasmas que se mueven en la niebla, sin perspectiva“
„Ni el más fugaz visitante de este planeta que cogiera el periódico, pensé, podría dejar de ver, aun con este testimonio desperdigado, que Inglaterra se hallaba bajo un patriarcado. Nadie en sus cinco sentidos podría dejar de detectar la dominación del profesor. Suyos eran el poder, el dinero y la influencia. Era el propietario del periódico y su director, y su subdirector. Era el ministro de Asuntos Exteriores y el juez. […] Él decidiría si el cabello pegado al hacha era humano; él absolvería o condenaría al asesino, él le colgaría o le dejaría en libertad. Exceptuando la niebla, parecía controlarlo todo. Y, sin embargo, estaba furioso.“
„Cada región alimenta un pueblo que se le parece. Tantos siglos a la orilla del río volvieron a los hombres diestros para nadar como peces y frenéticos para atacar como caimanes; la familiaridad de los montes los volvió silenciosos como niebla y a la vez solos y muchos como las estrellas del cielo; la vida en el desierto los hizo duros y pacientes como cardos; la vida en la selva les dio el sigilo de las serpientes, la agilidad de los monos en los ramajes; los hizo capaces de ver un mundo de hormiguea de color y sonidos allí donde otros sólo ven monotonía y silencio.“
„Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos,un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 deScriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto delNewsweek, el cuento del gato con botas,el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquiercosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a quépero llegar,llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que enuna hora final descubras que caminaste volaste corristereptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entretus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literarioo una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos yde caspaen vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuestacon fragancia de helechos mojados, pelo crespo de unniño, hocico de cachorro o simplemente un sentimientode reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango quesin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosasaga de ser hombre.No hay discurso del método, hermano, todos los mapasmienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte eneste corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste,dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado porla muerte, debatiéndose entre perros de uniforme yhorarios de oficina, entre amores de interregno y duelosdespedidos por tarjeta,dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sincáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dóndeestá el sur libre de hienas, el viento de la costa sincenizas de uranio,de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahíafuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglásy Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es esoque en plena noche te sume en la maraña turbia de laspesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muertoo una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblaste inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a latraición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantanoviscoso con un grito que te tira de este lado, el dóndeestaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absolutapara mostrarte el camino, para orientar esa mano queahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante,porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa conlas rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta lagarganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado,punto de partida que es llegada.Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiadode teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano.Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puedepartir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de ungolpe de viento en el tejado, del estudio número 3 deScriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.“
„Había tanta niebla en tu corazón desconcertado.“
„Pasamos por delante de la catedral. La niebla cubre otra vez la ciudad y todo parece una película de terror. Me imagino que Marianne está esperándome en algún rincón con un puñal, como en los tiempos en que Ginebra era una ciudad medieval, en constante lucha con los franceses. Ni el frío ni la caminata me calman. Cogemos el coche y, al llegar a casa, me voy directamente a la habitación y me trago dos pastillas de Valium, mientras mi marido le paga a la niñera y mete a los niños en la cama. Duermo diez horas seguidas. Al día siguiente, cuando me levanto para seguir la rutina matinal, empiezo a pensar que mi marido está un poco menos cariñoso. Es un cambio casi imperceptible, pero hay algo que ayer lo hizo sentirse incómodo. No sé muy bien qué hacer, nunca me había tomado dos tranquilizantes a la vez. Estoy en una especie de letargo que no se parece en nada al que“
„… la gente veía lo que quería ver. No necesitaban que la niebla distorsionara sus percepciones.“
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