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Relacionado con: nombre
„El nombre de una mujer me delata.Me duele una mujer en todo el cuerpo.“
„Vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.“
„La creencia en ell Zahir es islámica… Zahir en árabe, quiere decir notorio, visible; en tal sentido, es uno de los noventa y nueve nombres de Dios; la plebe, en tierras musulmanas, lo dice de «los seres o cosas que tienen la terrible virtud de ser inolvidables y cuya imagen acaba por enloquecer a la gente“
„Cuando, en Ginebra o Zurich, lafortunaQuiso que yo también fuera poeta,Me impuse, como todos, la secretaObligación de definir la luna.Pensaba que el poeta es aquelhombreQue, como el rojo Adán del paraíso,Impone a cada cosa su precisoY no verdadero y no sabido nombre.“
„La duda es uno de los nombres de la inteligencia.“
„EL AMENAZADOEs el amor. Tendré que ocultarme oque huir.Crecen los muros de su cárcel, comoen un sueño atroz. Lahermosa máscara ha cambiado, perocomo siempre es la única.¿De qué me servirán mis talismanes:el ejercicio de las letras,la vaga erudición, el aprendizaje delas palabras que usó eláspero Norte para cantar sus maresy sus espadas, la serenaamistad, las galerías de la Biblioteca,las cosas comunes, loshábitos, el joven amor de mi madre,la sombra militar de mismuertos, la noche intemporal, elsabor del sueño?Estar contigo o no estar contigo es lamedida de mi tiempo.Ya el cántaro se quiebra sobre lafuente, ya el hombre selevanta a la voz del ave, ya se hanoscurecido los que miranpor las ventanas, pero la sombra noha traído la paz.Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y elalivio de oír tu voz,la espera y la memoria, el horror devivir en lo sucesivo.Es el amor con sus mitología, consus pequeñas magias inútiles.Hay una esquina por la que no meatrevo a pasar.Ya los ejércitos me cercan, lashordas.(Esta habitación es irreal; ella no laha visto.)El nombre de una mujer me delata.Me duele una mujer en todo elcuerpo.“
„El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdiótodos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados unotras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó acatorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento. Sobrevivió a unacarga de estricnina en el café que habría bastado para matar un caballo. Rechazó la Orden delMérito que le otorgó el presidente de la república. Llegó a ser comandante general de las fuerzasrevolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido porel gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía. Declinó la pensión vitalicia que leofrecieron después de la guerra y vivió hasta la vejez de los pescaditos de oro que fabricaba ensu taller de Macondo. Aunque peleó siempre al frente de sus hombres, la única herida que recibióse la produjo él mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que puso término a casiveinte años de guerras civiles. Se disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió porla espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con sunombre en Macondo.“
„Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre.“
„En las dos últimas horas de su vida no logró entender por qué había desaparecido el miedo que lo atormentó desde la infancia. Impasible, sin preocuparse siquiera por demostrar su reciente valor, escuchó los interminables cargos de la acusación. Pensaba en Úrsula, que a esa hora debía estar bajo el castaño tomando el café con José Arcadio Buendía. Pensaba en su hija de ocho meses, que aún no tenía nombre, y en el que iba a nacer en agosto, Pensaba en Santa Sofía de la Piedad, a quien la noche anterior dejó salando un venado para el almuerzo del sábado, y añoró su cabello chorreado sobre los hombros y sus pestañas que parecían artificiales. Pensaba en su gente sin sentimentalismos, en un severo ajuste de cuentas con la vida, empezando a comprender cuánto quería en realidad a las personas que más había odiado.“
„Anda, niña- le dijo temblando de rabia-: dinos quién fue.Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita para siempre.-Santiago Nasar- le dijo.“
„El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.“
„Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo».“
„Las últimas horas habían transcurrido en otro mundo, un universo de roces, de miradas que no entendía y que se comían la razón y la vergüenza. Ahora, de regreso a aquella realidad que siempre acechaba en las sombras del ensanche, el embrujo se desprendía y apenas me quedaba el deseo doloroso y una inquietud que no tenía nombre.“
„Mire, yo en estos casos, y créame que tengo práctica, lo que siempre hago es rellenar la documentación con nombres sacados de la sobras del insigne Ramón María del Valle Inclán, porque está demostrado que tan fina pluma tiene poca incidencia en la lista de lecturas recomendadas por la Jefatura Superior de Policia y de esta guisa nadie se entera del cambiazo.“
„Escribió su nombre y contempló cómo la tinta se secaba poco a poco. El placer de la página en blanco, que al principio siempre olía a misterio y a promesa, se desvaneció por ensalmo. Tan pronto como uno empezaba a colocar las primeras palabras comprobaba que en la escritura, como en la vida, la distancia entre intenciones y resultados iba pareja con la inocencia con que se acometían unas y se aceptaban los otros.“
„Nada alimenta el olvido como una guerra, Daniel. Todos callamos y se esfuerzan en convencernos de lo que hemos visto, lo que hemos hecho, lo que hemos aprendido de nosotros mismos y de los demás, es una ilusión, una pesadilla pasajera. Las guerras no tienen memoria y nadie se atreve a comprenderlas hasta que ya no quedan voces para contar lo que pasó, hasta que llega el momento en que no se las reconoce y regresan, con otra cara y otro nombre, a devorar lo que dejaron atrás.“
„Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.“
„Yo había crecido en el convencimiento de que aquella lenta procesión de la posguerra, un mundo de quietud, miseria y rencores velados, era tan natural como el agua del grifo, y que aquella tristeza muda que sangraba por las paredes de la ciudad herida era el verdadero rostro de su alma. Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas. Aquella noche primeriza de verano, caminando por ese anochecer oscuro y traicionero de Barcelona, no conseguía borrar de mi pensamiento el relato de Clara en torno a la desaparición de su padre. En mimundo, la muerte era una mano anónima e incomprensible, un vendedor a domicilio que se llevaba madres, mendigos o vecinos nonagenarios como si se tratase de una lotería del infierno. La idea de que la muerte pudiera caminar a mi lado, con rostro humano y corazón envenenado de odio, luciendo uniforme o gabardina, que hiciese cola en el cine, riese en los bares o llevase a los niños de paseo al parque de la Ciudadela por la mañana y por la tarde hiciese desaparecer a alguien en las mazmorras del castillo de Montjuïc, o en una fosa común sin nombre ni ceremonial, no me cabía en la cabeza. Dándole vueltas, se me ocurrió que tal vez aquel universo de cartón piedra que yo daba porbueno no fuese más que un decorado. En aquellos años robados, el fin de la infancia, como la Renfe, llegaba cuando llegaba.“
„Españoles: Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir. Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida, que ya sé próximo. Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación, en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra patria os pido que perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momento, el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido. No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria. Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte, ¡¡ARRIBA ESPAÑA!! ¡¡VIVA ESPAÑA!!“
„Eres esclavo de aquello que bautizas con tu nombre.“
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