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Relacionado con: noche
„Trata de West Oakland, viviendo en un almacén con un montón de gente, una tribu de artistas y músicos, punkies y los que vivían alrededor, vagabundos y yonkis y sicarios y pandilleros y toda esa calaña que vivía en la zona. No es un sitio por donde deberías pasear por la noche, pero era una nave limpia donde podías jugar al baloncesto y eso.“
„Observa el rebaño que ante ti desfila apacentándose: no sabe lo que es ayer ni lo que es hoy, corre de un lado a otro, come, descansa, hace la digestión, vuelve a correr, y así de la mañana a la noche, día tras día, atado a muy poca distancia con su placer y desplacer a la estaca del momento y, por ello, sin melancolía ni hastío. Ver esto le resulta duro al hombre porque ante el animal se jacta de su humanidad y, sin embargo, mira envidioso su felicidad — pues lo único que quiere es vivir de igual modo que el animal, sin hastío ni dolores, pero lo quiere en vano porque no lo quiere como el animal.“
„El pensamiento del suicidio es un poderoso medio de consuelo: con él se logra soportar más de una mala noche.“
„Sueño con claustros de mármoldonde en silencio divinolos héroes, de pie, reposan;¡de noche, a la luz del alma,hablo con ellos: de noche!Están en fila: paseoentre las filas: las manosde piedra les beso: abrenlos ojos de piedra: muevenlos labios de piedra: tiemblanlas barbas de piedra: empuñanla espada de piedra: lloran:¡viba la espade en la vaina!Mudo, les beso la mano.“
„Yo he visto en la noche oscura llover sobre mi cabeza los rayos de lumbra pura de la divina belleza.“
„Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme.“
„Aunque es tarde, es noche, y tú no puedes.Canta como si no pasara nada.“
„una muchacha en llamas al borde de la noche.“
„¿Qué soledad es ésta, llena de otro, con sus ojos y sus manos y sus cabellos poblando la aparente soledad de tu noche?“
„Y cuando es de noche, siempre,una tribu de palabras mutiladasbusca asilo en mi gargantapara que no canten ellos,los funestos, los dueños del silencio.“
„te remuerden los díaste culpan las nocheste duele la vida tanto tantodesesperada, ¿adónde vas?desesperada ¡nada más!“
„¿cómo podés irte y dejarme a solas conmigo, a solas con mis manos poderosamente nostálgicas esta noche?“
„Estoy ebria de soledad, de espera, de deseos abstractos, de entidades llenas de designios mágicos. ¡Qué noche para morir! ¡Qué instante para hacer el amor!“
„Me expulsa, me mantiene a distancia, me impide, me evita, me encadena, me hace danzar, me asola, me afea mi soledad, me corroe, me corrompe, me martiriza, me hace sufrir, padecer, llorar todo el día y gran parte de la noche. Y no lo sabe, y no se cree responsable y no quiere saber que sabe que en mí se venga de lo que no es.“
„Alguien está enferma. Alguien se despierta y llora sin acordarse de nada. Para alguien es tarde, es demasiado tarde y no se atreve a enunciar el número de sus imposibilidades. Alguien está herida de muerte y finge una salud perfecta, sólo para que no la hieran más, para que no la hieran de nuevo, de improviso, y se asiste sola, y no sabe asistirse, y tú que no quisiste reconocerme en la noche cuando como amenazada por un aire sin piedad dije exactamente lo que había en mí, que eras tú y sólo yo, ahora, sola, he dicho palabras que me vuelven a la antigua muerte, al viejo terror de haber hablado para nada con nadie, lo cual merece castigos inauditos, de acuerdo a lo que sabemos por una larga repetición de experiencias.“
„Creo que lo que me excitaba de tal manera extrema era la idea poética de morir haciendo el amor. Además, la debilidad aliada a la fiebre me sumergían en esa zona sin relación con lo cotidiano en la que siempre deposité mi única esperanza y que hasta esa noche yacía en un imperio soñado de acceso imposible a causa de su irrealidad.“
„Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.“
„Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)“
„De noche me pregunto qué me puede importar a mí la literatura si lo que yo quiero es que X. esté a mi lado.“
„No estoy de acuerdo. Hay que luchar contra todas las injusticias. —¿Querés más injusticia que vos y yo hablando día y noche del suicidio? —Pero nosotras somos intelectuales.“
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