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Relacionado con: noche
„Mira, las mujeres son como el fuego, como las llamas. Algunas son como velas, luminosas e inofensivas. Algunas son como chispas, o como brasas, o como las luciérnagas que perseguimos las noches de verano. Algunas son como hogueras, un derroche de luz y de calor para una sola noche, y quieren que después las dejen en paz. Algunas son como el fuego de la chimenea: no muy espectaculares, pero por debajo tienen cálidas y rojas brasas que arden mucho tiempo.Pero Dianne… Dianne es como una cascada de chispas que sale de un afilado cuchillo de hierro que Dios acerca a la piedra de afilar. No puedes evitar mirar, no puedes evitar desearla. Hasta es posible que acerques una mano durante un segundo. pero no puedes dejarla allí. Te partirá el corazón.“
„Quizá penséis que esos eran los peores recuerdos. Pero os equivocáis.No. Los peores recuerdos eran los de mis primeros años de vida. El lento balanceo y las sacudidas del carromato, mi padre llevando las riendas sueltas. Sus fuertes manos sobre mis hombros, mostrándome cómo debía colocarme sobre el escenario para que mi cuerpo dijera <>, o <>, o <>. Sus dedos colocando bien los míos sobre las cuerdas de su laúd.Mi madre cepillándome el cabello. Sus brazos rodeándome. La perfección con que mi cabeza encajaba en la curva de su cuello. Cómo por la noche me acurrucaba en su regazo junto al fuego, adormilado, feliz y seguro.Esos eran los peores recuerdos. Preciosos y perfectos. Afilados como un bocado de cristales rotos. Tumbado en la cama, tensaba todos los músculos de mi cuerpo hasta formar un nudo tembloroso, sin poder dormir, sin poder pensar en otras cosas, sin poder dejar de recordar. Otra vez. Y otra. Y otra.“
„Creo que todos tenemos una pregunta que nos dirige. Una pregunta que nos mantiene despiertos por la noche. Una pregunta a la que damos vueltas como un perro que juguetea con un hueso. Si entiendes la pregunta de un hombre, estás más cerca de entender al hombre en sí…“
„Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera habido caballos en los establos, estos habrían piafado y mascado y lo habrían hecho pedazos. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de huéspedes que pasaran allí la noche, su agitada respiración y sus ronquidos habrían derretido el silencio como una cálida brisa primaveral. Si hubiera habido música… pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.En la posada Roca de Guía, un hombre yacía acurrucado en su mullida y aromática cama. Esperaba el sueño con los ojos abiertos en la oscuridad, inmóvil. Eso añadía un pequeño y asustado silencio al otro silencio, hueco y mayor. Componían una especie de aleación, una segunda voz.El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en las gruesas paredes de piedra de la vacía taberna y en el metal, gris y mate, de la espada que colgaba detrás de la barra. Estaba en la débil luz de la vela que alumbraba una habitación del piso de arriba con sombras danzarinas. Estaba en el desorden de unas hojas arrugadas que se habían quedado encima de un escritorio. Y estaba en las manos del hombre allí sentado, ignorando deliberadamente las hojas que había escrito y que había tirado mucho tiempo atrás.El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.“
„Estaba sentado, quieto como una estatua, y me dolían los dedos. Quería tocar, no escuchar. «Quería» no es un verbo suficientemente intenso. Me moría de ganas de tocar. No me enorgullezco de haberme planteado robarle el laúd y marcharme de allí aprovechando la oscuridad de la noche.“
„Siempre te disparan por la noche, cuando no hay más que médicos inexpertos… con cerebro somnoliento.“
„Las mujeres son como el fuego, como las llamas. Algunas son como velas, luminosas e inofensivas. Algunas son como chispas, o como brasas, o como las luciérnagas que perseguimos las noches de verano. Algunas son como hogueras, un derroche de luz y calor para una sola noche, y quieren que después las dejes en paz. Algunas son como el fuego de la chimenea: no muy espectaculares, pero por debajo tienen cálidas y rojas brasas que arden mucho tiempo.“
„Tengo… una terrible necesidad… ¿diré la palabra?… de religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas.“
„Nos gastamos más de la mitad de la vida buscando a alguien que se parezca tanto a nosotros para que nos lo llevemos a la casa y podamos empreder un especie de aventura sentimental. Pero siempre decimos: «tiene que ser igual a mí» como si nosotros fuesemos la gran cosa. De repente a uno le pasa que después de un rato de tratar de conseguir a una gente así, descubre que después del tiempo ella sale del cuarto, saca la cabeza y dice: «noche» y uno le contesta: «día», porque así nada más… Uno dice: «blanco», ella dice: «negro», a uno le gusta el fútbol, a ella le gusta el béisbol y entonces uno comienza a cometer errores. Uno trata de largarse del lugar, voltea a ver y se supone que tendría que estar pero se largó antes que nosotros. Uno va y busca por la vida un nuevo camino. Entonces uno se busca una mujer que se parezca mucho a nosotros, una que le guste el fútbol también. Y se consigue a una chica que le gusta el fútbol y ella se consigue a un tipo que le gusta el béisbol. Y cada uno emprende su nuevo camino. A mí me pasó y era impresionante cuando empecé a salir con esta chica porque yo decía: «hoy tengo ganas… como no sé… de ir al cine» y ella me decía: «es justo lo que estaba pensando, yo también quiero ir al cine». Íbamos a un bar, yo pedía un trago, pedía: «a mí me da un tequila, por favor» y ella decía: «yo también quiero un tequila, me encanta el tequila». Entonces se convierte todo en algo tan maravilloso, tan organizado y tan perfecto que me bastaron 14 días para aburrirme totalmente de aquella mujer. Mientras por el otro lado, la que se fue con el beisbolista, estaba padeciendo la misma historia, sólo que ella aguantó un poquito más que yo, aguantó 15 días. Al día número 16 nos hablamos por teléfono, nos citamos en un café, charlamos un rato y llegamos a la maravillosa conclusión que para ser amigos es importantísimo ser bastantes parecidos y afines, pero para ser amantes y amarse no hay nada mejor en el mundo que ser distintos.“
„De noche, sobre todo, es hermoso creer en la luz.“
„El tema de la noche fue la intervención de la CIA en Latinoamérica, que contribuyó a derrocar democracias y reemplazarlas por el tipo de gobierno totalitario que ningún norteamericano toleraría.“
„Mis más trágicos recuerdos se levantaron en furioso oleaje. Creía que después de pasar por la experiencia de perderte ya nada podía afectarme demasiado, pero la mínima posibilidad de que algo semejante le ocurriera al hijo que me quedaba, me volteó. Tenía un peso en el pecho, como una roca aplastándome, que me cortaba la respiración. Me sentía vulnerable, en carne viva, a punto de llorar en cualquier instante. En la noche, cuando todos descansaban, oía un rumor entre las paredes, había quejidos atascados en los umbrales, suspiros en los cuartos desocupados. Era mi propio miedo, supongo. El dolor acumulado en ese largo año de tu agonía estaba agazapado en la casa.“
„El golpe militar no surgió de la nada; las fuerzas que apoyaron a la dictadura estaban allí, pero no las habíamos percibido.Algunos defectos de los chilenos que antes estaban bajo la superficie emergieron en gloria y majestad durante ese período.No es posible que de la noche a la mañana se organizara la represión en tan vasta escala sin que la tendencia totalitaria existiera en un sector de la sociedad; por lo visto no éramos tan democráticos como creíamos. Por su parte el gobierno de Salvador Allende no era inocente como me gusta imaginarlo; hubo ineptitud, corrupción, soberbia. En la vida real héroesy villanos suelen confundirse, pero puedo asegurar que en los gobiernos democráticos, incluyendo el de la UnidadPopular, no hubo jamás la crueldad que la nación ha sufrido cada vez que intervienen los militares.“
„¿Que hay al otro lado de la vida?¿Es solo noche silenciosa y soledad?¿Que queda cuando no hay deseos, recuerdos ni esperanzas?¿Que hay en la muerte? Si pudiera permanecer inmovil, sin hablar ni pensar, sin suplicar, sin llorar, recordar o esperar, si pudiera sumergirme en el silencio mas completo, tal vez entonces pudiera oirte, hija.“
„La discusión se prolongaba y ambos se perdían en una oratoria confusa que los dejaba agotados, acusándose mutuamente de ser más testarudos que una mula, pero al final se daban las buenas noches con un beso y quedaban ambos con la sensación de que el otro era un ser maravilloso.“
„Lo puedo leer en tus ojos, vienes de una noche de amor.“
„El ardor de ese beso no los abandonó en muchos días y llenó de fantasmas delicados sus noches, dejando su recuerdo en la piel, como una quemadura. La alegría de ese encuentro los transportaba levitando por la calle, los impulsaba a reír sin causa aparente, los despertaba sobresaltados en la mitad de un sueño. Se tocaban los labios con las puntas de los dedos y evocaban exactamente la forma de la boca del otro.“
„Esa noche creí que había perdido para siempre la capacidad de enamorarme, que nunca más podría reírme ni perseguir una ilusión. Pero nunca más es mucho tiempo.“
„Cierro por un instantes los ojos y recuerdo con nitidez la primera vez que dormimos juntos, el primer beso, el primer abrazo, el descubrimiento asombroso de un amor surgido cuando menos lo buscábamos, de la ternura que nos tomó por asalto cuando nos creíamos a salvo en una aventura de una sola noche, de la profunda intimidad creada desde el comienzo, como si durante todas nuestras vidas nos hubiéramos preparado para este encuentro, de la facilidad, la calma y la confianza con que nos amamos, como las de una vieja pareja que ha compartido mil y una noches.“
„Le quiero más que a mí misma, Ellen. Lo sé por esto: rezo todas las noches para sobrevivirle, porque prefiero ser yo desgraciada a que lo sea él. Eso me demuestra que le quiero más que a mí misma.“
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