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Relacionado con: niña
„¿Salvar a una niña no era como salvar el mundo?“
„La relación de una niña con su muñeca es de las más fuertes del universo. Una fuerza descomunal movida por una energía tremenda.“
„Abzurdah es la desgarradora historia de una niña-mujer que cayó en la trampa de la perfección.“
„se dirigió al extremo opuesto del salón, haica un rincón en penumbra donde colgaba un espejo, y se miró. ¡No! No iba bien. Y de inmediato la congoja que siempre intentaba ocultar, la profunda insatisfacción – la sensación que tenía, desde que era niña, de ser inferior a los demás -, se apoderó de ella, implacable, despiadada, con tal intensidad que no podía rechazarla“
„Hablaban de todas las cosas del mundo, le parecía ahora; eran demasiado tolerantes para reírse de los demás; le habían enseñado, aunque era solo una niña, a veneraar la belleza. ¿Que había de belo en ese sofocante salón londinense?- ¡Oh, pobres flores! – exclamó.Porque había un par de claveles pisoteados, porque los pétalos de las flores estaban arrugados y mustios. POr sus sentimientos hacia las flores eran casi excesivos. Su madre las adoraba; desde niña le habían enseñado que dañar una flor era dañar lo más exquisito de la naturaleza.“
„Así que eso es matrimonio, pensó Lily, un hombre y una mujer mirando a una niña lanzando una pelota“
„Estoy perfectamente entrenado para eso, niña mala. En cuestión de cuernos y abandonos, sé todo lo que hay que saber y todavía más“
„¿Adónde habría llegado la maravillosa niña que, sin saberlo, ha escrito esta especie de obra maestra?“
„Escribir en un diario es una experiencia muy extraña para alguien como yo. No solo porque nunca antes había escrito algo, sino también porque me parece que más adelante ni yo ni nadie va a estar interesado en las reflexiones de una niña de 13 años. Pero bueno, no importa. Tengo ganas de escribir.“
„Lo he recibido a él como una mariquita. Como una mariquita manzanilla. Éste es un hombre degradado a más no dar. Este tipo por ejemplo iba con su mujer y su niña, cuando era presidente, a las corridas de toros en la plaza de Santamaría de Bogotá sancionando con su presencia ahí ese espectáculo miserable. Este hombre es un hombre que le ha causado a Colombia un daño monstruoso, como nadie, ni siquiera como Pastranita: Porque él abrió las importaciones de carros sin haber abierto una sola calle ni hecho una sola carretera. Abrió las importaciones de carros y nos embotelló el destino. El futuro. Nosotros estamos embotellados: ¡todas las ciudades de Colombia! desde su gobierno. Desde que abrió irresponsablemente las importaciones de carros ¡más todas las otras importaciones con las que acabó con las industria nacional! Ésta es una mariquita bellaca. Y ahora quiere volver otra vez a Colombia a mangonearnos. Después de que estuvo allá en la OEA haciendo un papelón lamentable, ¡terrorífico! Y la forma como llegó ahí: con el manzanillaje que le ha aplicado siempre a todo.“
„A veces me siento junto a la ventana, viendo al mundo pasar de mí. A veces pienso que no hay nada por lo que vivir y me hundo y lloro. A veces creo que estoy loco, estoy loco, oh muy loco ¿Qué hago aquí, estoy perdiendo el tiempo? Pero entonces miro a mi niña; de pronto no estoy tan loco. Todo cobra sentido cuando la miro a los ojos.“
„Nada más ventajoso que adoptar la posición de una niña: las niñas se pueden permitir hacer lo que quieren porque son inocentes y carecen de experiencia; no tienen que respetar las reglas del comportamiento en sociedad porque aún no han ingresado al mundo en el que rige la formalidad; pueden poner de manifiesto sus sentimientos sin tomar en cuenta si la ocasión es o no es adecuada.“
„No es que la niña sea negada para todo, es que no es de este mundo.“
„Ambos siguieron atentos a los rumores crecientes sobre la gravedad de la peste, y aun contra sus deseos tuvieron que conversar otra vez sobre asuntos que les eran comunes, como en los tiempos en que se odiaban menos. Para él era claro. Siempre creyó que amaba a la hija, pero el miedo al mal de rabia lo obligaba a confesarse que se engañaba a sí mismo por comodidad. Bernarda, en cambio, no se lo preguntó siquiera, pues tenía plena conciencia de no amarla ni de ser amada por ella, y ambas cosas le parecían justas. Mucho del odio que ambos sentían por la niña era por lo que ella tenía del uno y del otro. Sin embargo, Bernarda estaba dispuesta a hacer la farsa de las lágrimas y a guardar un luto de madre.“
„Anda, niña- le dijo temblando de rabia-: dinos quién fue.Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita para siempre.-Santiago Nasar- le dijo.“
„Antes de volver a casa al día siguiente escribí en el espejo con el lápiz de labios: Niña mía, estamos solos en el mundo.“
„Yo soy tres, dependiendo de la persona que me busca.La Niña Ingenua que mira al hombre con admiracion y finge estar impresionada con sus historias de poder y gloria.La Mujer Fatal, que ataca a aquellos que se sienten mas inseguros, pero que al reaccionar asi, tomando el control de la situacion, hacen que se sientan mas comodos, porque ellos no tienen que preocuparse por nada mas.Y finalmente, la Madre Comprensiva, que cuida de los que necesita consejo y escucha con aire de quien lo comprende todo, historias que le entran por un oido y le salen por el otro.“
„Se dio cuenta de que estaba sintiendo algo que nunca antes había sentido: las ganas de quedarse a vivir en una ciudad para siempre. Con la niña de los cabellos negros, los días nunca serían iguales.“
„La niña lo abrazó por el cuello. Era una de las mejores sensaciones que había sentido en toda su vida“
„La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos.Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá!Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas.Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha.Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…».Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.“
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